Hong Kong (CNN) – Zhang Zhan, una periodista ciudadana encarcelada por informar sobre el brote inicial de covid-19 en Wuhan, China, a principios de 2020, necesita desesperadamente atención médica, según Human Rights Watch (HRW).
El grupo de derechos humanos con sede en EE.UU. pidió a las autoridades de Beijing que liberen a Zhang, exabogada, quien fue detenida en mayo de 2020 y sentenciada en diciembre a cuatro años de prisión por “provocar peleas y buscar problemas”, un cargo de uso común por el gobierno chino para atacar a los disidentes y activistas de derechos humanos.
La mujer de 38 años ha estado en varias huelgas de hambre desde que fue detenida y fue hospitalizada brevemente, pero fue enviada de regreso a prisión a pesar de que su salud empeoraba.
La madre de Zhang, quien tuvo una videollamada con ella en octubre, dijo que su hija no podía levantar la cabeza por falta de fuerza: mide 1,78 metros), pero ahora pesa unos 40 kilogramos y necesita tratamiento médico urgente.
“El gobierno chino debe rendir cuentas por permitir que otro crítico pacífico cayera gravemente enfermo mientras estaba injustamente encarcelado”, dijo Yaqiu Wang, investigador sénior de China de Human Rights Watch. “Los gobiernos deberían pedir la liberación urgente de Zhang Zhan para evitar que una situación ya terrible se convierta en trágica”.
En los primeros meses de la pandemia, Zhang viajó unos 600 kilómetros desde Shanghai a Wuhan para informar sobre la propagación del virus y los intentos posteriores de contenerlo, justo cuando las autoridades comenzaron a controlar los medios de comunicación estatales y privados chinos.
Durante más de tres meses, documentó fragmentos de la vida bajo llave en Wuhan y la dura realidad que enfrentan sus residentes, desde hospitales desbordados hasta tiendas vacías. Publicó sus observaciones, fotos y videos en Wechat, Twitter y YouTube, los dos últimos bloqueados en China.
Sus publicaciones se detuvieron abruptamente a mediados de mayo, y más tarde se reveló que la policía la detuvo y la llevó de regreso a Shanghai.
Durante una huelga de hambre anterior, Amnistía Internacional alega que la esposaron y la alimentaron a la fuerza, trato que, según el grupo, equivalía a tortura.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China no respondió previamente a CNN sobre las acusaciones de maltrato de Zhang durante la detención.
En una extensa declaración emitida en julio de 2020, el Ministerio de Relaciones Exteriores negó que el gobierno chino hubiera tomado medidas enérgicas contra los periodistas que “ejercieron su derecho a la libertad de expresión en Internet” durante la pandemia.
“En China, nadie es castigado o sancionado simplemente por hacer comentarios”, dice el comunicado. “El gobierno chino siempre ha llevado a cabo su respuesta al covid-19 de una manera abierta y transparente, y ha conseguido logros ampliamente reconocidos”.
Zhang fue una de varios reporteros independientes que fueron detenidos o desaparecidos durante el inicio de la pandemia, cuando las autoridades chinas tomaron medidas drásticas contra la cobertura del virus y los medios de propaganda aceleraron para retratar la respuesta de Beijing como efectiva y oportuna.
China tiene el mayor número de periodistas encarcelados en el mundo, según Reporteros sin Fronteras (RSF), y controla estrictamente a la prensa local mientras bloquea la mayoría de los medios de comunicación extranjeros a través del Gran Cortafuegos, su vasto aparato de censura y vigilancia en línea.
En 2020, China expulsó a periodistas de The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal, en un movimiento sin precedentes contra la prensa extranjera. Beijing dijo que la medida, que se produjo en medio de una ola de informes críticos sobre la respuesta inicial de China al coronavirus, fue una reacción a las recientes restricciones de Washington sobre cómo operan los medios estatales chinos en Estados Unidos.
Informe adicional de James Griffiths.