Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, China (CNN) – China lanzó una tripulación de tres personas al espacio en las primeras horas del sábado, tiempo local, un paso importante para el joven programa espacial del país, que se está convirtiendo rápidamente en uno de los más avanzados del mundo.
Los tres astronautas despegaron en la nave Shenzhou-13 pasada la medianoche, hora local, lanzada por un cohete Long March 2F desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en el desierto de Gobi, situado en la región de Mongolia Interior.
La nave se acoplará a la nueva estación espacial china, Tiangong (que significa Palacio Celestial), seis horas y media después del lanzamiento. Vivirán y trabajarán en la estación durante 183 días, unos seis meses, la misión más larga del país hasta la fecha.
La tripulación está compuesta por los astronautas Zhai Zhigang, Wang Yaping y Ye Guanfu, que pasarán el tiempo probando la tecnología de la estación y realizando caminatas espaciales.
Zhai, el comandante de la misión, realizó la primera caminata espacial de China en 2008 y ha recibido el título honorífico de “Héroe del Espacio” por parte del gobierno.
Esta será la primera misión de Ye en el espacio; actualmente es un astronauta de segundo nivel en la Brigada de Astronautas del ejército.
Wang, que también recibió un título honorífico tras participar en una misión en 2013, será la primera mujer astronauta de China a bordo de la estación espacial, y la primera mujer china en realizar una caminata espacial.
Seis meses es la duración estándar de una misión para muchos países, pero será una importante oportunidad para que los astronautas chinos se acostumbren a una estancia prolongada en el espacio y ayuden a preparar a los futuros astronautas para hacer lo mismo.
“En primer lugar, cualquier misión tripulada es significativa, si tan solo porque los viajes espaciales de los seres humanos siguen siendo una cuestión arriesgada”, dijo Dean Cheng, investigador principal del Instituto Davis de Seguridad Nacional y Política Exterior. “Esta será, sin duda, su misión más larga, lo cual es bastante impresionante tomando en cuenta lo joven que es su programa de vuelos espaciales tripulados”.
Esta es la segunda misión tripulada durante la construcción de la estación espacial, que China planea tener totalmente tripulada y operativa para diciembre de 2022. La primera misión tripulada, una estancia de tres meses de otros tres astronautas, se completó el mes pasado.
Hay seis misiones más programadas antes de finales del próximo año, incluyendo dos misiones con tripulación, dos módulos de laboratorio y dos misiones de carga.
“Para China, sus vuelos espaciales tripulados todavía están en una etapa temprana, ya que han estado haciendo esto durante menos de 20 años … y en menos de 10 misiones”, agregó Cheng. “En el pasado, los chinos organizaban un vuelo con tripulación cada dos o tres años. Ahora, los envían cada pocos meses”.
“Si los chinos mantienen este ritmo… refleja un cambio importante en el ritmo de las misiones para sus esfuerzos de vuelos espaciales tripulados”.
Los preparativos para el despegue
CNN contó con un acceso inusual al lanzamiento esta semana, incluyendo una serie de eventos y conferencias de prensa muy organizadas en vísperas del lanzamiento.
El lugar de lanzamiento parece estar en medio de la nada, en el desierto de Gobi, a horas de distancia de la ciudad, rodeado de áridas llanuras de arena y roca. Solo hay una carretera que atraviesa el centro del desierto, y luego una franja de nada a su alrededor, solo algunas montañas bajas en la distancia.
La carretera cercana al lugar estaba llena de carteles que advertían de que se trataba de una zona militar en la que no se permitía la entrada a personas no autorizadas. El programa espacial tripulado del país es supervisado por un organismo militar, y muchas de las instalaciones de lanzamiento y los satélites son gestionados directamente por el Ejército Popular de Liberación.
Llegar al centro de lanzamiento fue como entrar en una ciudad en miniatura, con extensas carreteras, dormitorios y estadios. Una valla publicitaria tenía la imagen del presidente Xi Jinping, junto a las palabras “Sueño chino, sueño espacial”.
El programa espacial de China llegó tarde al juego. Se estableció a principios de la década de 1970, años después de que el astronauta de EE.UU. Neil Armstrong aterrizara en la luna. Pero el caos de la Revolución Cultural china frenó el esfuerzo espacial de la nación, y el progreso se pospuso hasta principios de la década de 1990.
Los administradores espaciales eligieron dos clases de astronautas en 1998 y 2010, sentando las bases para una rápida aceleración de las misiones espaciales. Con la ayuda de las reformas económicas de la década de 1980, el programa espacial de China progresó silenciosamente hasta el lanzamiento de la primera misión tripulada en 2003.
Desde entonces, el gobierno ha invertido miles de millones de dólares en el programa espacial, y la recompensa ha sido evidente. China aterrizó con éxito un rover exploratorio en la Luna el pasado diciembre y otro en Marte en mayo. El primer módulo de la estación espacial Tiangong se lanzó en abril. La semana pasada, un equipo internacional de científicos dio a conocer sus conclusiones sobre las rocas lunares que China trajo a la Tierra.
“Lo que resulta verdaderamente impresionante del programa espacial chino es la rapidez con la que ha avanzado, en todos los frentes principales, desde una base bastante baja en la década de 1990”, dijo David Burbach, profesor asociado de Asuntos de Seguridad Nacional en la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos.
“La Agencia Espacial Europea, Rusia, India e Israel han sufrido fracasos de sondas a la Luna o a Marte en los últimos años; China tuvo éxito con ambas en los primeros intentos”, dijo Burbach a CNN, por correo electrónico. Aunque EE.UU. sigue teniendo el programa espacial más importante del mundo, dijo, “no hay duda de que China es hoy la potencia espacial número 2 del mundo”.
Las ambiciones de China abarcan años en el futuro, con grandes planes de exploración, investigación y comercialización del espacio. Uno de los mayores proyectos será la construcción de una estación de investigación conjunta China-Rusia en el polo sur de la Luna para 2035, una instalación que estará abierta a la participación internacional.
Política en el espacio
Incluso en el espacio, no se puede escapar de la política terrestre.
Los astronautas chinos llevan mucho tiempo sin poder acceder a la Estación Espacial Internacional debido a las objeciones políticas y las restricciones legislativas de Estados Unidos.
A medida que el programa espacial chino se ha ido ampliando, algunos países, como Rusia, han tendido la mano para colaborar, pero otros siguen siendo cautelosos. No está claro, por ejemplo, si la Unión Europea cooperará con China en el ámbito espacial, sobre todo porque el escepticismo en Europa respecto a China aumenta tras varios roces diplomáticos y controversias recientes sobre política y derechos humanos, dijo Cheng.
Estados Unidos, por su parte, sigue manteniéndose al margen. No se trata de una prohibición total de la interacción, dijo Cheng, por ejemplo, los científicos estadounidenses y chinos pueden charlar en conferencias internacionales, pero la Enmienda Wolf de 2011 cierra efectivamente la puerta a la verdadera cooperación bilateral en el espacio al prohibir a la NASA a invertir dinero en interacciones con China.
Una de las razones por las que la investigación espacial no puede separarse de la política terrestre, y por la que la cuestión es tan complicada, es porque “el programa espacial chino está fuertemente influenciado, y sus programas humanos y lunares son supervisados, por el ejército de China”, dijo Cheng. “Cooperar con China en el espacio significa cooperar con los militares de China”.
Pero Burbach, el profesor, dijo que la división entre los países “va demasiado lejos”, bloqueando potencialmente el valioso progreso científico.
“Tal y como están las cosas, los científicos estadounidenses y chinos ni siquiera podrán intercambiar muestras de rocas lunares, algo que sí hacían Estados Unidos y los soviéticos durante la Guerra Fría”, escribió Burbach en un correo electrónico.
Aunque dijo que la frialdad es “comprensible” dado el deterioro de la relación entre EE.UU. y China, Burbach añadió que “muchos aliados de Estados Unidos están dispuestos a colaborar con China en la exploración espacial, y EE.UU. probablemente no gane mucho adoptando una línea tan intransigente”.
Es posible que China no necesite la ayuda estadounidense en este momento. China ya está significativamente por delante de Europa, y está alcanzando rápidamente a Estados Unidos, dijo.
“El desarrollo de los vuelos espaciales tripulados de China se basa en nuestro propio plan. Tenemos nuestra estrategia y nuestro plan”, dijo Lin Xiqiang, director general adjunto de la Agencia Espacial Tripulada de China. “No pensamos en compararnos con otros”.
Y aunque ha sido excluida de la EEI, la estación espacial china podría ser algún día la principal en funcionamiento, ya que la NASA podría retirar la EEI en 2030.
Si Estados Unidos “no puede o no quiere mantener una presencia humana en el espacio”, China podría obtener una ventaja y adelantarse, dijo Cheng.
Eso deja un hueco que China debe llenar, e incluso si la EEI sigue abierta, la estación espacial Tiangong podría convertirse en un rival importante. Es probable que China permita a los astronautas extranjeros de distintos países permanecer en la estación y realizar experimentos, lo que aumentaría su “prestigio internacional y su diplomacia, al igual que la de Estados Unidos”, afirmó Burbach.