(CNN Español) – El entierro de la reina Isabel II, que tendrá lugar el próximo lunes tras el funeral de Estado, marcará el punto culminante de más de 10 días de despedida de la monarca que más tiempo reinó en Gran Bretaña.
Luego del funeral en la Abadía de Westminster, el ataúd con el cuerpo de la reina será trasladado en procesión hasta el arco de Wellington y desde allí a Windsor.
El destino final es la Capilla de San Jorge que se encuentra dentro de los terrenos del Castillo de Windsor. Para llegar allí, el coche fúnebre atravesará el camino conocido como Long Walk, según la BBC.
El servicio religioso previsto durante el entierro de Isabel II
Una vez dentro de la capilla, el decano de Windsor dirigirá un servicio religioso sobre las 04:00 p.m. hora local (11 a.m. hora de Miami). Será privado, pero podrá verse por televisión.
De acuerdo a la televisión estatal británica, la familia estará ubicada en un área de la iglesia cercana al altar que se denomina coro y detrás, en la nave, un coro interpretará cánticos e himnos.
El joyero de la Corona estará presente y, antes del himno final, retirará la corona imperial de Estado, el orbe y el cetro, que posteriormente serán devueltos a la Torre de Londres.
Al final del servicio el féretro de la reina será bajado a la Bóveda Real.
Más tarde se celebrará un servicio de entierro privado para la familia, y la reina será enterrada junto a su difunto marido en la capilla conmemorativa del rey Jorge VI. Esa capilla está situada en otra área de la Capilla de San Jorge, y es donde también fueron enterrados el padre y la madre de la reina, y donde permanecen las cenizas de su hermana Margarita.
El ataúd en el que se encuentra el cuerpo de Isabel II, de roble, se fabricó hace más de 30 años y está revestido de plomo, según dijeron los enterradores al periódico británico The Times.
The Times informó esta semana que los actuales enterradores de la familia real heredaron el ataúd de la compañía anterior de directores de funerarias reales, Kenyons. Leverton & Sons, una empresa familiar independiente de funerarias de Londres, se convirtió en funeraria de la familia real en 1991, según The Times.
Andrew Leverton, quien dirige la compañía, le dijo al periódico en una entrevista hace cuatro años: “Está hecho de roble inglés, que es muy difícil de conseguir (…) Los ataúdes de roble ahora se fabrican con roble americano. No creo que podamos usar roble inglés para un ataúd ahora. Sería demasiado caro”.