(CNN) – La economía de Estados Unidos se contrajo durante el primer trimestre del año a un ritmo ligeramente superior a lo estimado previamente, según informó este miércoles la Oficina de Análisis Económico (BEA por sus siglas en inglés).
Con un trimestre de crecimiento económico negativo en los registros, los datos se suman a los temores de que se avecine una recesión.
El producto interno bruto (PIB) real disminuyó a una tasa anualizada del 1,6% de enero a marzo, según la tercera y última revisión de la BEA para el trimestre.
Anteriormente, la estimación previa publicada en abril mostraba una contracción del 1,4%. El mes pasado se revisó a una disminución del 1,5%.
El comportamiento del PIB del primer trimestre, que según la BEA incluye algunos efectos no cuantificados de la pandemia y de la variante ómicron, contrasta con el cuarto trimestre de 2021, cuando la economía creció a un ritmo del 6,9% respecto al trimestre anterior.
El primer trimestre de 2022, sin embargo, marcó el inicio de la invasión rusa de Ucrania, que envió sacudidas económicas a toda la cadena de suministro mundial, así como a los mercados alimentario, financiero y energético.
En el ámbito nacional, la inflación en EE.UU. se disparó a niveles no vistos en décadas, en medio de los continuos desafíos de la cadena de suministro, el aumento de los costes de las materias primas y de la mano de obra, y el aumento de los precios del petróleo.
Aunque una recesión se define comúnmente como dos trimestres consecutivos de caída del PIB, no es una regla exacta, especialmente para la gente que hace la determinación oficial. La Oficina Nacional de Investigación Económica, árbitro de las recesiones en EE.UU., tiene en cuenta una serie de indicadores, además de la evolución del PIB, y define una recesión como un “descenso significativo de la actividad económica que se extiende por toda la economía y dura más de unos meses”.
La estimación anticipada de la evolución del PIB del segundo trimestre está prevista para el 28 de julio.