(CNN) – La subdirectora de la tienda Tops Friendly Markets de Buffalo, Nueva York, ya había sobrevivido a un tiroteo masivo.
Hace casi 12 años, Latisha Rogers y su hermano, Danyell Mackin, estaban en el restaurante City Grill de Buffalo cuando un hombre abrió fuego, matando a Mackin y a otras tres personas. Cuatro personas resultaron heridas, entre ellas una que sucumbió años más tarde a esas heridas.
Luego, el sábado, un hombre armado cuya violencia, según las autoridades, estaba alimentada por el odio racista, entró en la tienda de Rogers y comenzó a disparar.
“Es constante, solo dispara. No se detiene. Es constante”, relató el jueves a Don Lemon de CNN.
Rogers marcó al 911, escondida detrás del mostrador. Pero la operadora manejó su petición de manera tan despectiva que las autoridades locales ahora tienen la intención de despedirla en una audiencia el 30 de mayo, dijo un alto funcionario del condado.
La forma en que se produjo ha agravado el trauma de Rogers.
“Estoy de vuelta en otra masacre y pasando por esto de nuevo, tratando de encontrar una forma de sanar”, dijo Rogers.
Diez personas murieron en la tienda Tops, incluido un guardia de seguridad armado, y tres resultaron heridas; 11 de los 13 eran negros. El joven blanco de 18 años acusado del tiroteo se declaró no culpable de un cargo de asesinato en primer grado. Está detenido sin fianza al menos hasta su próxima comparecencia ante el tribunal el 9 de junio.
“¿Por qué susurras?”
Rogers estaba en el mostrador de servicio del supermercado con dos compañeros de trabajo, hablando por teléfono con un cliente, cuando escuchó “grandes estruendos” en rápida sucesión, dijo a CNN.
“Miré por la ventana y vi a una clienta, una señora con su carrito de la compra, que se detuvo, y tenía una expresión muy extraña en la cara y se dio la vuelta para correr”, dijo Rogers.
Lo siguiente que oímos fue el “boom, boom, boom”. “Lo único que pudimos hacer fue tirarnos al suelo”.
Rogers se escondió detrás del mostrador, “rezando para que no me viera”, dijo, refiriéndose al agresor.
“Intentaba pensar rápido”, dijo. Metió la mano en su bolsillo trasero, cogió su teléfono y marcó al 911. “Procedí a susurrar porque no sabía cuánta gente había en la tienda ni nada, no quería que me oyeran”.
En voz baja, Rogers imploró: “‘Por favor, envíen ayuda, hay una persona en la tienda disparando’”.
”’¿Qué? No te escucho’”, respondió la operadora, dijo. “’¿Por qué susurras? No tienes que susurrar, no pueden oírte’”.
Nerviosa, Rogers dejó caer su teléfono, dijo. La operadora siguió hablando, pero Rogers no pudo distinguir las palabras.
“Dijo algo y luego colgó el teléfono”, dijo Rogers, que entonces puso su teléfono en silencio por si alguien llamaba.
A continuación, Rogers le marcó a su novio y, en el mismo tono que utilizó con la operadora, le pidió que llamara al 911 para informar que había “una persona en la tienda disparando”. A continuación, un compañero de trabajo llamó a Rogers por videollamada para preguntarle dónde estaba y, en ese mismo tono, le transmitió su ubicación y le pidió que llamara al 911.
Cuando esa llamada terminó, Rogers se dio cuenta de que la tienda se había quedado “en absoluto silencio”, dijo. Incluso la música se había apagado de alguna manera.
“El silencio en la tienda era total, espeluznante, y lo escuchaba caminar”, dijo. “Sonaba como si caminara sobre cristal, se podía oír cómo crujía bajo sus pies”.
Rogers permaneció escondida, esperando, hasta que oyó a la policía y vio a un agente que escoltaba a un empleado. Cuando salió de detrás del mostrador, todo lo que vio fueron “cuerpos”, dijo.
“No fue una escena agradable en absoluto”, dijo, temblando y luchando contra las lágrimas. “La primera persona que vi fue el guardia de seguridad, Aaron Salter. Y supe que era él, por su uniforme”.
“Ver lo que vi, no quisiera que nadie experimentara eso nunca, jamás”.
Llamada al 911 bajo investigación
La operadora del 911 que habló con Rogers fue puesta en licencia administrativa este lunes, dijeron los funcionarios del condado de Erie.
No estaba claro quién terminó la llamada, pero “la operadora del 911 fue inapropiada”, dijo este miércoles el ejecutivo del condado, Mark Poloncarz, en una conferencia de prensa.
“Enseñamos a nuestros operadores del 911 que si alguien está susurrando, probablemente significa que está en problemas” y la persona que llama puede estar en “un área de preocupación, no solo en lo que respecta a agresores en activo, sino potencialmente con respecto a la violencia doméstica por la que alguien puede estar llamando”, dijo.
El 30 de mayo se celebrará una audiencia “en la que nuestra intención es cesar a la operadora del 911 que actuó de forma totalmente inapropiada, sin seguir el protocolo”, dijo, reiterando que el tono de la operadora fue una “respuesta totalmente inapropiada” en una “situación terrible”.
El nombre de la operadora no será revelado, debido a las normas del departamento en relación con cualquier persona bajo suspensión administrativa o licencia, dijo Poloncarz.
El tiempo de respuesta de las fuerzas del orden al tiroteo no se vio afectado por la gestión de la llamada de Rogers, dijo este miércoles el portavoz del condado de Erie, Peter Anderson.
Los Servicios Centrales de Policía revisaron el domingo todas las llamadas relacionadas con el tiroteo, explicó Poloncarz. “Identificaron esta llamada, el asunto asociado a ella, era completamente inaceptable”.
Rogers no es “una persona desalmada”, dijo a CNN, pero cree que la operadora del 911 debería perder su trabajo.
“Lo correcto es lo correcto y lo incorrecto es lo incorrecto”, dijo. “Fue como si la estuviera molestando, y siento que cuando me colgó, no volvió a llamar”.
“Siento que me dejó a mi suerte, y yo pensé legítimamente que iba a morir ese día”.
– Kristina Sgueglia, Curt Devine, Mark Morales y Caroll Alvarado de CNN contribuyeron con este reportaje.