Nueva York (CNN Business) – Los estadounidenses deben prepararse para el impacto por el costo de la calefacción de los hogares a medida que bajen las temperaturas este otoño e invierno boreales.
Los precios del gas natural, la forma más común de calentar los hogares y una de las principales fuentes de combustible para la generación de electricidad, se han disparado más de un 180% en los últimos 12 meses hasta alcanzar los US$ 5,90 por millón de unidades térmicas británicas. El gas natural no había sido tan caro desde febrero de 2014.
El riesgo es que un invierno temprano o unas temperaturas otoñales extremadamente frías obliguen a los hogares a subir la calefacción. Eso reduciría aún más las reservas de gas natural del país, que están por debajo de la media, y podría elevar aún más los precios.
“Si se producen heladas tempranas, la situación podría ponerse fea. Podría ponerse feo rápidamente”, dijo Robert Yawger, director de futuros de energía en Mizuho Securities.
El incremento de precios del gas natural está exacerbando el primer roce de Estados Unidos con la inflación en más de una decena de años. Las familias ya están lidiando con el aumento de los precios de todo, desde los automóviles usados y la gasolina hasta el tocino.
El aumento de la inflación está obligando a la Reserva Federal a considerar la posibilidad de reducir su apoyo continuo a la economía y llevando a algunos legisladores moderados a cuestionar la necesidad de los ambiciosos planes de gasto de la Casa Blanca. Mientras tanto, la crisis energética está poniendo nerviosos a los inversores mundiales sobre el crecimiento económico y los altos precios.
“Esto ya sería bastante malo incluso en tiempos normales. Pero ahora existe este temor generalizado a la inflación”, dijo Robert McNally, presidente de la consultora Rapidan Energy Group.
Aproximadamente la mitad de los hogares estadounidenses utilizan gas natural para calentar el hogar y el agua, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, (EIA, por sus siglas en inglés).
La Asociación Americana del Gas (AGA, por sus siglas en inglés), que representa a empresas de gas natural como Con Edison, señaló que “los clientes de las empresas de gas natural no están pagando los precios diarios del gas natural que vemos en los titulares”, dijo el portavoz Jake Rubin en un comunicado.
Esto se debe, según AGA, a que sus miembros compran el gas mediante contratos a largo plazo que fijan los precios y protegen a los clientes de parte de la volatilidad. Rubin añadió que las empresas de servicios públicos aumentan los suministros de invierno con el almacenamiento de gas comprado meses antes.
“Desastrosa” crisis de gas en Europa
La situación del gas natural es mucho peor en el extranjero: Europa y Asia están lidiando con subidas desastrosas de los precios del gas natural y con una escasez que ha forzado apagones y cierres de fábricas y ensombrece la recuperación económica en esos países.
“Es desastroso”, dijo McNally.
El aumento de los precios del gas natural obligó a un importante fabricante de fertilizantes estadounidense a interrumpir sus operaciones en el Reino Unido. Ante el temor a la escasez de alimentos por la falta de producción de dióxido de carbono, el gobierno del Reino Unido intervino para rescatar a la empresa estadounidense.
El impacto en Estados Unidos se ve atenuado por el hecho de que el país es el principal productor mundial de gas natural, una ventaja del boom del esquisto que desbloqueó una abundancia de gas barato. De hecho, Estados Unidos es un gran exportador de gas natural.
“Es imposible que nos quedemos sin gas natural. Vamos a sobrevivir”, dijo Yawger.
La oferta no puede satisfacer la demanda
Entonces, ¿por qué han subido tanto los precios del gas natural? El principal problema es que, mientras la actividad económica se recupera, la producción de gas natural no lo hace. Eso significa que la demanda está volviendo más rápido que la oferta, lo que obliga a subir los precios.
Tras años de pérdidas, los productores de gas natural se han mostrado cautelosos a la hora de aumentar la producción. Los niveles de almacenamiento en los 48 estados inferiores de EE.UU. están ligeramente por debajo de lo normal, según la Administración de Información Energética de EE.UU.
La demanda se ha visto reforzada por las olas de calor que se han producido este verano en todo el país. Las temperaturas elevaron el uso del aire acondicionado y la demanda de electricidad.
El gas natural es la principal fuente de combustible de la red eléctrica de EE.UU., ya que suministra el 40% de la generación de electricidad a escala comercial, según la EIA.
La situación se ha visto agravada por las interrupciones imprevistas de la producción en Noruega y Rusia, así como por el huracán Ida, que dejó fuera de servicio la mayor parte de la producción de petróleo y gas del Golfo de México.
“Tormenta perfecta”
Los suministros estadounidenses se han visto reducidos aún más por la fuerte demanda del exterior en medio de los altos precios internacionales. Se espera que las exportaciones de EE.UU. de gas natural licuado alcancen una media de 9.600 millones de pies cúbicos al día este año, un 48% más que hace un año, según la EIA.
Y luego está el papel de los fondos de cobertura y otros operadores de grandes cantidades de dinero en Wall Street. Yawger afirma que los especuladores se lanzaron a subir los precios del gas natural cuando se dieron cuenta de que los niveles de almacenamiento eran inusualmente bajos.
“Ha sido una tormenta perfecta, con especuladores que se han lanzado a sacar el máximo provecho de esto. Es el nirvana de la especulación”, dijo.
La buena noticia es que algunos en Wall Street sostienen que el alza del gas natural puede estar saliéndose de control.
La semana pasada, Bank of America escribió que la prima de riesgo invernal incorporada a los precios del gas natural ha “alcanzado niveles excesivos”. El banco espera que los precios del gas natural caigan durante los tres últimos meses del año y que bajen el año que viene.
La transición energética no será fácil
La subida de los precios del gas natural llega en un momento difícil para los gobiernos de todo el mundo. No solo están lidiando con una inflación elevada, sino que los líderes mundiales también están tratando de abandonar los combustibles fósiles.
Los grupos ecologistas quieren prohibir la extracción de petróleo y gas para evitar que las emisiones calienten el planeta. Al menos cuatro países de la Unión Europea han promulgado planes para acabar con la producción nacional de combustibles fósiles para 2050, según IHS Markit.
El presidente Joe Biden fijó como objetivo la generación de electricidad sin emisiones de carbono para 2035, una meta ambiciosa que requeriría un giro drástico del gas natural y el carbón a la energía solar y eólica.
Los elevados precios actuales de la energía son un doloroso recordatorio de lo adicta que sigue siendo la economía mundial a los combustibles fósiles, y de lo difícil, y potencialmente impopular, que será despedirse de ellos.