(CNN Español) – Que Rusia pueda declarar formalmente la guerra a Ucrania en medio de la invasión, como señalaron este martes funcionarios de Estados Unidos y otros países de Occidente, puede parecer una broma de mal gusto o quizás apenas un giro retórico sin sentido.
Después de todo, la Rusia lleva y más de dos meses peleando en territorio ucraniano, los combates y los bombardeos crecen en intensidad y brutalidad en el este, ciudades como Mariúpol y Járkiv están en ruinas, y los muertos militares se cuentan entre las decenas de miles y los civiles en los miles.
Pero una declaración formal —aún cuando estas estén en desuso— podría ser más que un giro retórico para lo que Moscú ha calificado de una “operación militar especial”. Podría incluso empeorar la situación para todas las partes y llevar la guerra a otra escala, con efectos para todas las partes.
El portavoz del gobierno de Rusia, Dmitry Peskov, rehazó incluso este miércoles que su país pudiera llegar a declarar pronto la guerra Ucrania, cómo había reportado CNN el día anterior en base a funcionarios occidentales.
Peskov dijo a CNN que no había “ninguna” posibilidad de Rusia declare la guerra durante el próximo desfile del 9 de mayo en Moscú, y que los reportes eran “tonterías”.
El 9 de mayo tendrá lugar en Moscú el desfile por el “Día de la Victoria”, cuando Rusia conmemora el triunfo de la entonces Unión Soviética contra la Alemania nazi en 1945 y sobre el final de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un evento culturalmente importante para los rusos, que enlaza con una pasado heroico mientras el Kremlin muestra su poderío militar.
Desde hace varias semanas funcionarios de Estados Unidos y de otros países de Occidente prevén que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aproveche el valor simbólico del evento para hacer un gran anuncio.
En un principio se creía que Putin intentaría declarar la victoria, o una victoria, sobre Ucrania en esa fecha, como por ejemplo la captura de Mariúpol en el sur. Al respecto, el papa Francisco incluso dijo que ese día Putin podría poner fin a la guerra, según le informó el primer ministro de Hungría, Victor Orban, un líder cercano a Moscú.
Pero ahora también funcionarios de Occidente prevén que Putin podría anunciar un aumento significativo de las hostilidades y, en ese contexto, una declaración formal de guerra, lo cual le permitiría movilizar todos los recursos de Rusia, según los funcionarios occidentales, entre los que destaca el secretario de Defensa británico, Ben Wallace. Peskov rechazó estos reportes.
De “operación militar especial” a guerra
El 24 de febrero, cuando las tropas rusas cruzaron la frontera con Ucrania desde el norte, este y sur, Putin calificó a esta acciones como una “operación militar especial” en la región de Donbás, donde separatistas prorrusos combaten con Ucrania desde 2014.
El fraseo tenía un sentido concreto. La guerra de agresión está formalmente —con o sin declaración— prohibida por el artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas, de la cual la Unión Soviética, cuya heredera legal es Rusia, fue uno de los firmantes. Rusia incluso retiene el asiento permanente y con poder de veto de la URSS en el Concejo de Seguridad de la ONU —el único habilitado para el uso de la fuerza—, por lo cual su rol en el organismo es clave.
La ONU, sin embargo, habilita, en el artículo 51 de su Carta, el derecho a la defensa individual o colectiva ante una agresión, argumento que suele ser utilizado en las interpretaciones para justificar cualquier declaración de guerra.
De hecho, Rusia invocó la Carta de las Naciones Unidas cuando anunció su “operación militar especial”: Putin dijo en la televisión estatal rusa que las repúblicas separatistas en Donbás le habían pedido ayuda a Rusia, y que “bajo el Artículo 51, séptima parte de la Carta de las Naciones Unidas” había decidido la invasión para “proteger a las personas que han sido intimidadas y sometidas a un genocidio por el régimen de Kyiv durante ocho años”.
Por supuesto, que la ONU prohiba la guerra no significa que los Estados no la practiquen, y la ausencia de una declaración no significa que la guerra no exista. Estados Unidos no declaró la guerra a Iraq en 1991 ni tampoco en 2003, y Rusia tampoco lo hizo con Georgia en 2008.
A comienzos de siglo XX las declaraciones de guerra eran consideradas un requisito para que existiera un estado legal de guerra ente dos Estados, y así entraran en vigor el derecho humanitario (como las convenciones de La Haya y Ginebra) y otros aspectos legales. Hoy, en parte debido al surgimiento de la ONU y la aceptación del artículo 51 en su Carta, no es necesaria una declaración para que haya un estado de guerra y apliquen los instrumentos legales: la Convención de Ginebra de 1949 extiende incluso en su artículo 3 los efectos del derecho humanitario a una gran variedad de conflictos más allá de aquellos entre estados.
Qué podría significar para Rusia declarar la guerra
¿Pero por qué Rusia buscaría meterse en esta batalla legal de interpretaciones para declarar formalmente la guerra a Ucrania, cuando las declaraciones de guerra están en declive?
De acuerdo con la legislación rusa, esta es la única forma de movilizar a los reservistas (calculados en más de dos millones) y reclutar nuevas tropas, en un contexto en el que Rusia necesita de refuerzos debido a las pérdidas en el campo de batalla y a las necesidades de su nueva ofensiva en el este, lanzada luego de que sus avances contra Kyiv no dieran frutos.
De acuerdo con un informe del Institute for the Study of War, Rusia está agotando rápidamente sus recursos humanos a medida que la guerra en Ucrania se estanca y sus unidades de primera línea pierden capacidad, requiriendo cada vez más refuerzos. Esto podría poniendo a Moscú en el camino hacia la movilización general.
Esta llamada “mobilizatsiya” (movilización) implica “un complejo de medidas estatales para activar los recursos, la fuerza y las capacidades para la concreción de objetivos político-militares”, de acuerdo con un estudio reciente del Chatham House británico. Los pilares de esta movilización, señala el estudio, son económicos y militares, basándose en la reoganización de la industria, los recursos naturales, el transporte y las comunicaciones al servicio de las fuerzas armadas.
La declaración de guerra también podría afianzar el apoyo de la población rusa a la invasión, al incorporar a toda la sociedad en un conflicto total, al estilo de la Primera o Segunda Guerra Mundial.
Esto es especialmente importante porque daría la señal de prepararse para un conflicto largo y mortífero, que tendrá impacto aún en las localidades rusas lejos del frente, ya sea tanto por las sanciones internacionales como por posibles ataques ucranianos.
Desde el inicio de las hostilidades la utilización de conscriptos, por ejemplo, ha sido un tema polémico en Rusia: Putin aseguró en un mensaje a las madres en Rusia que los reclutas no participarían de los combates y que la invasión estaba a cargo de profesionales, aunque los ucranianos reportaron haber encontrado conscriptos en el campo de batalla y finalmente Moscú reconoció que habían sido desplegados aunque luego habrían retornado a Rusia.
Pero con una declaración de guerra y una movilización, los conscriptos y los reservistas serían vistos en mayor número en el campo de batalla rellenando vacíos en las unidades dejados por las pérdidas.
La guerra, por otro lado, ya es total para Ucrania, cuyo gobierno ordenó la movilización general de reservistas y conscriptos al comienzo de la invasión y organizó todos sus recursos disponibles para defenderse del ataque ruso.
Con información de Natasha Bertrand, Katie Bo Lillis, Jennifer Hansler, Alex Marquardt y Brad Lendon de CNN.