(CNN Español) – El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, ha dicho que normalizar las relaciones bilaterales con Venezuela es un proceso que no se hace “de la noche a la mañana”. Desde su elección como presidente el pasado 19 de junio, uno de los retos que tiene Petro es cómo acercarse a Venezuela para escribir un nuevo capítulo con el país vecino.
Con años de una relación estancada y con la confianza bilateral rota por las acciones de los últimos gobiernos —y tras una campaña del presidente Iván Duque y su llamado cerco diplomático para sacar al cuestionado presidente Nicolás Maduro del poder— las promesas de Petro fueron recibidas con un aire de moderado optimismo y esperanza de que puedan resultar en la normalización de las relaciones bilaterales.
“Es un proceso que debe partir antes que nada del bienestar de la gente, empezando por la de la frontera, que fue el primer punto que hablé: restituir plenamente los derechos de la población que habita la frontera colombovenezolana al lado y lado. Es fundamental que los estados puedan garantizar eso”, dijo Petro días después de la elección a Noticias Caracol.
Las relaciones entre Colombia y Venezuela han estado en crisis desde 2015 y la situación empeoró con la pandemia en 2020, pues Colombia ordenó el cierre de los pasos fronterizos como medida sanitaria.
“Es importante que las personas que no viven en Colombia y Venezuela entiendan que Colombia y Venezuela tienen más de 2.000 km de frontera común. O sea, esto no es un paso fronterizo ni una cosa pequeña”, dijo a CNN el analista político Eduardo Pizano sobre la importancia de que se restablezcan relaciones bilaterales y se abran las fronteras completamente.
“Los pueblos de la frontera sufren mucho estas diferencias entre los regímenes políticos de un país y del otro”, agregó.
Rompiendo el hielo
Tras su victoria, Petro anunció que reabriría las fronteras con Venezuela para “restablecer el pleno ejercicio de los derechos humanos” en ese lugar. Si bien la frontera terrestre entre Colombia y Venezuela está parcialmente abierta, el objetivo es abrirla completamente y restablecer el comercio bilateral.
Petro se comunicó con Nicolás Maduro, con lo que reconoció su gobierno como el legítimo en ese país. El gobierno actual, el de Iván Duque, ha calificado a Maduro como dictador y usurpador de la Presidencia. El presidente reconocido por el gobierno Duque es Juan Guaidó, líder de la oposición.
Tras el anuncio de Petro, Maduro señaló que esperan “restablecer la normalidad en las fronteras”, entre otros temas.
“Nadie debe estar sorprendido de que él (Petro) está empezando a mostrar que va a tomar esa decisión, que es un cambio importante de lo que tenemos ahora con el gobierno de Iván Duque”, dijo a CNN Michael Shifter, expresidente de Diálogo Interamericano, un centro de pensamiento con sede en Washington.
“Ya es una necesidad”, dijo a CNN sobre normalizar las relaciones bilaterales Ronal Rodríguez, portavoz del Observatorio de Venezuela Universidad del Rosario en Bogotá. Según él, la importancia de esta decisión se vio reflejada en que los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta en las presidenciales de Colombia, coincidían en reabrir totalmente las fronteras.
“Igualmente (coincidían) en la restauración de las relaciones con el régimen de Nicolás Maduro, quien es el que detenta el poder real en el hermano país”, agregó Rodríguez.
Los retos del restablecimiento de las relaciones
La noticia no cayó muy bien en todos los sectores. Analistas consultados por CNN coinciden en que Petro debe garantizar la protección de los derechos a los migrantes, el estatus de refugiados a los venezolanos amenazados por el régimen de Maduro.
El líder opositor Juan Guaidó le pidió a Petro que “mantenga la protección a venezolanos vulnerables en su país y acompañe la lucha de Venezuela para recuperar su democracia”.
La organización ‘Vente Venezuela’, liderada por la exdiputada y líder opositora venezolana María Corina Machado, calificó a Petro en un comunicado como “un aliado incondicional del régimen chavista”, a pesar de que el presidente electo se ha desmarcado en varias oportunidades del socialismo que representa Maduro, y se identifica más con una izquierda “progresista”, más hacia el lado de Gabriel Boric, el presidente de Chile: una izquierda más moderada.
“Yo creo que esto es solamente parte del comienzo de una relación bilateral que va a ser sumamente estrecha”, dijo a CNN desde Caracas la internacionalista Giovanna de Michelle. “Para nadie es un secreto la afinidad ideológica”.
Según ella, la relación inicial de Petro será de acercamientos “tímidos” con Venezuela, luego de su posesión, para ser “coherente” con su campaña y la distancia que marcó con Maduro.
“Pero una vez transcurridos esos meses”, agregó De Michelle, “no creo que vaya a haber grandes dificultades desde el punto de vista diplomático, en lo absoluto”, señalando la supuesta cercanía entre los dos líderes.
Pero Santiago Silva, profesor de Relaciones Internacionales de la EAFIT, dijo a CNN que no es probable que Petro se acerque mucho a Venezuela más de lo que lo hará con países como Chile por su afinidad ideológica.
“Quiero pensar que en este momento, tanto el presidente electo, como quienes lo acompañan, se imaginan mucho más cercanos a lo que está pasando en Chile que lo que ha ocurrido en Venezuela”, dijo Silva a CNN desde Medellín.
La apertura de la frontera beneficiaría no solo el comercio y la movilidad de personas y los servicios consulares para millones de colombianos y venezolanos que quedaron en el limbo. También será una oportunidad para combatir la violencia que se vive en esa zona.
“En los últimos años se calcula que hay 15 organizaciones criminales entre GAOS, guerrilleras y otros grupos al margen de la ley que se adueñaron del área de frontera por la la falta de diálogo entre los Estados”, dice Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela, quien además describió la frontera como “una zona donde convergen todas las dinámicas de la criminalidad: contrabando, tráfico de armas, narcotráfico, trata de personas que trata de migrantes”.
Restablecer la confianza
La frontera entre Colombia y Venezuela, por donde han pasado personas y mercancías desde hace siglos, fue cerrada en 2015 por el gobierno de Nicolás Maduro tras un enfrentamiento entre fuerzas de seguridad venezolanas y civiles, que Maduro atribuyó al “paramilitarismo” en Colombia y por el cual culpó al expresidente colombiano Álvaro Uribe, que en su momento negó las acusaciones.
Durante el gobierno de Duque, el presidente de Colombia fue uno de los líderes regionales que impulsó el llamado Grupo de Lima. Este surgió el 8 de agosto de 2017 con el objetivo de buscar una salida pacífica a la crisis en Venezuela con la suscripción de varios gobiernos de derecha de la región, que sancionó política y económicamente al gobierno de Maduro.
“Hay una asignatura pendiente en ese manejo con Venezuela porque ha sido una enorme frustración ver lo que ha desarrollado el Grupo de Lima, por ejemplo, que ya no existe, que fue un fiasco diplomático, que es una contradicción absoluta desde el punto de vista geopolítico”, dijo a CNN Vicente Torrijos, profesor de Ciencia Política en la Escuela Superior de Guerra General Rafael Reyes Prieto.
Para restablecer las relaciones con Venezuela, Petro nombró como canciller a Álvaro Leyva, un político de origen conservador que impulsó la Constituyente de 1991, fue precandidato presidencial por el Partido Conservador en 2014, y fue uno de los negociadores del proceso de paz con las FARC en 2015, según reportan medios locales; además apoyó a Petro durante su campaña.
“Será una Cancillería de la Paz”, dijo Petro al anunciar a su canciller.
Y dentro de los retos cruciales de Petro estará recuperar la confianza mutua con Venezuela y “encontrar espacios de diálogo”, dijo Rodríguez. “Yo no creo que sea fácil. Incluso creo que el presidente Petro puede tener simpatías ideológicas con el régimen venezolano, pero no va a ser una relación armoniosa, sobre todo porque la agenda internacional de Petro difiere la agenda internacional de la Revolución Bolivariana”.
Rodríguez, quien asegura que el nuevo embajador de Colombia en Venezuela “va a ser tan importante como el canciller” y si es de corte socialdemócrata, “podemos construir un espacio de reconstrucción de la relación bilateral”.
El comercio bilateral
El comercio ha sido uno de los más afectados por los problemas en la frontera colombo-venezolana. En 2008 el intercambio comercial entre los dos países era de unos US$ 7.200 millones, en 2015 había retrocedido a cerca de US$ 1.331 millones y en 2020 era de apenas US$ 221 millones. Y la pandemia empeoró los cierres de los pasos fronterizos.
Con el anuncio de Petro, los gremios económicos esperan que se pueda materializar el entusiasmo moderado con que recibieron la semana pasada el anuncio de una normalización de las relaciones con Maduro.
“Somos optimistas moderados”, dijo a CNN Luis Alberto Russian, presidente de la junta directiva de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana, Cavecol. “El hecho de que se restablezca la relación comercial y nacional y que fortalezca la relación formal del comercio formal es muy importante para los estados de frontera que históricamente han tenido vocación de contacto y de comercio”.
Según Russian, esto presenta una oportunidad histórica para Venezuela, pues durante estos años, Colombia ha buscado otros mercados, mientras que la agenda de Venezuela ha sido otra: “En Venezuela en este momento presentamos limitaciones de insumos y limitaciones de energía y. Y hemos tenido un decrecimiento. No existe una amplia capacidad ostentosa en los sectores productivos”, dijo Russian de Cavecol.
“Finalmente todos los procesos de desarrollo económico deben tener como objetivo el que haya bienestar y que las sociedades y que las poblaciones de los países sientan que están en mejores condiciones económicas y sociales”, puntualizó Russian.