(CNN) — Dos meses después de que Estados Unidos confirmara su primer caso de la viruela del mono, el total ha aumentado a unos 2.900. Sin embargo, los detalles sobre esos contagios y otros datos epidemiológicos no se difunden tan rápido como el propio virus, lo que deja vacíos en la respuesta contra la enfermedad.
“Es un brote nuevo y que se mueve muy rápido. Creo que se han presentado algunos desafíos en cuanto a tener una forma fluida y eficiente de enviar los datos desde las jurisdicciones” a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), dijo Janet Hamilton, directora ejecutiva del Consejo de Epidemiólogos Estatales y Territoriales.
Recientemente, los CDC compartieron un primer vistazo a la demografía de los casos de viruela del mono. Los datos revelaron que la gran mayoría de los casos son entre hombres que tienen sexo con hombres, con una edad promedio de 36 años.
Sin embargo, la agencia apenas tiene información detallada de cerca de la mitad de los casos reportados, dijo la Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC.
Ahora, la viruela del mono es una enfermedad de notificación obligatoria, lo que significa que los departamentos de salud pública trabajan con los proveedores de atención médica locales para recopilar información sobre las personas diagnosticadas y cómo se enfermaron. Pero sigue siendo completamente voluntario el hecho de que los estados compartan datos sobre la viruela del mono con los CDC.
CNN contactó a los departamentos de salud de los 50 estados. De ellos, 29 respondieron y todos señalaron que están comprometidos en compartir datos de los casos de la viruela del mono con los CDC. Algunos, sin embargo, dijeron que recopilan más información de la que comparten.
Mientras Estados Unidos enfrenta otro desafío de salud pública en medio de la pandemia actual de covid-19, Walensky dijo que le impactaba “la poca autoridad que tenemos en los CDC para recibir los datos”.
“Deseamos obtener la mayor cantidad de información y entregar decisiones informadas a público estadounidense tanto como sea posible. Y una vez más, como ocurrió con el covid-19, nuevamente nos enfrentamos al desafío de que nosotros como agencia no tenemos autoridad para recibir esos datos. Estamos trabajando en eso ahora mismo”, dijo en una conversación con el diario The Washington Post este viernes.
Por ejemplo, apuntó Walensky, los CDC no tienen los datos sobre quiénes han recibido la vacuna contra la viruela del mono y todavía no cuentan con la autoridad para recopilar esa información.
Los únicos datos disponibles públicamente sobre las vacunas contra la viruela del mono están en las las actualizaciones semanales del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. que registran cuántas dosis se han distribuido a cada estado.
En junio, los CDC compartieron el borrador inicial de un acuerdo sobre uso de datos con los estados y otras jurisdicciones. Esencialmente, un contrato que ampliaría el acceso de la agencia a la información que recopilan los estados.
Luego de solicitar comentarios de los estados, los CDC dieron a conocer una versión revisada del acuerdo que se enfoca exclusivamente en los datos de administración de vacunas. Los estados se encuentran evaluando el documento y algunos lo han firmado.
La versión más reciente del acuerdo sobre uso de datos tiene “requisitos e infraestructura similares a los que los estados ya utilizan para reportar los datos de la vacunación contra el covid-19”, según los CDC.
La viruela del mono aún no es una emergencia de salud pública en EE.UU.
El mes pasado, los CDC activaron su Centro de Operaciones de Emergencia para coordinar la respuesta al brote de viruela del mono y movilizar recursos adicionales. Además, durante el fin de semana, la Organización Mundial de la Salud declaró la enfermedad una emergencia de salud pública de interés internacional.
Sin embargo, hasta ahora, la viruela del mono no se ha declarado como una emergencia de salud pública en Estados Unidos. Funcionarios de salud del país dijeron durante el fin de semana que aún se está evaluando la situación. El secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, emitió en un comunicado este sábado en el que señaló que EE.UU. está “decidido a acelerar nuestra respuesta en los próximos días”.
Si EE.UU. declara una emergencia de salud pública por la viruela del mono, la medida podría incluir el requisito oficial de reportar ciertos datos, aunque se usa con más frecuencia para mover fondos, explicó Hamilton.
Aunque la emergencia de salud pública por el covid-19 llevó la obligación de reportar datos a los lugares de atención médica, como los hospitales, no sucedió lo mismo con los estados y la salud pública.
“Los departamentos de salud tienen un interés establecido en proporcionar datos a la agencia”, dijo Hamilton. “El sistema de salud pública necesita y quiere enviar información”.
Ahora bien, incluso si la motivación está, la infraestructura existente para hacerlo puede llevar a un proceso desafiante.
“Nos encantaría tener un proceso regular y estandarizado–– incluso para cuando surjan nuevas enfermedades y afecciones–– en el que al menos haya una manera para que los datos básicos se envíen automáticamente fuera del sistema de enfermedades reportables de un estado”, señaló Hamilton. “Pero en la infraestructura actual, eso no existe”,apuntó.
En cambio, ahora es un “proceso muy manual” en el que, para cada caso, los estados deben ingresar toda la información a mano o cargar un archivo en el sistema que podría perder algunos campos si no tiene el mismo formato.
Por ejemplo, la evidencia muestra que la viruela del mono se propaga principalmente a través del contacto físico prolongado, como el sexo. Las personas que se someten a la prueba del virus pueden estar más dispuestas a proporcionarle a su médico un rango de cuántas parejas sexuales han tenido. Pero si la base de datos de vigilancia requiere un número específico para esa pregunta, es posible que los datos categóricos recopilados por el médico o el departamento de salud no se incluyan cuando se presente el reporte del caso.
La modernización de datos en los CDC no ha contado con fondos suficientes, destacó Hamilton.
“Créanlo o no, 2020 fue el primer año en que la agencia recibió asignaciones para un enfoque más integrado de cara a administrar los datos de vigilancia de enfermedades. Y, por supuesto, eso fue justo cuando llegó la pandemia”.
“No tenemos suficientes datos detallados de los casos”
De manera general, la falta de datos está obstaculizando los esfuerzos para pronosticar el camino que podría tomar el brote de la viruela del mono.
“En este momento, no tenemos suficientes datos detallados de los casos para desarrollar estimaciones sólidas”, señaló un portavoz de los CDC.
El nuevo Centro de Pronóstico y Análisis de Brotes de los CDC, que se lanzó formalmente esta primavera, “ha trabajado para comprender mejor el brote de viruela del mono”, incluida la manera más efectiva de optimizar intervenciones como las vacunas.
“Anticipamos que a medida que el brote avanza podremos compartir pronósticos”, añadió el portavoz.
Mientras tanto, el suministro de vacunas está lejos de satisfacer la demanda. Y cubre solo una fracción de la población que los CDC recomendaron debía recibirla.
Es muy probable que también haya un subregistro en los casos.
Walensky dijo que anticipa un aumento en los casos en las próximas semanas, por tres razones principales: un formulario de reporte más sencillo que hace que sea más rápido y fácil para los estados informar casos, un aumento en las pruebas a medida que los laboratorios comerciales han comenzado a ofrecer exámenes y exposiciones recientes que comenzará a mostrar síntomas.
“Es cierto que tenemos trabajo pendiente por hacer ––aquí e internacionalmente––, y es probable que veamos más casos de la viruela del mono en el corto plazo. Pero es posible disminuir significativamente la cantidad de casos y contener el brote actual de la viruela del mono a través de la educación y más pruebas y acceso a las vacunas. Todas prioridades en las que hemos logrado un progreso dramático”, dijeron el CDC en un comunicado a CNN.
Brenda Goodman y Katherine Dillinger, las dos de CNN, contribuyeron a este informe.