(CNN) – El descenso del nivel de agua del lago Mead ha dejado al descubierto varias cosas impactantes en los últimos meses: barcos hundidos, antiguos buques de guerra y restos humanos.
Ahora, los científicos informan un nuevo descubrimiento en el lecho seco del lago Mead: rocas con cenizas volcánicas que llovieron en el sur de Nevada durante erupciones explosivas hace aproximadamente 12 millones de años.
Los niveles de agua más bajos de la historia están dejando al descubierto rocas sedimentarias que no se habían visto desde la década de 1930, cuando se construyó la presa Hoover y se llenó el lago Mead. Entre estas rocas, los investigadores de la Universidad de Nevada en Las Vegas encontraron depósitos de ceniza de volcanes de Idaho, Wyoming y California.
“Sabíamos que estas unidades de ceniza existían, pero nos sorprendió encontrar tantas a medida que desciende el nivel de agua del lago Mead”, dijo Eugene Smith, profesor emérito de geología de la UNLV y coautor del estudio.
La sequía provocada por el cambio climático en Occidente y la sobreexplotación del agua del río Colorado han llevado los niveles del lago Mead a unos mínimos sin precedentes. En septiembre, el nivel de agua del lago era de tan solo 318 metros sobre el nivel del mar, es decir, un 27% de su capacidad total.
Los científicos están aprovechando los bajos niveles para estudiar los sedimentos que no han sido expuestos en casi un siglo.
El equipo de investigación de Smith encontró ceniza volcánica de color entre blanco y gris entre las rocas antes sumergidas. Llevaron muestras a su laboratorio para determinar el origen de la ceniza, pero encontraron que no provenía de una sola erupción.
Los científicos encontraron indicios de varias explosiones volcánicas ocurridas hace millones de años en lugares como la zona de Snake River Plain-Yellowstone, una zona de volcanes inactivos que se extiende por Idaho a lo largo del río Snake y hasta el actual Parque Nacional de Yellowstone, y el este de California. También encontraron cenizas procedentes de erupciones de hace solo 32.000 años, lo que no es tan lejano si se piensa en la escala de tiempo geológico.
Jake Lowenstern, un geólogo investigador del Servicio Geológico de Estados Unidos que no participa en el estudio, dijo a CNN que el estudio de las erupciones volcánicas del pasado puede ayudar a trazar una imagen del riesgo futuro.
El último descubrimiento en el lago Mead puede ser una de las “mejores” colecciones de ceniza volcánica de ese periodo de tiempo, dijo Lowenstern, y “será importante para permitirnos reconstruir la historia geológica de la región y comprender la frecuencia de las grandes erupciones volcánicas y su impacto en el suroeste”.
Las cenizas de las erupciones volcánicas, incluso las moderadamente explosivas, pueden viajar cientos de kilómetros, cubriendo zonas de hasta varios metros con material pesado. Erupciones recientes han demostrado que un par de milímetros de ceniza húmeda pueden interrumpir la transmisión de electricidad. Y cuando se inhalan, los diminutos pero afilados granos de la ceniza suponen un importante riesgo para la salud.
“Estas caídas de ceniza pueden interrumpir las redes de transporte y suministro, cerrar aeropuertos y ser potencialmente un peligro para la salud”, dijo Smith. “Es importante que los gobiernos locales desarrollen planes para hacer frente a este tipo de eventos, como lo hacen con los terremotos y las inundaciones”.
Smith dijo que su último análisis podría ayudar a la sociedad a prepararse para futuros eventos volcánicos, aunque provengan de volcanes lejanos, así como para el “cambio climático presente y futuro”.
“Estudiar el pasado es la clave para entender el futuro”, dijo Smith. “Al entender los eventos volcánicos del pasado, podemos comprender mejor cómo un evento futuro puede afectar a una gran área metropolitana. También podemos elaborar planes para hacer frente a una erupción volcánica cuando se produzca una en el futuro”.