(CNN) – En alguna ocasión, el presidente Joe Biden se llamó a sí mismo una “máquina de meter la pata”, y su último desliz fue enorme.
Hablando en la Casa Blanca, en la Conferencia sobre el Hambre, la Nutrición y la Salud el miércoles, Biden llamó al estrado a la representante Jackie Walorski… a pesar de que la republicana de Indiana murió en un accidente automovilístico a principios de agosto.
“Jackie, ¿estás aquí? ¿Dónde está Jackie? Creo que ella no iba a estar aquí para ayudar a que esto se hiciera realidad”, dijo Biden.
La Casa Blanca buscó explicar el extraño momento diciendo que Walorski estaba “en la mente” de Biden.
“Habrá una firma de ley en su honor el próximo viernes, así que, por supuesto, ella estaba en su mente”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. “Ella era prioridad para el presidente”.
Seguro. Todo el mundo comete errores.
Pero ese es un error bastante grande. Y desafortunadamente para Biden, se suma a la caricatura que los republicanos, encabezados por el expresidente Donald Trump, han estado pintando de él durante mucho tiempo.
“Este tipo no tiene ni idea. No sabe dónde diablos está”, dijo Trump sobre Biden durante la campaña de 2020. “Este tipo no sabe que está vivo”.
En otro momento, Trump dijo: “Biden está disparado. Te digo que está disparado. Algo está pasando.
Sin embargo, la salud general de Biden no jugó un papel importante en las elecciones de 2020. El cuarenta y uno por ciento de los votantes en la encuesta de salida de las elecciones de 2020 dijeron que solo Biden tenía la salud mental y física para servir como presidente. El mismo número, 41%, dijo que solo Trump tenía la resistencia mental y física para el trabajo. Otro 8% dijo que ninguno de los dos.
En 2021, en medio de la fallida retirada de Estados Unidos de Afganistán, el senador republicano de Tennessee Bill Hagerty sugirió que el manejo de la situación “creó dudas no solo en mi mente, en la mente de muchos, muchos estadounidenses, sino también en la mente de nuestros aliados” con respecto a la capacidad de Biden para hacer el trabajo.
A principios de este año, el senador republicano de Kansas, Roger Marshall, un médico, sugirió que Biden debería someterse a pruebas cognitivas anuales. “Creo que todos estamos preocupados por la salud mental del presidente Biden”, dijo Marshall en ese momento. Agregó que sintió que había visto un “deterioro” en la salud mental de Biden durante el último año.
Esto es lo que sabemos con hechos: Biden tiene 79 años. Es la persona de mayor edad en ser elegida para un primer mandato como presidente y, si se postula para un segundo mandato, también será la persona de mayor edad en hacerlo. Su examen físico más reciente fue en noviembre pasado. En ese momento, el médico de la Casa Blanca dijo que Biden “sigue siendo apto para el cargo y ejecuta plenamente todas sus responsabilidades sin exenciones ni adaptaciones”.
Lo que también sabemos es que la edad de Biden es un problema para los votantes mucho más allá de la base republicana incondicional.
En una encuesta de The New York Times/Siena College realizada durante el verano, la edad de Biden fue un factor importante entre los votantes demócratas que dijeron que preferían que el partido nominara a otra persona para presidente en 2024.
Como señaló The New York Times en julio, en un artículo sobre la edad de Biden, citando a más de una docena de altos funcionarios y asesores actuales y anteriores:
“[Ellos] reconocieron que el Sr. Biden parece mayor que hace unos años, una desventaja política que no se puede resolver con las estratagemas tradicionales de la Casa Blanca como cambios de personal o nuevos planes de comunicación. Su nivel de energía, aunque impresionante para un hombre de su edad, no es lo que era, y algunos ayudantes lo vigilan en silencio. A menudo arrastra los pies cuando camina, y los ayudantes temen que se tropiece con un cable. Tropieza con las palabras durante los eventos públicos, y contienen la respiración para ver si llega al final sin un error”.
El miércoles, Biden no llegó al final sin cometer un error.