(CNN) – Imágenes nunca antes vistas, obtenidas exclusivamente por CNN, muestran con nuevos y vívidos detalles cómo los líderes del Congreso huyeron del Capitolio de EE.UU. el 6 de enero y transformaron una base militar cercana en un centro de comando, donde se coordinaron frenéticamente con el vicepresidente Mike Pence y miembros del gabinete de Trump para calmar la insurrección y terminar de certificar las elecciones de 2020.
La comisión selecta del 6 de enero transmitió fragmentos de las imágenes en su audiencia pública este jueves, pero CNN obtuvo aproximadamente una hora de material adicional que no fue presentado por el panel.
Los líderes del Congreso contemplaron, mucho más seriamente de lo que se sabía anteriormente, si volver a convocar los procedimientos del Colegio Electoral en Fort McNair, según revelan las imágenes obtenidas por CNN. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, habló con Pence sobre el “plan de respaldo” y los funcionarios trataron de averiguar cómo transportarían a cientos de legisladores a la base del Ejército.
La grabación extendida sin editar arroja una luz devastadora sobre la inacción del entonces presidente Donald Trump durante los disturbios. Se ve a los congresistas trabajando alrededor de Trump para asegurar cualquier ayuda que pudieran obtener —de la Guardia Nacional, las agencias federales y los departamentos de policía locales— para derrotar a la multitud que incitó.
El video fue capturado por Alexandra Pelosi, documentalista e hija de la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes. La cineasta proporcionó algunas de sus imágenes detrás de escena a la comisión selecta del 6 de enero, que transmitió una compilación editada en la audiencia de este jueves.
“Todos los involucrados estaban trabajando activamente para detener la violencia, para que las fuerzas del orden público federales se desplegaran en la escena para sofocar la violencia y asegurar el complejo del Capitolio”, dijo el representante Jamie Raskin, demócrata de Maryland, sobre las imágenes en la audiencia. “Todos ellos hicieron lo que el presidente Trump no estaba haciendo, lo que simplemente se negó a hacer”.
Se sabe desde el 6 de enero de 2021 que los líderes del Congreso de ambos partidos fueron evacuados apresuradamente a Fort McNair, que se encuentra a unos 3,2 kilómetros al sur del Capitolio. Pero antes de este jueves, el público había visto muy pocas imágenes desde el interior de la base, y las nuevas cintas muestran por primera vez la salida apresurada de Pelosi del Capitolio y hacia una camioneta que la llevó a la base.
Los nuevos clips muestran escenas caóticas de demócratas y republicanos hablando por teléfono en Fort McNair, a veces juntos, tratando de averiguar qué estaba pasando en el Capitolio invadido y rogando por ayuda.
En una escena dramática, el entonces líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, le gritó al secretario del Ejército, Ryan McCarthy, después de escuchar el rumor de que Trump impidió que la Guardia Nacional de la ciudad de Washington se apresurara al Capitolio.
“Me gustaría saber una buena maldita razón por la que se ha negado”, dijo Schumer. “Por favor, todo el Capitolio está vandalizado. Hay una foto de alguien sentado en la silla del Senado. Todos hemos sido evacuados. Ha habido disparos. Necesitamos un componente completo de la Guardia Nacional, ahora”.
McCarthy luego le asegura a Schumer que no hubo una orden de retirada de la Guardia Nacional.
Y en otro momento impactante, se ve a Schumer y Pelosi criticando al fiscal general interino Jeffrey Rosen. En una acalorada llamada telefónica, Schumer le dijo a Rosen que las autoridades federales deberían “hacer arrestos a partir de ahora”, pero Rosen solo ofreció una respuesta vacilante y evasiva.
“Um, tengo que ceder ante la policía en eso”, respondió Rosen.
“Que nadie sepa dónde estás”
La mayoría de las imágenes en crudo muestran los movimientos de Pelosi el 6 de enero, y el equipo de documentales de Alexandra Pelosi proporcionó a CNN las marcas de tiempo de los videos. Quizás las revelaciones más importantes sean las llamadas telefónicas entre Pence y Pelosi, quienes eran entonces el primero y la segunda en la línea de sucesión, respectivamente.
La primera llamada entre ambos, muestra el video, ocurrió alrededor de las 4:20 p.m., hora local, Pelosi le pregunta a Pence si se encuentra bien y le consulta sobre su seguridad física, antes de discutir la posibilidad de reanudar la sesión conjunta del Congreso en Fort McNair, para que los congresistas puedan culminar la ceremonia que le otorgaba la victoria a Biden.
“Estamos en Fort McNair, que tiene instalaciones para que se reúnan tanto la Cámara como el Senado, como un plan de respaldo… en caso de que suceda algo que lo justifique”, dice Pelosi. “Preferiríamos ir al Capitolio y hacerlo allí, pero no parece ser seguro”.
A continuación, Pelosi dice a Pence que le habían dicho que tomaría “días” asegurar el Capitolio y, por lo tanto, “logísticamente queremos traer a todos los miembros aquí, los de la Cámara y los del Senado”. Pero eso nunca se materializó: los legisladores rasos y los miembros del personal del Congreso permanecieron dentro del Capitolio durante el asedio; muchos de ellos atrincherados en sus oficinas.
“Me preocupa que estés en esa sala del Capitolio”, le dice Pelosi a Pence, quien estaba escondido en un muelle de carga debajo del Capitolio con su equipo de seguridad. “Que nadie sepa dónde estás”.
Pelosi le dice al vicepresidente que escuchó reportes de “defecación” en el piso de la Cámara.
La presidenta de la Cámara dice que consultó con el entonces líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, para tratar de “acelerar” las objeciones del Partido Republicano a los votos electorales del presidente electo Joe Biden, para que pudieran presentar una objeción y luego “avanzar” con la certificación electoral. McConnell, un republicano de Kentucky, se opuso a las objeciones, pero varios senadores republicanos alineados con Trump todavía intentaban anular las victorias de Biden en varios estados clave.
Durante la llamada, Pelosi desenvuelve un trozo de carne seca y se lo come, mientras sostiene el teléfono con la otra mano.
“Si viene, le voy a dar un puñetazo”
Anteriormente en las imágenes nunca antes vistas, en la mañana del 6 de enero, Pelosi participa en una videollamada con el bancada demócrata de la Cámara para planificar los procedimientos del día. Una católica devota, Pelosi invoca la Fiesta de la Epifanía, que es el 6 de enero, y dice que esperaba que los republicanos “tuvieran su propia epifanía” ese día.
La llamada tuvo lugar en la misma sala de conferencias de Pelosi que fue saqueada solo unas horas más tarde por desenfrenados partidarios de Trump, algunos de los cuales dijeron específicamente que querían cazarla.
Más tarde se ve a Pelosi reaccionando al discurso de Trump en Ellipse, donde les dijo a sus seguidores que marcharan hacia el Capitolio y dijo que estaría allí con ellos para protestar por la certificación de las elecciones.
“Díganle, que si viene aquí, vamos a la Casa Blanca”, bromea Pelosi, entre risas.
Luego, el jefe de gabinete de Pelosi le notifica que el Servicio Secreto “disuadió (a Trump) de venir al Capitolio”. No está claro cómo el asistente se enteró de esto. Pero las imágenes respaldan el testimonio del funcionario de la Casa Blanca de Trump, Cassidy Hutchinson, quien le dijo al comité del 6 de enero sobre los intentos de Trump de obligar a su equipo de seguridad a llevarlo al Capitolio, pero lo rechazaron.
Pelosi responde a la noticia con seriedad y les dice a los asistentes cercanos: “Si viene, lo voy a golpear. He estado esperando por esto. Por invadir los terrenos del Capitolio, lo voy a golpear. Y voy a ir a la cárcel, y voy a ser feliz”.
“Tenemos que terminar los procedimientos”
Cuando Pelosi sale de su oficina y se dirige a la Cámara de Representantes, las imágenes muestran a los asistentes del Congreso cargando las cajas más importantes que contienen los certificados oficiales del Colegio Electoral. Comienzan los procedimientos, presididos por Pence, y los legisladores republicanos presentan rápidamente su primera objeción.
Multitudes de partidarios de Trump pronto comenzaron a invadir el complejo del Capitolio. Las inestables imágenes de video muestran a Pelosi y su séquito de personal y miembros de la familia siendo sacados del edificio, escapando de los alborotadores que se acercaban rápidamente y descendiendo por una estrecha escalera.
“Si detienen los procedimientos, habremos fracasado por completo”, dice Pelosi, mientras evacua el Capitolio, y luego agrega: “Tenemos que terminar los procedimientos, o de lo contrario obtendrán una victoria completa”.
Al salir, pregunta a los asistentes si pudieron comunicarse con McConnell y si él estaba a bordo para solicitar conjuntamente asistencia de emergencia de la Guardia Nacional. (Él estaba, dijeron.)
Reubicada en Fort McNair, Pelosi se entera de que algunos miembros de la Cámara quedaron atrapados en la cámara y los funcionarios de seguridad les ordenaron que se pusieran las máscaras antigás proporcionadas por el gobierno. Pelosi y sus colegas luego ven cómo se desarrolla el motín en CNN, según muestra el video. Estaban visiblemente conmocionados por la cobertura televisiva.
“Muchísima prisa”
Las imágenes obtenidas por CNN muestran a los líderes del Congreso de ambos partidos refugiándose en Fort McNair.
Los líderes demócratas Pelosi y Schumer, así como los representantes de alto rango Steny Hoyer y James Clyburn, son vistos en varios momentos de las imágenes no editadas. A ellos se unieron los principales republicanos, como McConnell, el senador Chuck Grassley de Iowa, el senador John Thune de Dakota del Sur y el representante Steve Scalise, líder de la minoría de la Cámara.
El líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, un republicano de California, también aparece en las imágenes refugiándose en Fort McNair. Su presencia es notable teniendo en cuenta su trayectoria después de la insurrección: McCarthy se enfrentó a Trump en una acalorada llamada durante el ataque y lo culpó inmediatamente después, pero un día más tarde volvió a abrazar al expresidente y comenzó a restarle importancia a los disturbios.
Una escena de las grabaciones, tomada alrededor de las 3:18 p.m., hora local, muestra a algunos de los altos funcionarios demócratas hablando nuevamente con Ryan McCarthy, el secretario del Ejército. Aparentemente, Schumer tenía la impresión de que la respuesta militar estaba obstaculizada.
“Nunca dije que no”, dice Ryan McCarthy sobre la activación de la Guardia Nacional. “Solo necesito obtener el permiso”. Sin dar ningún nombre, Ryan McCarthy les dice a los legisladores: “Tengo que hablar con mi jefe”. No está claro a quién se refería el líder del Ejército pero, técnicamente, su jefe era el secretario interino de Defensa, Christopher Miller.
Miller no habló con Trump el 6 de enero, según el comité selecto de la Cámara que investiga el ataque. Sí habló ese día con Pence, quien asumió un liderazgo improvisado, trabajando con líderes del Congreso y funcionarios de seguridad del Capitolio. Las imágenes muestran claramente a Pence coordinando con Pelosi los esfuerzos para asegurar el Capitolio.
Aproximadamente 30 minutos después, unos 10 legisladores de ambos partidos se reúnen alrededor de un teléfono para hablar con Miller, el secretario de Defensa interino. Schumer presiona a Miller al respecto de la lenta respuesta de la Guardia Nacional y le informa que algunos senadores quedaron atrapados en sus oficinas laterales cerca de la cámara del Senado en la que irrumpieron los manifestantes.
McConnell le dice a Miller que las tropas deben “llegar allí con mucha prisa, ¿entiendes?”
“Esta es una emergencia”, le dice Schumer, “donde la vida y los miembros están en juego”.
El jefe interino del Pentágono responde a los legisladores que recibió el mensaje “fuerte y claro”, que las tropas ya habían sido activadas y que los líderes militares estaban diseñando planes para recuperar el Capitolio.
“¡Responde a mi pregunta!”
Las imágenes muestran a Pelosi hablando con el entonces gobernador de Virginia Ralph Northam, un demócrata, sobre el envío de tropas, porque podría activar directamente la Guardia Nacional de Virginia sin la participación presidencial. También habló con la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, otra demócrata, cuyo departamento de policía estaba en primera línea ese día.
También hubo un enfrentamiento con Rosen, el fiscal general interino. Schumer grita en su teléfono plegable, castigando a Rosen y lo insta a que le diga a Trump que pare a la multitud. Rosen tenía poco que ofrecerle a Schumer, excepto decir que estaba movilizando agentes federales bajo su supervisión. Pelosi le dice a Rosen que los alborotadores estaban “violando la ley… por instigación del presidente de Estados Unidos”.
Rosen dice que su equipo estaba “coordinando tan rápido y como…” antes de ser interrumpido por Schumer, quien le pregunta enérgicamente a Rosen nuevamente si intervendrá directamente con Trump.
“No, no, no, por favor responda mi pregunta”, grita Schumer. “¡Responda a mi pregunta!”
En ese momento, Schumer probablemente no sabía que la relación de Rosen con Trump se había deteriorado, y que Rosen era menos leal a Trump y más un aliado que apoyaba la transferencia de poder.
Días antes, Trump había amenazado con despedir a Rosen y reemplazarlo con Jeffrey Clark, un alto funcionario del Departamento de Justicia que estaba dispuesto a hacer lo que Rosen no haría: usar los poderes de las fuerzas del orden público federales para anular los resultados de las elecciones de 2020 para mantener a Trump en el poder.
“Señor. Presidente, tiene razón en que no voy a permitir que el Departamento de Justicia haga nada para tratar de anular las elecciones”, le dijo Rosen a Trump durante esa reunión de alto riesgo en el Despacho Oval el 3 de enero de 2021, según su testimonio a la comisión del 6 de enero.
“Continuar con la democracia aquí en la base”
Hasta las 4:30 p.m., hora local, los principales líderes del Congreso estuvieron hablando con McCarthy, el secretario del Ejército, sobre la posibilidad de terminar la sesión conjunta del Congreso en Fort McNair.
“Debemos terminar”, dijo Schumer, “pero tienes que ayudarnos a tomar esa decisión”.
Schumer y otros luego discuten sobre la logística necesaria para trasladar a cientos de legisladores hacia Fort McNair. Pelosi se pregunta en voz alta si hay micrófonos que pudieran usar. Los funcionarios trataron de resolver las grandes preguntas: ¿Cómo se transportarían en autobús los legisladores desde el Capitolio hasta Fort McNair? ¿A dónde irían después de completar la certificación? ¿Cómo harían para que regresen a sus hogares sanos y salvos?
En lo que parecía una sesión informativa improvisada, un agente de la Policía del Capitolio de EE.UU. les da algunas respuestas logísticas a los legisladores de alto rango, sobre cómo podrían “continuar con la democracia aquí en la base”.
Pero los líderes del Congreso también se mostraron cautelosos, y Schumer dijo que el plan de respaldo de Fort McNair haría parecer que “estamos abandonando el Capitolio en manos de los insurrectos”.
Por la noche, la policía había expulsado a la mayoría de los alborotadores y comenzó a establecer un perímetro de seguridad alrededor del Capitolio.
Pelosi vuelve a hablar por teléfono con Pence alrededor de las 6 p.m. ET, y el vicepresidente da las buenas noticias a los líderes del Congreso, que esperaban volver al Capitolio.
“Estoy literalmente de pie con el jefe de Policía del Capitolio de EE.UU.”, dijo Pence en altavoz, mientras Pelosi, Schumer y Grassley escuchaban. “Y me acaba de informar que tiene información sobre que la Cámara y el Senado podrán volver a reunirse en aproximadamente una hora”.
Así, el “plan de respaldo” de Fort McNair fue cancelado.
“Hay sangre fuera del Vestíbulo del Portavoz”
Poco después, Pelosi habla con el entonces sargento de armas de la Cámara de Representantes, Paul Irving. En la conversación no revelada anteriormente, Irving confirma que los legisladores pueden regresar pronto, pero algunas áreas estarán prohibidas porque son una “escena del crimen”.
“Hay sangre fuera del Vestíbulo del Portavoz”, dice Irving, refiriéndose al área inmediatamente fuera del piso de la Cámara donde un agente de policía disparó fatalmente a Ashli Babbitt, la alborotadora del Capitolio.
Las imágenes muestran a Pelosi saliendo de Fort McNair y conduciendo por las calles oscuras de la ciudad de Washington hacia el Capitolio. El Senado volvió a reunirse alrededor de las 8 p.m., hora local, y la Cámara volvió a reunirse alrededor de las 9 p.m.
A pesar del ataque, los aliados más acérrimos de Trump en el Congreso siguieron adelante con sus desafíos contra los electores de Biden de Arizona y Pensilvania. Sus objeciones, basadas en reclamos de fraude sin mérito, fueron derrotadas en votaciones bipartidistas. Las elecciones de 2020 llegaron formalmente a su fin.
Las nuevas imágenes fueron captadas por Alexandra Pelosi, quien ha lanzado documentales en HBO durante décadas. CNN y HBO son propiedad de la misma empresa matriz, Warner Bros. Discovery.
Chuck Hadad de CNN contribuyó a esta historia.