(CNN Español) – El horario de verano en México podría llegar pronto a su fin. La medida que está vigente en el país desde 1996 y supone adelantar una hora el reloj cada principios de abril ha sido evaluada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien en julio envió una iniciativa al Congreso para que no se implemente más.
El presidente de México ya había manifestado antes que su Gobierno tenía la intención de poner fin al cambio de horario cuestionando la eficacia del de verano. “Es mínimo el ahorro y es considerable el daño a la salud”, dijo en junio pasado.
Este martes ha dicho que envió la iniciativa de reforma para eliminar el horario de verano en el país. El Gobierno argumenta que la Iniciativa de Ley de Husos Horarios fue presentada tras concluir que adelantar el reloj cada principios de abril es perjudicial para la salud y no se han producido los ahorros en energía que se prometieron cuando entró en vigor hace 26 años.
Si la propuesta es aprobada en el Congreso, el último mes que se modificaría el reloj sería octubre próximo.
Durante ocho meses al año, México y docenas de otros países siguen el horario de verano y, durante los cuatro meses restantes, vuelven al horario estándar (invierno). Pero, ¿cuáles son las razones que da el Gobierno? Además, ¿qué se dice en otros países donde también se debate el cambio de horario? Y ¿cuáles tienen cambio horario, alguna vez lo tuvieron o nunca lo han implementado?
El impacto a la salud y los “mínimos” ahorros en energía
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, explicó este martes las conclusiones a las que llegaron tras evaluar la decisión de poner fin al horario de verano. Dijo que el cambio de horario es perjudicial para la salud debido a que genera problemas de sueño, memoria y concentración, depresión, ideas suicidas. Además, mencionó que el cambio de horario está asociado con el incremento en la incidencia de infartos.
“Cada vez más los estudios muestran que las diferencias de tiempo entre el reloj social y el reloj biológico desafían la salud, la llegan a alterar, por lo que si queremos mejorar nuestra salud no debemos luchar contra nuestro reloj biológico; lo recomendable es volver al horario estándar, que es cuando la hora del reloj solar coincide con la hora del reloj social, el reloj de Dios”, dijo Alcocer.
Por su parte, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, aseguró que el ahorro de energía “es muy bajo respecto al consumo total” y “no hay impacto en el gasto familiar”.
Nahle dio a conocer que en junio pasado realizaron una encuesta sobre el tema en la que un 71% de los participantes dijo estar en desacuerdo con modificar la hora. “Hay un rechazo popular, hay una inconformidad permanente en la sociedad desde 1996, cuando se instaló este horario”, dijo sin dar más detalles.
Históricamente la razón de ser del horario de verano ha sido la de aprovechar más la luz del sol para utilizar menos la energía eléctrica en las casas o en los edificios de trabajo. Según las cifras presentadas por Nahle este martes, los resultados de realizar esta práctica han caído a partir de 2010, cuando se registró un pico de ahorro.
En 2021, de acuerdo con los datos de la secretaría de Energía, el ahorro que ha supuesto el horario de verano fue de 537 gigawatts por hora, que supone un 0.16 por ciento del consumo nacional, y equivale a 1.138 millones de pesos (US$ 55.288)
Nahle dijo que la innovación tecnológica de los aparatos electrodomésticos y los focos ahorradores de energía han producido mayores resultados en la eficiencia energética que la modificación de los relojes.
Si bien la práctica puede ayudar a reducir parte del consumo de energía, los críticos de esta medida en el mundo han expresado su preocupación sobre si la cantidad de energía ahorrada vale la pena la molestia de implementar el sistema en todo el planeta. En 2008, el Departamento de Energía de EE.UU. descubrió que la extensión de cuatro semanas del horario de verano desde abril-octubre hasta marzo-noviembre ahorró aproximadamente un 0,5 % en electricidad total todos los días. Si bien eso parece casi nada, totaliza 1.300 millones de kilovatios-hora, lo que según el Departamento de Energía de Estados Unidos suma “la cantidad de electricidad utilizada por más de 100.000 hogares durante todo un año”. Pero un estudio de ese mismo año realizado por la Oficina Nacional de Investigación Económica concluyó que el horario de verano aumenta ligeramente la demanda de electricidad residencial: aunque se redujo el uso de la iluminación, aumentó la demanda de calefacción y refrigeración, por lo que el consumo de electricidad fue aproximadamente el mismo.
Otro de los argumentos que ha dado el Gobierno de México para despedirse de este horario tiene que ver con la salud. Los expertos aseguran que ajustar nuestros relojes en la primavera supone una alteración al sistema circadiano, que controla el sueño.
Es decir que, durante el horario de verano, el reloj avanza una hora, por lo que el amanecer y el atardecer ocurren una hora más tarde que antes. Esto también adelanta el reloj biológico una hora. Por lo tanto, uno podría tender a acostarse más tarde y tener más dificultades para levantarse por la mañana.
Pero escatimar en el sueño va mucho más allá de las ojeras. La falta de sueño está relacionada con la diabetes tipo II, los ataques cardíacos y la depresión.
Por otra parte, hay quienes aseguran que esta práctica no supone grandes daños a la salud, salvo para aquellas personas que padecen trastornos del sueño. “Si alguien tiene una enfermedad de este tipo le cuesta trabajo empezar a dormir y levantarse, y esto se agrava durante el cambio de horario, al que nunca se adapta, dice Ulises Jiménez Correa, director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Según Jiménez para la población en general no implica mayor problema. “Esta medida puede generarle un poco de cansancio los primeros días, pero después de una semana ya se habrá adaptado”, asegura.
La polémica en otros países
México no es el único país en el mundo donde se debate si debería existir o no el cambio de horario.
En la Unión Europea (UE) es una polémica que llega dos veces al año con cada ajuste de reloj pues los países miembros no logran ponerse de acuerdo sobre su implementación, a pesar de que en 2018 el Parlamento Europeo votó a favor de terminar con esta práctica. La encuesta impulsada por Bruselas entonces demostró también que entre la población europea no hay una respuesta unánime frente al tema: aunque 84% de los participantes (4,6 millones) votó a favor de ponerle fin, hay al menos un 20% partidario a seguir con esta práctica.
En Estados Unidos, el Senado aprobó en marzo pasado por consenso unánime la Ley de Protección de la Luz Solar, que haría permanente el horario de verano en ese país.
Aunque todavía tendría que ser aprobado por la Cámara de Representantes y ser firmado por el presidente Joe Biden para convertirse en ley, el proyecto tiene sus detractores.
“¿La Ley de Protección de la Luz Solar? También podría llamarla la Ley de Protección de la Oscuridad”, dijo el Dr. David Neubauer, experto en medicina del sueño de la Universidad Johns Hopkins, a CNN.
Neubauer no está solo en este sentimiento. La Academia Estadounidense de Medicina del Sueño emitió una declaración luego de la aprobación de esta ley en el Senado, advirtiendo que “hacer que el horario de verano sea permanente pasa por alto los riesgos potenciales para la salud que pueden evitarse estableciendo un horario estándar permanente”.
El siguiente gráfico muestra los países que actualmente tienen cambio de horario, alguna vez lo tuvieron o nunca lo han usado:
Con información de Paul LeBlanc y Ali Zaslav de CNN