(CNN) – El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, parece estar en un gran problema. Su país ha anunciado un brote “explosivo” de covid-19, reportando más de 2 millones de casos de lo que llama “fiebre” en poco más de una semana desde su primer caso reportado.
En un país de 25 millones de personas, en gran parte subdesarrollado y famoso por su aislamiento, donde se cree que la gran mayoría de su población no está vacunada, el brote de covid-19 tiene el potencial de ser un desastre humanitario en el tipo de escala que amenazaría el control del poder de casi cualquier gobierno en el mundo.
Pero el de Pyongyang no es como cualquier otro gobierno. De hecho, algunos expertos dicen que, en lugar de debilitar a Kim, el brote podría hacerlo más poderoso, al darle una excusa para reforzar su control.
Kim tiene a su disposición una amplia máquina de propaganda y la capacidad de bloquear información externa que podría ayudarlo a dar forma a la narrativa de esta crisis a su favor, al igual que hicieron sus predecesores con la hambruna de la década de 1990 que se cree que mató de hambre a cientos de miles de coreanos del norte. En ese entonces, Pyongyang había enmarcado sus problemas como una “marcha ardua”, y culpó en parte a las inundaciones y en parte a las sanciones de Estados Unidos.
Kim ya está mostrando signos de intentar manejar esta última crisis. Incluso antes de que se anunciara el brote, Kim había estado advirtiendo a sus funcionarios que se prepararan para “otra Marcha Ardua más difícil”. Eso parecía ser una referencia a la grave escasez de alimentos que una vez más enfrenta el país y probablemente ha empeorado por los mismos cierres fronterizos que Kim introdujo para mantener alejado el virus.
Los analistas también sospechan del momento en que Pyongyang reconoció el brote de covid. Su insistencia anterior en que había estado libre de covid-19 había sido una fuente de escepticismo generalizado y algunos sugieren que su repentina franqueza sobre sus problemas se programó deliberadamente para que coincidiera con una visita a la región del presidente Joe Biden, quien debía llegar a Corea del Sur este jueves por la tarde hora local.
“El hecho de que Kim Jong Un haya decidido salir y anunciar públicamente esta crisis de salud es bastante revelador”, dijo Lina Yoon, investigadora sénior sobre Corea de Human Rights Watch. “(Puede) tener un elemento político, obviamente”.
Puede que esta no sea la única forma que tiene Kim de asegurarse de que Pyongyang esté en lo más alto de la agenda cuando Biden se reúna con el nuevo líder del Sur, Yoon Suk Yeol.
La inteligencia de Washington sugiere que Kim está planeando una prueba nuclear o el lanzamiento de un misil balístico intercontinental para coincidir con la visita, una evaluación compartida por Corea del Sur, que ha preparado planes para responder a posibles “provocaciones” de Pyongyang. Eso encajaría con el comportamiento reciente de Kim. Según Seúl, el mismo día que Corea del Norte anunció su brote, disparó tres misiles balísticos de corto alcance en aguas entre la península de Corea y Japón.
La incógnita persistente es esta: ¿distraerán a Kim los problemas con el covid de tal demostración de poder o lo harán más beligerante?
“El estado de emergencia más grave”
Si bien Pyongyang puede estar buscando atención, pocos sugerirían que está exagerando su brote. De hecho, hasta hace poco tiempo, la falta de casos informados oficialmente había provocado un escepticismo generalizado.
Su número oficial de muertes hasta el jueves fue de 62, pero los expertos dicen que la cifra real podría ser mucho más alta y es probable que se dispare.
Los medios estatales informaron que las muestras de algunos pacientes indican que portaban la variante ómicron, cuya alta transmisibilidad podría resultar devastadora en una población que no solo no está vacunada en gran medida sino que, si se cree en las versiones oficiales, no tiene inmunidad natural a través de infecciones previas.
No se sabe que Corea del Norte haya importado ninguna vacuna contra el coronavirus, a pesar de ser elegible para el programa global de intercambio de vacunas covid-19, Covax. El año pasado, rechazó públicamente una oferta de casi tres millones de dosis de las vacunas Sinovac de China.
Este lunes, tres aviones de carga de Corea del Norte volaron a China y regresaron, según un funcionario del gobierno de Corea del Sur con conocimiento del asunto. No se sabe qué transportaban los aviones, pero el raro viaje se produjo después de que China se comprometiera a ayudar a Corea del Norte con su brote de covid.
“No hay pruebas que demuestren que Corea del Norte tenga acceso a suficientes vacunas para proteger a su población del covid-19”, dijo Boram Jang, investigador de Amnistía Internacional sobre Asia Oriental.
“Con las primeras noticias oficiales de un brote de covid-19 en el país, continuar por este camino podría costar muchas vidas y sería una negligencia desmedida en la defensa del derecho a la salud”.
En respuesta, Kim se mostró inusualmente dispuesto a admitir los problemas que enfrenta su país, declarando el “estado de emergencia más grave” y ordenando el cierre de todas las provincias y ciudades.
Pero que eso avive la ira popular contra Kim parece poco probable para muchos expertos dada su capacidad para manipular la considerable maquinaria de propaganda del Estado, siempre que pueda evitar que la crisis afecte directamente a las élites gobernantes del país.
“Si las élites de alto nivel comienzan a morir en masa —hay muchos de ellos, y no sabemos si están vacunados— si muchos de ellos mueren, es posible que surjan preguntas sobre por qué Corea del Norte no vacunó antes”, dijo Chad O’Carroll, director gerente del medio NK News con sede en Seúl.
Desde que se anunció el brote, junto con videos que le dicen a las personas qué hacer si presentan síntomas de covid, la televisión estatal ha dedicado una gran cantidad de tiempo a clips de Kim inspeccionando farmacias y centros de comando epidémicos, quizás diseñados para mostrar que él tiene el control de la situación.
El brote de covid es una prueba para la atención médica y el liderazgo de Kim
Aún así, Yoon, de Human Rights Watch dijo que el mismo hecho de que Pyongyang reconociera públicamente la crisis sugería que tenía “preocupaciones muy serias” sobre el brote y la posibilidad de que se propague.
“(Corea del Norte) tiene una población no vacunada y desnutrida crónica, y no tienen medicamentos para tratar los síntomas básicos de covid-19”, dijo Yoon. “Corea del Norte es mucho más frágil que cualquier otro país que conozcamos”.
Yoon dijo que Corea del Norte ahora necesita urgentemente ayuda exterior, en particular vacunas y medicamentos, e incluso si acepta ayuda (han llegado ofertas tanto del Sur como de la Organización Mundial de la Salud), es probable que el proceso de vacunación sea lento porque el país carece de infraestructura para almacenar o transportar vacunas.
“Va a poner a prueba su liderazgo, y va a crear cierta urgencia para contar historias muy creativas en el aparato de propaganda de Corea del Norte”, dijo O’Carroll de NK News.
Una prioridad para los medios estatales de Kim será explicar por qué los estrictos cierres fronterizos no lograron mantener fuera a ómicron. O’Carroll señaló que no solo fracasaron esos cierres, sino que fueron un factor determinante en la grave escasez de alimentos que enfrentan los países, ya que impidieron las entregas de granos y fertilizantes.
Una opción para Kim sería montar una demostración pública de humildad.
“Hemos visto a Kim Jong Un llorar por los sacrificios de la nación (en el pasado). Creo que este es el tipo de cosas que puede hacer para tratar de amortiguar la indignación”, dijo O’Carroll.
“Los ciudadanos de Corea del Norte definitivamente han pasado por muchas cosas”, dijo. “Lo primero que podría hacer es realmente disculparse y asumir algo de culpa por ello”.
Mientras tanto, si Kim realmente está pensando en una demostración de fuerza que coincida con la visita de Biden, haría bien en pensar en una de sus últimas demostraciones de poder.
O’Carroll dijo que el momento del brote de Corea del Norte sugirió que un desfile militar masivo que Kim realizó el mes pasado para conmemorar el 90 aniversario de la fundación de su ejército se había convertido en un “evento de gran propagación”.
Las multitudes que observaban el desfile se mostraron en un video celebrando sin máscaras faciales.
“Sabemos que llevaron ciudadanos de todo Corea del Norte para asistir y celebrar ese evento”, dijo. “Esa es la placa de Petri perfecta para que se propague este virus, así que creo que ese desfile pasará a la historia como una muy mala idea para Corea del Norte”.
– Jake Kwon de CNN contribuyó con este reportaje