(CNN) –– Un convoy de la embajada de Estados Unidos fue atacado en Haití este lunes, informaron un alto funcionario de EE.UU. y un portavoz del Departamento de Estado. Un conductor haitiano resultó levemente herido, pero ninguno de los miembros del personal de la embajada sufrió lesiones.
“Individuos armados dispararon contra los vehículos de la Policía Nacional de Haití, vehículos de la Embajada de Estados Unidos y vehículos comerciales haitianos esta mañana”, dijo un portavoz del Departamento de Estado.
“Ningún miembro de la embajada sufrió lesiones”, dijeron. “Un conductor comercial haitiano que acompañaba al convoy resultó herido con lesiones que no ponen en peligro su vida”, añadió.
“No tenemos ninguna información adicional en este momento”, dijo el portavoz.
El ataque al convoy de la embajada de EE.UU. es el incidente más reciente en un país dominado por pandillas violentas. También ocurre más de un año después del asesinato del presidente Jovenel Moise. Puerto Príncipe fue el escenario de batallas brutales entre pandillas este verano que incendiaron vecindarios enteros y desplazaron a miles de familias, mientras otros quedaron atrapados en sus hogares, temerosos de salir incluso en busca de comida y agua.
A fines del mes pasado, el político haitiano Eric Jean Baptiste fue asesinado a tiros frente a su casa. También, la cifra de personas desplazadas por la reciente violencia relacionada con pandillas en la capital se ha triplicado en los últimos cinco meses, sostuvo la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas en octubre.
El informe de la OIM indicó que más de 113.000 personas fueron desplazadas internamente de Puerto Príncipe entre junio y agosto de este año. Casi 90.000 de ellas debido a “violencia urbana vinculada a conflictos entre pandillas, pandillas policiales y sociales”.
Los delincuentes todavía controlan o tienen influencia en algunas partes de la ciudad más poblada del país, y los secuestros para pedir rescate amenazan los movimientos cotidianos de los residentes. En las últimas semanas, manifestantes de varias ciudades pidieron la renuncia del primer ministro Ariel Henry ante los altos precios de los combustibles, la inflación galopante y la delincuencia descontrolada.
El mes pasado, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, condenó lo que calificó como una “situación absolutamente de pesadilla” en Haití, mientras las pandillas bloqueaban el transporte de combustible y otros materiales en el puerto de Puerto Príncipe. El país se enfrenta a una crisis humanitaria, mientras que un brote de cólera también ha dejado decenas de muertos.
Guterres, ha instado a la comunidad internacional a considerar el despliegue de fuerzas en el país para enfrentar las crecientes crisis humanitarias y de seguridad.
Funcionarios del gobierno de Biden trabajan con “capitales de todo el mundo para discutir la posibilidad de una misión respaldada por el Consejo de Seguridad de la ONU en virtud del Capítulo VII”, señaló la semana pasada el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price. Sin embargo, la composición de dicha misión sigue sin estar clara.
“El statu quo sigue siendo insostenible. Sigue siendo insostenible para el pueblo haitiano. Esperamos ver una mejora continua en la situación humanitaria. Las acciones de la Policía Nacional de Haití pueden conducir a nuevas mejoras. Pero sigue habiendo desafíos a más largo plazo que una fuerza habilitadora autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU podría ayudar a abordar”, dijo Price, en su momento.