(CNN) – Si uno piensa en la guerra moderna, es probable que le vengan a la mente imágenes de soldados, tanques y misiles. Pero podría decirse que más importante que cualquiera de estos es algo de lo que todos dependen: el humilde camión. Los ejércitos necesitan camiones para transportar a sus soldados al frente, para abastecer a esos tanques de proyectiles y para lanzar esos misiles. En resumen, cualquier ejército que descuide sus camiones sufrirá las consecuencias.
Sin embargo, ese parece ser exactamente el problema al que se enfrenta el Eejército de Rusia durante su invasión no provocada de Ucrania, según los expertos que analizan las imágenes del campo de batalla mientras sus tropas se retiran de las zonas cercanas a Kyiv para centrarse en el Donbás.
Las fotografías de los camiones rusos dañados, dicen, muestran signos reveladores de las luchas logísticas de Moscú y sugieren que sus esfuerzos están siendo socavados por su dependencia en los reclutas, la corrupción generalizada y el uso de vehículos civiles, por no hablar de las enormes distancias involucradas en el reabastecimiento de sus fuerzas, o la propia resistencia altamente motivada y tácticamente hábil de Ucrania.
“Todo lo que un ejército necesita para hacer lo suyo proviene de un camión”, afirma Trent Telenko, antiguo auditor de Control de Calidad de la Agencia de Gestión de Contratos de Defensa de Estados Unidos, que se encuentra entre los que analizan las imágenes en busca de pistas sobre el desarrollo de la guerra.
“El arma no es el tanque, sino el proyectil que dispara el tanque. Ese proyectil viaja en un camión”, señala Telenko. Los alimentos, el combustible, los suministros médicos e incluso los propios soldados: la presencia de todos ellos depende de las líneas de suministro logístico que dependen en gran medida de los camiones, dice. Y tiene razones para creer que hay un problema con esas líneas de suministro.
El “canario en la mina de carbón” en Ucrania
Telenko describe una foto reciente de daños en los neumáticos de un multimillonario camión de misiles móviles, un Pantsir S1, como el canario en la mina de carbón de los esfuerzos logísticos de Rusia.
Al tratarse de un equipo tan caro, habría esperado que su mantenimiento fuera de primera clase. Sin embargo, sus neumáticos se estaban desmoronando a las pocas semanas de comenzar la guerra, lo que Telenko denomina “un modo de fallo”.
Si los camiones no se mueven con frecuencia, el caucho de sus neumáticos se vuelve frágil y las paredes de los mismos son vulnerables a las grietas y desgarros. Telenko dice que el problema es común cuando los neumáticos funcionan con un bajo inflado para hacer frente al tipo de condiciones de barro a las que se enfrentan las fuerzas rusas en la primavera ucraniana.
Para Telenko, quien durante más de una década se especializó en problemas de mantenimiento de la flota de camiones del Ejército estadounidense, el estado del Pantsir S1 es un error revelador.
“Si no se hace [el mantenimiento preventivo] de algo tan importante, está muy claro que toda la flota de camiones fue tratada de forma similar”, afirma.
La teoría de Telenko tiene ecos de la famosa frase del general estadounidense de la Segunda Guerra Mundial, Omar Bradley, de que “los aficionados hablan de estrategia, los profesionales de logística”. Y no es el primero que ha detectado una falta de profesionalidad en el Ejército ruso, que incluye cientos de miles de reclutas.
En un notorio incidente a principios de la guerra, un convoy de 64 kilómetros de tanques rusos, vehículos blindados y artillería remolcada se quedó estancado a 30 km de Kyiv, empantanado, según el Ministerio de Defensa británico, no solo por la resistencia ucraniana sino también por “averías mecánicas”.
El mes pasado, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo a Don Lemon, de CNN, que Rusia había dado “pasos en falso” y “luchado con la logística”, mientras que el sábado un alto funcionario de Defensa de Estados Unidos dijo que los rusos aún no habían resuelto “sus problemas de logística y sostenimiento” y que no podrían reforzar sus tropas en el este de Ucrania “con gran rapidez”.
Otra “mala señal” de parte de los camiones de Rusia
Phillips O’Brien, profesor de Estudios Estratégicos en la Universidad de St Andrews (Escocia), ve otra “mala señal” para la logística de camiones rusos: su uso de camiones civiles para sustituir a los militares perdidos en la batalla.
“Los camiones civiles no están hechos a la medida de los militares. No están hechos para llevar las cargas, no están hechos para llevar las piezas específicas de equipo”, y en muchos casos ni siquiera pueden operar fuera de las carreteras, dice O’Brien.
Los rigores de la guerra ya son lo suficientemente exigentes para el más robusto de los camiones de uso militar, por no hablar de los civiles.
“Un solo kilómetro en tiempos de paz, si la conduces en tiempos de guerra es equivalente a entre 16 y 32 kilómetros porque estás empujando con fuerza al camión cargado con enormes cargas útiles”, dice O’Brien.
Pasar de uno a otro introduce un problema de mantenimiento, ya que las piezas de recambio pueden no ser compatibles. Y, como señala O’Brien, “no quieres tener que comprar un camión nuevo cada vez que se estropea uno viejo”.
Para agravar el problema, según Alex Vershinin, antiguo oficial del Ejército estadounidense que sirvió en cuatro misiones en Iraq y Afganistán, cuando los vehículos se averían Rusia tiene recursos limitados para recuperarlos.
Los grupos tácticos de batallones del Ejército ruso –los que están en la punta de lanza de sus avances en Ucrania– normalmente solo tienen un vehículo de recuperación ligero y otro pesado, incluso en unidades que cuentan con docenas de vehículos, escribió Vershinin, el mes pasado, para el Instituto de Guerra Moderna de la Academia Militar de Estados Unidos. Esto significa que los vehículos de combate a veces tienen que ser desviados a tareas de remolque y a veces los vehículos averiados “tienen que ser remolcados hasta 160 kilómetros”, escribió Vershinin.
O’Brien sugiere que Rusia ha descuidado sus camiones en gran medida porque no son lo suficientemente vistosos para un ejército deseoso de mostrar sus sistemas de armas de vanguardia.
En los últimos años, Putin ha presumido de los misiles hipersónicos de Rusia, como el Zircon y el Kinzhal, de los aviones de combate furtivos, como el Su-57, y de su moderna flota de 11 submarinos con misiles balísticos.
“A menudo, las fuerzas armadas de dictadores glamorosos son buenos para las armas vistosas, compran los aviones de lujo y los tanques de lujo, pero no compran realmente las cosas menos glamorosas”, dice O’Brien.
Conscripción y corrupción en el Ejército de Rusia
En la raíz de los problemas logísticos de Rusia, según los expertos, hay dos cosas que plagan su ejército: el reclutamiento y la corrupción.
Alrededor del 25% del millón de soldados rusos son reclutas, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, aunque muchos expertos creen que esa cifra puede ser engañosa, ya que sospechan que algunos de los soldados no reclutas son coaccionados o engañados para alistarse.
Los reclutas rusos tienden a servir durante un año, ocupan los rangos más bajos y sirven en muchos de los puestos de la cadena logística, incluido el mantenimiento de vehículos.
“No se puede aprender nada en un año sobre el mantenimiento de los sistemas militares”, dice Telenko.
Los reclutas también tienen poca motivación, ya que saben que su tiempo en el trabajo es muy limitado, dice.
Un alto funcionario de Defensa estadounidense dijo el miércoles que Washington está viendo problemas de moral entre los reclutas rusos, que constituyen “casi la mitad” de sus fuerzas en Ucrania.
“Tenemos pruebas, incluso recientes, de que se han visto desilusionados por esta guerra, no fueron debidamente informados, no fueron debidamente entrenados, no estaban preparados, no solo físicamente, sino que no estaban preparados mentalmente para lo que iban a hacer”, dijo el funcionario estadounidense.
Por el contrario, en el Ejército estadounidense el mantenimiento de los vehículos corre a cargo de un cuerpo de suboficiales voluntarios, sargentos y cabos profesionales que permanecen durante largos periodos de alistamiento y están motivados por los aumentos de sueldo y los ascensos.
“Se quiere tener gente tan buena para el mantenimiento de la logística como para cualquier otra rama”, dice O’Brien, de la Universidad de St Andrews. Añade, en referencia a las aparentes dificultades de Rusia: “¿Estaban en forma para una guerra logística o es que no se lo tomaron en serio?”.
Luego está la corrupción que, según los expertos, ha perseguido a las Fuerzas Armadas rusas durante años.
Matthew Stephenson, profesor de la Facultad de Derecho de Harvard y redactor jefe del Global Anti-corruption Blog, escribió en marzo que la corrupción tenía un efecto especialmente corrosivo en la logística de mantenimiento y suministro del Ejército ruso.
“Todos estos problemas en los que los expertos en anticorrupción y los especialistas en seguridad nacional habían hecho hincapié durante años parecen estar manifestándose en la actual invasión rusa”, escribió.
“La corrupción –en forma de malversación o soborno– también puede llevar a la compra de equipos de calidad inferior, por ejemplo, dando el contrato de equipamiento o mantenimiento a un proveedor menos cualificado que esté más dispuesto a pagar sobornos. O la persona encargada de asignar el presupuesto de mantenimiento o adquisiciones puede simplemente informar de que ha gastado toda la cantidad presupuestada en productos o servicios de alta calidad, pero luego compra sustitutos de baja calidad y se embolsa la diferencia.
Telenko opina que algunos de los efectos se están viendo ahora en el campo de batalla. Dice que el dinero que debería haberse utilizado para el mantenimiento “probablemente está llenando los bolsillos de los oficiales a cargo de los reclutas que se encargarían del mantenimiento de los camiones”.
La falta de camiones de Rusia en Ucrania
Hay otros signos más sutiles de las luchas rusas que podrían pasar desapercibidos fácilmente para cualquiera que no tenga una mentalidad logística, dicen los expertos.
Por ejemplo, dice Alex Lord, analista de Europa y Eurasia en la empresa de análisis estratégico Sibylline de Londres, el Ejército ruso ha confiado históricamente en sus grandes reservas de mano de obra para manejar la logística, en lugar de sistemas mecanizados que utilizan paletas de madera y carretillas elevadoras.
Telenko pone el ejemplo de la carga de proyectiles de artillería en un camión. Una carretilla elevadora puede levantar un palé de dos docenas de proyectiles de una sola vez, mientras que levantar manualmente proyectiles individuales en un camión consumiría mucho más tiempo y mano de obra.
Esto hace que la logística rusa sea un 30% menos eficiente que la de los principales ejércitos occidentales, afirma Jason Crump, director general de Sibylline y veterano de 20 años en el Ejército británico.
“Esto significa que se necesitan más camiones para realizar una tarea determinada en el mismo tiempo, por lo que el uso de combustible y el desgaste son mayores”, afirma Crump.
También significa que los camiones rusos pasan más tiempo parados mientras cargan y descargan, según Lord.
“Esto ofrece oportunidades a las fuerzas ucranianas para atacarlos, como hemos visto que los comandantes ucranianos han aprovechado en numerosas ocasiones durante la campaña actual”, afirma.
Todos estos problemas no hacen más que agravar los problemas a los que se enfrenta Moscú en lo que ya es una lucha ardua para sus fuerzas, dadas las distancias.
Los camiones normalmente pueden operar hasta 145 kilómetros desde su depósito de suministros, señala Telenko.
Pero Ucrania tiene el tamaño de Texas, casi 1.287 kilómetros de ancho y 563 kilómetros de largo.
Eso significa que Rusia tendría que abrir numerosos depósitos de suministros dentro de Ucrania para que sus tropas pudieran avanzar más hacia el interior del país.
Con Moscú ya retrocediendo bajo una feroz resistencia ucraniana, eso parece una tarea difícil. Se cree que Rusia ya ha perdido un número considerable de camiones.
Construir más para reemplazarlos podría llevar al menos seis meses, estima Telenko, y para entonces es probable que haya más pérdidas.
“No veo cómo los rusos pueden mantener sus posiciones actuales, y mucho menos realizar movimientos ofensivos con su actual flota de camiones”, afirma.
“Los camiones son la columna vertebral de cualquier fuerza militar mecanizada moderna, y si no los tienes, caminas”.
Y si caminas, no ganas.
Con información de Michael Conte.