(CNN) – Después de casi un año sin lluvia, una serie de potentes tormentas del Pacífico se dirigen al norte de California esta semana, lo que podría llevar hasta 300 milímetros de lluvia y hasta un metro de nieve en la Sierra Nevada.
Sobrealimentadas por un patrón de río atmosférico clásico, las tormentas podrían provocar inundaciones repentinas y flujos de escombros peligrosos en una amplia franja de la región ya devastada por incendios forestales recientes.
Con cada tormenta sucesiva, el potencial de humedad aumenta, alcanzando su punto máximo posiblemente con un evento fluvial atmosférico raro de categoría 5 el domingo.
“Un río atmosférico marcado como de categoría 4 o 5 es capaz de producir totales notables de lluvia durante tres o más días, probablemente supere el 10-15% de la precipitación de un año típico en algunos lugares”, dijo Marty Ralph, director del Centro para el Clima Occidental y los Extremos del Agua en UC San Diego.
Los ríos atmosféricos son una banda estrecha de humedad concentrada en la atmósfera, que navega a más de 3 kms sobre el océano; pueden transportar en forma de vapor más de 20 veces el agua que lo hace el río Mississippi en forma líquida.
Para cuando llegue el lunes por la mañana, el desfile de tormentas podría dejar caer entre 200 y 300 milímetros de lluvia en partes del norte de California y agregar otros 30 cms a 1 metro de nieve a la Sierra alta. Para un área asolada por la sequía, 300 milímetros de lluvia es demasiado, demasiado rápido y demasiado pronto y probablemente provocará escorrentías, inundaciones repentinas y flujo de escombros en las áreas con cicatrices de incendios.
Una carrera para prevenir los flujos de escombros
Las cicatrices de incendios –el paisaje carbonizado– que quedaron después del incendio Dixie, cerca de Mount Lassen y el incendio Caldor, no lejos de South Lake Tahoe, siguen siendo susceptibles a inundaciones repentinas y flujos de escombros. Esta masa mortal y de rápido movimiento hecha de agua, rocas, tierra y vegetación puede causar estragos en las comunidades río abajo, destruyendo hogares e infraestructura. Estos peligros geológicos son un subproducto del suelo quemado, que puede ser tan repelente al agua como el pavimento. La lluvia que de otro modo sería absorbida por el suelo, ahora puede escurrirse rápidamente después de un incendio forestal.
El Equipo de Respuesta a Emergencias de Cuencas Hidrográficas del Departamento de Protección Forestal e Incendios (Cal Fire) se ha estado preparando antes de las fuertes lluvias, evaluando e identificando las áreas más susceptibles a los peligros posteriores al incendio, como flujos de escombros, inundaciones y desprendimientos de rocas.
“La erosión es muy difícil de tratar en las partes más empinadas y más severamente quemadas de un área incendiada, y esto generalmente resulta en el mayor riesgo para la vida, la seguridad y la propiedad”, dice Lynnette Round, funcionaria de comunicaciones de Cal Fire.
“Las áreas de preocupación son donde los valores en riesgo (casas, carreteras, etc.) están por debajo de las áreas escarpadas quemadas con una severidad de quemado del suelo de moderada a alta”, dice Round. “Para el incendio de Dixie, esto es principalmente a lo largo del corredor de la autopista 70 y partes de Indian Valley y Genesee Valley. Para el incendio de Caldor, esto sería a lo largo de partes del corredor de la autopista 50 y las áreas bajas del río Cosumnes”, agregó Round.
No hay que mirar muy lejos para ver un desastre de este tipo en California. En enero de 2018, pocas semanas después de que el incendio Thomas quemó las colinas del condado de Santa Bárbara, las personas que vivían debajo de las laderas en áreas quemadas fueron devastadas por numerosos flujos de escombros después de que una potente tormenta de enero azotara la región. Se incurrieron millones de dólares en daños y se perdieron casi dos docenas de vidas.
FOTOS | Sequía histórica e incendios en California
No es el final de la sequía, pero tal vez de la temporada de incendios forestales
El lunes, Sacramento registró su primera gota de lluvia desde el Día de San Patricio. Registrando solo 0,02 milímetros de lluvia, terminando una racha seca de 212 días, la más larga registrada. No es sorprendente que más del 92% del oeste de EE. UU. y el 93% de California estén experimentando algún nivel de sequía, y este último en gran parte en la categoría extrema, de acuerdo con el Monitor de Sequía de EE.UU. de la semana pasada, un informe semanal publicado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
“La buena noticia es que esta lluvia terminará bastante bien con las preocupaciones sobre el clima de incendios en el norte y centro de California. Sin embargo, con La Niña, todavía estamos buscando no recibir suficiente lluvia para poner fin a la sequía”, dijo Norm Hoffmann, quien se desempeñó como meteorólogo de la Fuerza Aérea de EE. UU. y el Servicio Meteorológico Nacional en California durante más de 30 años.
La semana pasada, NOAA anunció que las condiciones de La Niña se habían desarrollado en el Océano Pacífico y se espera que persistan durante el invierno y principios de la primavera.
“La Niña tiende a estar asociada con precipitaciones por encima de lo normal en el noroeste del Pacífico y precipitaciones por debajo de lo normal en el suroeste, con el punto de pivote en el norte de California. Sin embargo, un par de ríos atmosféricos importantes que golpean el suroeste pueden evitar que esa área esté tan seca como podría estar”, dice Ralph.
Aunque la lluvia beneficiará en gran medida a grandes áreas del oeste de EE.UU., Ralph señala que puede ser simplemente un gota en el cubo en la situación de sequía más amplia.
“Las tormentas representan un fuerte comienzo de la temporada de lluvias, pero no garantizan la recuperación de la sequía. Eso requeriría una serie de eventos fluviales atmosféricos adicionales durante el invierno”, agregó.
Ralph es uno de los principales expertos en eventos fluviales atmosféricos. Señala que una categoría 5 al norte de San Francisco ocurre en promedio una vez cada cuatro años. Estos sistemas pueden impactar al estado hasta 10 veces al año, a veces representando casi el 50% de la precipitación de California.
Desde el 1 de enero, las ciudades de Sacramento y San Francisco solo han registrado alrededor de 130 milímetros de lluvia; lo normal hasta la fecha está más cerca de 330 milímetros para ambas ciudades. Más al norte, la ciudad de Redding, California, también recibirá la humedad después de haber registrado solo 270 milímetros de lluvia desde el 1 de enero, casi 300 milímetros por debajo de la norma climatológica para fines de octubre.
Aunque las cantidades de lluvia parecen prometedores para ayudar a aliviar gran parte de las preocupaciones sobre el clima de incendios en el norte de California, los modelos han sido mucho menos optimistas sobre sus posibles impactos para el sur de California, donde el clima del fuego a menudo puede prolongarse hasta noviembre y diciembre.