(CNN) — Funcionarios estadounidenses identificaron este domingo tres áreas en las que Estados Unidos podría tomar medidas pronto en un intento de abordar la intensificación de la guerra de Rusia en Ucrania: una prohibición a las importaciones de petróleo ruso, una declaración de crímenes de guerra contra Rusia y ayuda para facilitar entrega de aviones de combate polacos a Ucrania.
Las discusiones urgentes en curso entre los principales asesores del presidente Joe Biden y entre los aliados europeos de Estados Unidos se produjeron cuando los esfuerzos para evacuar a los civiles de las ciudades ucranianas se vieron obstaculizados por los bombardeos rusos y cuando el presidente de Ucrania suplicó a Occidente que hiciera más.
Altos funcionarios de seguridad nacional de Estados Unidos dijeron que buscan apresuradamente formas de castigar aún más a Putin mientras brindaban apoyo al ejército ucraniano superado en armas.
La Casa Blanca y otros funcionarios occidentales han dejado en claro en los últimos días que esperan que el próximo tramo de la guerra sea el más sangriento a medida que Putin se frustra por los avances más lentos de lo esperado de Rusia y busca formas de seguir adelante.
“Vladimir Putin tiene, desafortunadamente, la capacidad, con el poderío que tiene en Ucrania y la superioridad que tiene, la capacidad de seguir haciendo trizas las cosas contra ucranianos increíblemente resistentes y valientes”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, a Jake Tapper de CNN en el programa “State of the Union” este domingo.
“Creo que tenemos que estar preparados para que esto dure algún tiempo”, afirmó Blinken. “Pero simplemente ganar una batalla no es ganar la guerra”.
Prohibición de las importaciones de petróleo ruso
Biden, quien pasó el fin de semana en su casa en Delaware, convocó una llamada telefónica este sábado con los principales miembros de su gobierno para discutir una posible prohibición de las importaciones de petróleo ruso, dijo Blinken, un paso que ha estado bajo consideración en la Casa Blanca desde la semana pasada.
“Ahora estamos hablando con nuestros socios y aliados europeos para considerar de manera coordinada la posibilidad de prohibir la importación de petróleo ruso, mientras nos aseguramos de que todavía haya un suministro adecuado de petróleo en los mercados mundiales”, afirmó Blinken. “Esa es una discusión muy activa mientras hablamos”.
Biden se ha enfrentado a la presión de demócratas y republicanos por igual para imponer restricciones más estrictas al sector energético de Rusia, lo que podría resultar mucho más destructivo que las sanciones económicas aplicadas por Occidente hasta la fecha.
Las importaciones de petróleo ruso a Estados Unidos representan un porcentaje relativamente pequeño del suministro total del país y han disminuido drásticamente en las últimas semanas. No hay duda de que Rusia podría vender esos suministros a otros países, incluida China, si Estados Unidos deja de comprarlos.
Aún así, el paso sería significativo, particularmente porque cualquier sanción aplicada al sector energético de Rusia alguna vez se consideró virtualmente fuera de la mesa dadas las posibles ondas en el mercado mundial del petróleo. Hasta ahora, Estados Unidos y Europa han evitado en su mayoría medidas importantes que podrían afectar la energía rusa, aunque Estados Unidos prohibió la importación a Rusia de los equipos necesarios para la extracción de petróleo y gas.
“No tiene ningún sentido seguir comprando petróleo de Rusia que utilizan para financiar esta guerra y esta campaña asesina que emprenden”, dijo este domingo el senador republicano Marco Rubio de Florida a Tapper en CNN.
Los principales demócratas, incluido el demócrata número dos del Senado, Dick Durbin, de Illinois, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, también expresaron su apoyo a la prohibición de las importaciones de petróleo, y se presentó un proyecto de ley bipartidista en el Congreso que ordenaría tal paso.
Los funcionarios de la Casa Blanca ahora revisan seriamente qué podría hacer una prohibición a los precios interno del combustible, que han alcanzado nuevos máximos a medida que la guerra en Ucrania hace que el precio del petróleo se dispare.
“Analizamos opciones que podemos tomar ahora mismo, si tuviéramos que reducir el consumo estadounidense de energía rusa, pero lo más importante es que mantengamos un suministro constante de energía global”, dijo la presidenta del Consejo de Asesores Económicos, Cecilia Rouse a los periodistas en una conferencia de prensa este viernes.
Los funcionarios de la Casa Blanca han dicho que es poco probable que Biden tome medidas dirigidas al sector energético de Rusia sin el apoyo explícito de Europa, que depende mucho más del petróleo y el gas ruso que Estados Unidos. Hablando este domingo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que se estaba trabajando para reducir esa dependencia.
“Está muy claro que, para nosotros, existe una estrategia sólida ahora para decir que tenemos que deshacernos de la dependencia de los combustibles fósiles de Rusia”, dijo a Tapper en CNN. “Por lo tanto, solo estamos discutiendo en la Unión Europea un enfoque estratégico, un plan, cómo acelerar la inversión en energías renovables, cómo diversificar nuestro suministro de energía”.
Posibles crímenes de guerra
Mientras los funcionarios revisan una posible prohibición del petróleo ruso, hay un esfuerzo paralelo en marcha para evaluar si los ataques contra civiles en Ucrania constituirían un crimen de guerra.
Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, dijo este domingo que Estados Unidos estaba “trabajando con nuestros socios para recopilar y proporcionar información” sobre posibles crímenes de guerra.
“Cualquier ataque a civiles es un crimen de guerra”, dijo en ABC News. A principios de esta semana, Biden no llegó a calificar las acciones de Rusia en Ucrania como un crimen de guerra, aunque dijo que creía que estaba “claro” que Rusia estaba atacando a civiles.
Informes desde el terreno en Ucrania, incluidos los de los reporteros de CNN, han encontrado áreas civiles que fueron bombardeadas. Ucrania ha afirmado que miles de civiles han muerto, aunque otras estimaciones –incluso de la ONU – han sido más bajas.
El asediado presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, describió lo que está sucediendo en su país como crímenes de guerra y pidió que un tribunal internacional investigue. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha hecho acusaciones similares. La Corte Penal Internacional de La Haya ha abierto una investigación sobre posibles crímenes de guerra.
La semana pasada, la embajada de Estados Unidos en Kyiv dijo en un tuit que sería un crimen de guerra atacar una planta de energía nuclear después de que Rusia hiciera precisamente eso. Pero en una pelea posterior, el Departamento de Estado les dijo a otras embajadas que no amplificaran el mensaje, una señal de que la administración aún no ha decidido si calificar lo que está ocurriendo ahora en Rusia como un crimen de guerra.
“Hemos visto informes muy creíbles de ataques deliberados contra civiles, lo que constituiría un crimen de guerra. Hemos visto informes muy creíbles sobre el uso de ciertas armas”, dijo Blinken el domingo en CNN. “Y lo que estamos haciendo en este momento es documentar todo esto, ponerlo todo junto, mirarlo y asegurarnos de que, a medida que las personas y las organizaciones e instituciones apropiadas investigan si se han cometido o se están cometiendo crímenes de guerra, que podamos pueden apoyar lo que sea que estén haciendo”.
Aviones de combate polacos
Al hablar ante los legisladores estadounidenses virtualmente este sábado, Zelensky hizo un llamado apasionado a Estados Unidos para que aumente su asistencia, incluso a través de sanciones económicas más duras.
Hizo otra solicitud para que EE.UU. y la OTAN impongan una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, que ha sido rotundamente rechazada debido a su potencial para enfrentar a Estados Unidos directamente contra Rusia.
Aparte de eso, Zelensky solicitó el apoyo de Estados Unidos para facilitar la transferencia de aviones de combate de la era soviética de los países de Europa del Este a Ucrania, donde los pilotos han sido entrenados para volarlos y podrían usarlos para controlar los cielos.
El sábado por la noche, los funcionarios estadounidenses y polacos estaban en conversaciones sobre un posible acuerdo para suministrar al país aviones de combate F-16 estadounidenses a cambio de que Polonia envíe sus aviones de fabricación rusa a Ucrania.
“Trabajamos con Polonia mientras hablamos para ver si podemos rellenar cualquier cosa que proporcionen a los ucranianos”, dijo Blinken el domingo. “Pero también queremos ver si podemos ser útiles para asegurarnos de que, independientemente de lo que proporcionen a los ucranianos, les llegue algo para compensar cualquier brecha en la seguridad de Polonia que pueda resultar”.
Thomas-Greenfield también dejó en claro que Estados Unidos “no se ha opuesto de ninguna manera a que el gobierno polaco proporcione estos aviones a Ucrania”.