(CNN) – La vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris encabezará una delegación que llegará a Honduras esta semana para asistir a la histórica toma de posesión de la presidenta electa Xiomara Castro. Harris buscará apoyo adicional para lograr su difícil tarea de abordar las causas fundamentales de la migración a la frontera sur de EE.UU.
Con el viaje de alto perfil de este jueves, expertos le dijeron a CNN que la vicepresidenta y el gobierno de Biden están mostrando claramente su interés en asociarse con Honduras para alcanzar ese objetivo. Pero el liderazgo de Xiomara Castro ya enfrenta a una prueba importante, pues el país se encuentra en medio de una crisis política. Lo que implica obstáculos para Harris y la administración de Biden en general.
“Creo que es una oportunidad que no hemos visto en Honduras en bastante tiempo”, dijo a CNN Jason Marczak, director principal del Centro para América Latina Adrienne Arsht del Atlantic Council. “Y es una oportunidad en la que Estados Unidos tiene que usar todas las herramientas a su disposición para tratar de avanzar, dada la importancia de abordar estos temas para sus propios intereses”.
Castro se postuló como agente de cambio para su país. Fue elegida con una plataforma para erradicar la corrupción, restaurar la democracia y reducir el crimen organizado, que ha afligido al país durante décadas. El gobierno de Biden ha identificado que todos esos problemas tienen un papel descomunal en el impulso de la migración.
Pero, durante la última semana, los legisladores hondureños llegaron a las manos después de que miembros del Partido Libre de Castro se rebelaron y eligieron a Jorge Calix como presidente del Congreso en lugar de Luis Redondo, negándole a Castro una cámara controlada por sus aliados. Esto la ha dejado políticamente debilitada, lo que hace que algunos se pregunten si tendrá el apoyo para restablecer el país como prometió.
Kamala Harris apuesta a tener un aliado en Honduras
Aún así, la administración de Estados Unidos parece dispuesta a hacer avances con la nueva líder a pesar de cualquier agitación política que pueda existir. La visita de Harris marcará un cambio frente a la manera en que la vicepresidenta abordó al anterior líder de Honduras, quien estuvo implicado en un caso de narcotráfico. Kamala Harris habló con Castro en diciembre: fue la primera vez que conversó con un líder de ese país desde que comenzó su asignación en marzo pasado. Todas las demás comunicaciones entre Estados Unidos y Honduras ocurrieron previamente en otros niveles gubernamentales.
“La visita de la vicepresidenta promoverá el compromiso que ella y la presidenta electa Castro hicieron durante su llamada telefónica del 10 de diciembre para profundizar la asociación entre Estados Unidos y Honduras, y trabajar juntos para promover el crecimiento económico, combatir la corrupción y abordar las causas profundas de migración”, dijo Sabrina Singh, subsecretaria de prensa de la vicepresidenta, en un comunicado la semana pasada para anunciar la visita.
Entre quienes viajarán con Harris a Honduras se encuentran la administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Samantha Power, y el representante demócrata de California Raúl Ruiz. Los diplomáticos en la delegación incluyen a José Fernández, subsecretario de crecimiento económico, energía y medio ambiente del Departamento de Estado.
En una declaración a CNN, Ruiz, presidente del grupo legislativo Hispano del Congreso, dijo que espera unirse a la delegación, ya que “representa una oportunidad increíble para fortalecer nuestras asociaciones en el hemisferio occidental y promover nuestros intereses comunes”.
Matthew Rooney, director gerente de la Iniciativa de Crecimiento Económico del Instituto Bush-SMU, calificó la asistencia del vicepresidente como “un gesto importante”.
“La llegada de una nueva presidenta a Honduras es una oportunidad importante para dar forma a la conversación con la región y participar”, dijo a CNN.
Migración, una tarea difícil que nunca será más fácil
Navegar por los gobiernos del Triángulo Norte y los problemas que los acompañan ha sido un reto para las administraciones anteriores, y eso sigue siendo cierto para la Casa Blanca de Biden. Encontrar un socio confiable en la región ha sido difícil para la administración.
En El Salvador hay preocupación sobre limitar los controles y equilibrios en el gobierno, mientras que en Guatemala hay inquietudes sobre la corrupción gubernamental. Y en Honduras, la preocupación era aún mayor por la corrupción dentro del gobierno.
“Las relaciones familiares del expresidente con un narcotraficante convicto lo volvieron radiactivo desde el punto de vista estadounidense. Y creo que parece bastante claro que fue un gobierno bastante corrupto”, dijo Rooney, refiriéndose al presidente Juan Orlando Hernández.
Una fuente familiarizada con el gobierno de Estados Unidos dijo que los funcionarios están buscando “una amplia gama de formas diferentes” para ayudar a Honduras. Y agregó que los funcionarios han viajado a Honduras antes de la toma de posesión para sentar las bases y descifrar lo que el país podría necesitar.
Las organizaciones de la sociedad civil en la región también están anunciando la asunción de Castro como un soplo de aire fresco, dijo a CNN Ana María Méndez-Dardón, directora para América Central de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos.
Castro, exprimera dama cuyo esposo, el expresidente Manuel Zelaya, fue derrocado en un golpe de Estado hace 12 años, se convertirá en la primera mujer presidenta de Honduras.
Honduras, el segundo viaje de Kamala Harris a la región
El viaje de este jueves marcará la segunda vez que Kamala Harris visitará el Triángulo Norte. Ocurre más de seis meses después de que su primer viaje, a Guatemala y México, se viera ensombrecido por fallas en los mensajes y preguntas agudas sobre por qué no había visitado aún la frontera entre Estados Unidos y México.
El papel de Harris ha resultado ser un camino difícil hasta ahora, pues los críticos republicanos han tratado de hacerla el rostro de la respuesta del gobierno Biden en la frontera. Y recibió críticas de su propio partido por una severa advertencia a los inmigrantes indocumentados de no cruzar por la frontera, que pronunció en ese mismo viaje.
Ahora Harris parece lista para comenzar su segundo año en el cargo apoyándose en la serie de causas fundamentales que el presidente Joe Biden le asignó el año pasado. A principios de este mes, Harris habló con el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei. Los dos discutieron la migración, el desarrollo económico y la lucha contra la corrupción.
Las inversiones privadas aún han llegado a Guatemala, Honduras y El Salvador bajo la dirección de Harris, y se espera que continúen en los próximos meses. El mes pasado, Harris anunció una nueva lista de compromisos del sector privado con la región, basándose en un acuerdo inicial que detallaba US$ 750 millones en compromisos de importantes empresas como Microsoft, Mastercard, Chobani, Duolingo, Nespresso, Bancolombia y Davivienda.
Nespresso, por ejemplo, está trabajando con más de 1.200 agricultores en la región y está comprando cafés de fincas en Honduras y El Salvador por primera vez en la historia de la compañía.
Microsoft planea expandir el acceso a Internet a millones de personas en la región para julio.
Pero la cooperación de países como Honduras en el futuro puede producir resultados de mayor alcance en la región, argumentó Jonathan Fantini Porter, cofundador y director ejecutivo de la Asociación para América Central, que apoya el “Call to Action” de Harris.
“No se puede alcanzar la escala del impacto a nivel nacional y regional sin verdaderas alianzas público-privadas”, dijo. Y agregó: “El cambio no sucede si no se implementa todo el sistema”.
“Los números no mienten”
Pero uno de los desafíos en la ejecución de la estrategia de causas fundamentales de la vicepresidenta es encontrar un socio en la región que quiera trabajar con EE.UU. en temas clave como la lucha contra la corrupción.
“Si Honduras es nuestra mejor esperanza para hacer avanzar las cosas en Centroamérica, estamos en una situación realmente difícil”, dijo sin rodeos la fuente familiarizada con el los planes de la administración, señalando los desafíos que presenta el país.
La pandemia de coronavirus exacerbó el deterioro de las condiciones en América Central y del Sur, lo que llevó a la gente a viajar al norte. De los 170.186 arrestos que realizó la Patrulla Fronteriza en diciembre, más de 47.000 eran migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. Estados Unidos todavía está expulsando a decenas de miles de migrantes centroamericanos bajo una orden de salud pública que implementó el entonces presidente Donald Trump.
“Los números no mienten. Y verás, la migración continúa. Y es un gran problema”, dijo Méndez-Dardón.
En los últimos meses, el número de migrantes de América del Sur también ha aumentado de manera constante, aunque el flujo disminuyó gradualmente este mes.
La ministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Erika Mouynes, dijo a CNN este viernes que la cantidad de personas que cruzan el traicionero Tapón del Darién, que se extiende entre Panamá y Colombia, ha “disminuido considerablemente”. Los migrantes que vienen de América del Sur a menudo pasan por esa brecha en su camino a Estados Unidos.
“La situación está mucho más bajo control”, dijo. “Reconocemos que podría cambiar en cualquier momento”.
Mouynes adjudicó la disminución de los cruces hacia Panamá a la represión de las redes de contrabando y a una mayor coordinación entre los países de la región.
Los funcionarios de la administración están considerando un posible pacto regional que abarque países de América Central y del Sur para promover la coordinación para detener el flujo de migración y trabajar para estabilizar la región.
Biden reconoció el estado de la región durante una conferencia de prensa de casi dos horas la semana pasada, diciendo que está en contacto con los líderes de los países de América del Sur y que trabaja en estrecha colaboración con ellos “para tratar de ayudar a los países en cuestión”. También asintió a la difícil situación de las personas que eligen abandonar sus países de origen.
“La gente se va porque tiene problemas reales”, dijo.