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Conoce la nueva ciudadela flotante en las Maldivas
00:56 - Fuente: CNN

(CNN) – Una ciudad está surgiendo de las aguas del océano Índico. En una laguna de color turquesa, a solo 10 minutos en barco de Malé, la capital de las Maldivas, se está construyendo una ciudad flotante con capacidad para albergar a 20.000 personas.

Diseñada con un patrón similar al del coral cerebro, la ciudad constará de 5.000 unidades flotantes que incluirán casas, restaurantes, tiendas y escuelas, con canales entre ellas. Las primeras unidades se inaugurarán este mes, los residentes empezarán a mudarse a principios de 2024, y toda la ciudad estará terminada en 2027.

El proyecto, una empresa conjunta del promotor inmobiliario Dutch Docklands y el Gobierno de las Maldivas, no pretende ser un experimento descabellado ni una visión futurista: se está construyendo como una solución práctica a la dura realidad del aumento del nivel del mar.

Maldivas, un archipiélago de 1.190 islas de baja altitud, es una de las naciones más vulnerables del mundo al cambio climático. El 80% de su superficie está a menos de un metro por encima del nivel del mar, y con la previsión de que el nivel suba hasta un metro a finales de siglo, casi todo el país podría quedar sumergido.

Pero si una ciudad flota, podría elevarse con el mar. Se trata de una “nueva esperanza” para el más de medio millón de habitantes de las Maldivas, dijo Koen Olthuis, fundador de Waterstudio, el estudio de arquitectura que diseñó la ciudad. “Puede demostrar que hay viviendas asequibles, grandes comunidades y ciudades normales sobre el agua que además son seguras. Ellos (los maldivos) pasarán de ser refugiados climáticos a innovadores climáticos”, dijo a CNN.

El centro de la arquitectura flotante

Nacido y criado en los Países Bajos, donde un tercio de la tierra se encuentra por debajo del nivel del mar, Olthuis ha estado cerca del agua toda su vida. La familia de su madre era constructora de barcos y su padre proviene de una línea de arquitectos e ingenieros, por lo que parecía natural combinar ambas cosas, dijo. En 2003, Olthuis fundó Waterstudio, un estudio de arquitectura dedicado exclusivamente a la construcción sobre el agua.

En aquella época, los signos del cambio climático estaban presentes, pero no se consideraba un problema lo suficientemente importante como para crear una empresa en torno a él, dijo. El mayor problema entonces era el espacio: las ciudades se expandían, pero el terreno adecuado para nuevos desarrollos urbanos se estaba agotando.

Sin embargo, en los últimos años, el cambio climático se ha convertido en “un catalizador” que ha impulsado la popularidad de la arquitectura flotante, dijo. En las dos últimas décadas, Waterstudio ha diseñado más de 300 viviendas, oficinas, escuelas y centros de salud flotantes en todo el mundo.

Los Países Bajos se han convertido en el centro de esta arquitectura, ya que albergan entre sus infraestructuras flotantes parques, una granja lechera y un edificio de oficinas que sirve de sede al Centro Global de Adaptación (GCA, por sus siglas en inglés), una organización centrada en ampliar las soluciones de adaptación al clima.

Patrick Verkooijen, CEO de GCA, considera que la arquitectura flotante es una solución práctica y económicamente inteligente para el aumento del nivel del mar.

“El costo de no adaptarse a estos riesgos de inundación es extraordinario”, dijo a CNN. “Tenemos que elegir: o nos retrasamos y pagamos, o planificamos y prosperamos. Las oficinas y los edificios flotantes forman parte de esta planificación contra el clima del futuro”.

El año pasado, las inundaciones costaron a la economía mundial más de US$ 82.000 millones, según la agencia de seguros Swiss Re y, a medida que el cambio climático provoque más fenómenos meteorológicos extremos, se espera que los costos aumenten. Un informe del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) predice que, para 2030, las inundaciones costeras y fluviales afectarán propiedades urbanas por valor de más de US$ 700.000 millones anuales.

Pero, a pesar del impulso de los últimos años, la arquitectura flotante aún tiene un largo camino que recorrer en términos de escala y asequibilidad, dijo Verkooijen. “Ese es el siguiente paso en este viaje: ¿cómo podemos aumentar la escala y, al mismo tiempo, cómo podemos acelerarlo? Es urgente ampliar y acelerar”.

Una ciudad normal, pero a flote

El proyecto de las Maldivas pretende conseguir ambas cosas, construyendo una ciudad para 20.000 personas en menos de cinco años. Se han puesto en marcha otros planes de ciudades flotantes, como Oceanix City en Busan, Corea del Sur y una serie de islas flotantes en el mar Báltico desarrolladas por la empresa holandesa Blue21, pero ninguno compite con esta escala y este plazo.

La ciudad de Waterstudio está diseñada para atraer a la población local con sus casas de los colores del arco iris, sus amplios balcones y sus vistas al mar. Los residentes se desplazarán en barcos, o podrán caminar, ir en bicicleta o conducir scooters eléctricos o buggies por las calles de arena.

La capital de las Maldivas está enormemente superpoblada, sin espacio para expandirse más allá del mar. Crédito: Carl Court/Getty Images AsiaPac

La ciudad flotante ofrece un espacio que es difícil de encontrar en la capital: Malé es una de las ciudades más densamente pobladas del mundo, con más de 200.000 personas apretujadas en un área de unos ocho kilómetros cuadrados. Y los precios son competitivos con los de Hulhumalé (una isla artificial construida en las cercanías para aliviar el hacinamiento), a partir de US$ 150.000 por un estudio o US$ 250.000 por una vivienda familiar, explica Olthuis.

Las unidades modulares se construyen en un astillero local y luego se remolcan a la ciudad flotante. Una vez en posición, se fijan a un gran casco de concreto subacuático, que se atornilla al fondo marino sobre pilotes telescópicos de acero que le permiten fluctuar suavemente con las olas. Los arrecifes de coral que rodean la ciudad sirven de rompeolas natural, estabilizándola y evitando que sus habitantes se mareen.

Olthuis dijo que el posible impacto ambiental de la estructura fue evaluado rigurosamente por expertos locales en corales y aprobado por las autoridades gubernamentales antes de comenzar la construcción. Para mantener la vida marina, hay bancos de coral artificiales hechos de espuma de vidrio conectados a la parte inferior de la ciudad, que, según dijo, ayudan a estimular el crecimiento natural del coral.

Una representación de la ciudad flotante de las Maldivas muestra cómo los coloridos edificios estarán unidos por una red de canales. Crédito: Koen Olthuis, Waterstudio.nl

El objetivo es que la ciudad sea autosuficiente y tenga las mismas funciones que una en tierra. Habrá electricidad, alimentada principalmente por energía solar generada in situ, y las aguas residuales se tratarán localmente y se reutilizarán como abono para las plantas. Como alternativa al aire acondicionado, la ciudad utilizará la refrigeración marítima de aguas profundas, que consiste en bombear agua fría de las profundidades del mar a la laguna, lo que ayuda a ahorrar energía.

Con el desarrollo de una ciudad flotante plenamente operativa en las Maldivas, Olthuis espera que este tipo de arquitectura pase al siguiente nivel. Ya no será una “arquitectura rara” que se encuentra en lugares lujosos encargados por los superricos, sino una respuesta al cambio climático y la urbanización, que es a la vez práctica y asequible, dijo.

“Si yo, como arquitecto, quiero marcar la diferencia, tenemos que ampliar la escala”, dijo.