Nota del editor: Frida Ghitis, (@fridaghitis) exproductora y corresponsal de CNN, es columnista de asuntos mundiales. Es colaboradora semanal de opinión de CNN, columnista del diario The Washington Post y columnista de World Politics Review. Las opiniones expresadas en este comentario le pertenecen únicamente a su autora.
(CNN) – Sabíamos que el histórico discurso del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ante el Congreso sería emocionalmente abrasador y extraordinariamente poderoso. Pero el discurso del miércoles fue más que eso.
Las palabras de Zelensky no solo están destinadas a los libros de historia. Es probable que energicen el apoyo a la defensa de Ucrania contra la maquinaria de guerra del presidente ruso, Vladimir Putin, y repercutirán en todo Estados Unidos.
Cuando los principales demócratas y republicanos de Estados Unidos se levantaron uno al lado del otro para darle una ovación de pie a Zelensky, supimos que el presidente ucraniano había dejado su huella. Zelensky, recordando a los estadounidenses lo que realmente significa la libertad después de que el país pasó años devaluándola en pequeñas batallas políticas, demuestra que hay una nueva seriedad en la nación.
Zelensky, ahora un rostro familiar en todo el mundo con su camiseta de color militar y su barba que evoluciona lentamente, se dirigió a todos los estadounidenses:
“Miembros del Congreso, damas y caballeros, estadounidenses, amigos”, dijo, porque tenía una misión específica para cada uno: un papel que podían desempeñar para ayudar a salvar no solo a Ucrania, sino potencialmente al futuro de la democracia y la paz. “En este momento, se está decidiendo el destino de nuestro país…”, declaró, “si los ucranianos serán libres”. Pero esta no es solo su batalla, insistió. “El pueblo ucraniano está defendiendo no solo a Ucrania, estamos luchando por los valores de Europa y del mundo”.
Después de mostrar un video desgarrador de los ucranianos que soportan la ofensiva de Rusia, cambió del ucraniano al inglés y habló directamente con el presidente de EE.UU. “Estoy agradecido con el presidente Biden por su participación personal, por su compromiso sincero con Ucrania y la democracia en todo el mundo”, dijo, destacando el liderazgo de Biden en la disposición de sanciones, apoyo militar y un frente internacional unificado contra Rusia.
“Gracias”, le dijo a Biden y al pueblo estadounidense, pero necesitamos más.
Agarrando a Biden retóricamente por las solapas, dijo: “Eres el líder de la nación, de tu gran nación. Deseo que seas el líder del mundo. Ser el líder del mundo significa ser el líder de la paz”.
Como lo ha hecho con otras audiencias, Zelensky adaptó su mensaje. Imagínense ser golpeado desde el cielo, como el 11 de septiembre, pero todos los días, les dijo a los estadounidenses. Habló de Pearl Harbor y citó a Martin Luther King. “Tengo un sueño…”, entonó, “puedo decir, tengo una necesidad. Necesito proteger nuestro cielo”. La principal solicitud de Zelensky es que Estados Unidos imponga una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, para proteger a su pueblo de los bombardeos rusos. Biden hasta ahora se ha negado, argumentando que podría conducir a la Tercera Guerra Mundial al poner a Estados Unidos en una confrontación militar directa con Rusia.
Pero el discurso de Zelensky no fue solo un llamado a la conciencia. No fue solo un recordatorio de que los valores que Estados Unidos aprecia más profundamente —libertad, democracia, autodeterminación— están en juego.
A pesar de toda su retórica, Zelensky es pragmático y realista. Incluso ofreció una alternativa si la zona de exclusión aérea está fuera de las posibilidades. En cambio, pidió aviones y sistemas de defensa aérea. Presentó una lista de ideas, de solicitudes, de formas en que Estados Unidos y el mundo podrían ayudar.
“En el momento más oscuro para nuestro país, para toda Europa, les pido que hagan más”, dijo al Congreso, les dijo a los estadounidenses.
Pidió nuevos paquetes de sanciones, “constantemente, todas las semanas hasta que la maquinaria militar rusa se detenga”. Pidió sanciones contra todos los políticos rusos “que permanecen en sus oficinas y no cortan lazos con los responsables de la agresión contra Ucrania”, esencialmente cómplices de Putin. Hizo un llamado a las empresas estadounidenses para que cierren sus operaciones en Rusia, “dejen su mercado de inmediato porque está inundado con nuestra sangre”. Pidió que los puertos estadounidenses se cerraran a los productos rusos.
Zelensky dijo a los miembros del Congreso que presionen a las empresas de sus distritos para que dejen de hacer negocios con el país que está golpeando al suyo.
“Estoy pidiendo para estar seguro”, dijo, “de que los rusos no reciban un solo centavo que usen para destruir a la gente en Ucrania”.
Horas más tarde, Biden aprobó US$ 800 millones adicionales en asistencia militar para Ucrania, lo que eleva el total a US$ 1.000 millones en ayuda solo esta semana. Biden reconoció el llamamiento conmovedor de Zelensky, explicó la enorme cantidad de suministros militares y humanitarios del “pueblo estadounidense” y prometió que vendrán más en un conflicto que, dijo, podría prolongarse.
Biden declaró además que el mundo está con Ucrania. Esta podría ser una batalla larga, dijo, que “enfrenta los apetitos de un autócrata contra el deseo de la humanidad de ser libre”.
Zelensky claramente ha reflexionado sobre esa batalla. En su discurso, esbozó una idea para una alianza global.
“Proponemos crear una asociación… una unión de países responsables que tengan la fuerza y la conciencia para detener los conflictos de inmediato… en 24 horas, si es necesario”. El U24, como lo llamó, brindaría apoyo humanitario, apoyo político, sanciones, incluso armas, “para mantener la paz y salvar rápidamente al mundo”.
Fue una idea de un hombre que ha dominado el arte de combinar diplomacia, idealismo y resultados; un líder que está en una batalla desesperada para salvar a su país y que está tratando de persuadir a Estados Unidos, y al mundo de que no solo tienen la capacidad de ayudar a Ucrania a ganar esta guerra, sino aún más, que Ucrania está luchando esta guerra por una causa mucho mayor que su propia supervivencia.