(CNN) – La mala semana que lleva el expresidente Donald Trump es una pésima noticia para su regreso.
Su empresa familiar fue condenada el martes por fraude fiscal criminal. El mismo día, su candidato elegido a dedo perdió una carrera por el Senado en un estado republicano que podía haber ganado. La comisión del 6 de enero de la Cámara de Representantes ha decidido recomendar imponer cargos penales al Departamento de Justicia, posiblemente de él o de sus asociados cercanos. Y su llamado a poner fin a la Constitución ha vuelto a arrinconar a los republicanos.
Se han escrito tantos obituarios políticos prematuros para Trump que sería una tontería descartarlo ahora que se embarca en su tercera carrera consecutiva a la Casa Blanca.
Pero cada vez se hace más difícil entender cómo el hombre que reescribió el manual de la política estadounidense puede recuperarse de semanas como esta.
“Creo que Georgia, después de estas elecciones intermedias, después de lo que sucedió en 2020, puede ser recordado como el estado que finalmente quebró a Donald Trump”, dijo el comentarista político de CNN Scott Jennings, republicano, después de que CNN proyectó que el senador demócrata Raphael Warnock ganaría un mandato completo de seis años.
Jennings no es simpatizante de Trump, pero sí es un astuto seguidor de la política republicana.
“Perder Georgia en las elecciones presidenciales, perder la carrera por el Senado, este no es un estado que los republicanos deberían perder”, dijo.
La derrota de Walker, a pesar de una inyección masiva de dinero en efectivo de los republicanos en Washington y el apoyo del gobernador republicano recientemente reelegido Brian Kemp, un antagonista de Trump, propinó a los republicanos otro doloroso recordatorio de que sus derrotas en las elecciones generales se producen cuando los negacionistas de las elecciones y los aliados de Trump se enfrentan a los votantes de elecciones generales.
“Todos los republicanos de este país deberían responsabilizar a Donald Trump por esto”, dijo el vicegobernador de Georgia, Geoff Duncan, quien señaló que la diferencia entre Walker y los republicanos de Georgia que ganaron cargos estatales este año fue el involucramiento de Trump. Dijo que el partido debe cambiar de rumbo para seguir siendo competitivo.
¿Cacería de brujas?
Trump diría que todos los contratiempos son parte de una “cacería de brujas”, pero esa puede ser una frase hecha más difícil de usar contra un jurado de pares que contra funcionarios públicos.
Y es más difícil decir que el caso contra sus empresas tiene fallas cuando se basa en el testimonio del exdirector financiero con el que trabajó durante décadas.
La Organización Trump fue declarada culpable de todos los cargos, que se derivaron de un plan de años en el que los fiscales de la Oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan dijeron que se pagaban beneficios generosos a los empleados de Trump, pero que no se informaban a las autoridades fiscales como ingresos.
Ni Trump ni su familia fueron acusados personalmente en este caso. Pero Trump y tres de sus hijos enfrentan una demanda civil por separado presentada por la fiscal general de Nueva York que probablemente no vaya a juicio hasta el próximo octubre.
Muchos matices de escrutinio
El escrutinio que las autoridades de Nueva York aplicaron a las finanzas de la empresa de Trump ha arrojado estas condenas por fraude fiscal.
Una pregunta aún más grande que llega a su conclusión es si el escrutinio aplicado por la comisión selecta de la Cámara de Representantes que investiga el ataque del 6 de enero de 2021 y el Departamento de Justicia darán lugar a cargos penales federales por su esfuerzo por anular las elecciones de 2020 y su papel inspirador para los manifestantes del Capitolio de EE.UU.
La comisión del 6 de enero puede recomendar que el Departamento de Justicia presente cargos contra Trump o sus aliados y CNN ha informado que los miembros del panel han estado ampliamente de acuerdo en que Trump y algunos de sus asociados más cercanos cometieron un delito al promover una conspiración para prevenir la transferencia pacífica del poder.
Pero la comisión, que incluye a los representantes republicanos salientes Liz Cheney y Adam Kinzinger, está dividida sobre qué hacer.
¿Qué tipo de cargos penales?
El presidente de la comisión, Bennie Thompson, un demócrata de Mississippi, dijo el martes que los miembros emitirían recomendaciones de imponer cargos penales, pero no dio más detalles, diciendo que el panel no ha reducido el universo de personas que pueden ser referidas.
Como informó CNN, la comisión llegó a nombrar una subcomisión de miembros para evaluar “cómo presentar evidencia de posible obstrucción, posible perjurio y posible manipulación de testigos, así como posibles referencias criminales al Departamento de Justicia, según múltiples fuentes familiarizadas con el trabajo de la comisión”.
Una recomendación de cargos penales por parte de la comisión, que podría venir junto con su muy anticipado informe final y justo antes de que una mayoría republicana entrante en la Cámara de Representantes cierre la investigación, podría ayudar a enfocar una extensa investigación del Departamento de Justicia sobre el esfuerzo por anular la elección y sobre el motín.
“Sabemos que la comisión realmente se ha adelantado al Departamento de Justicia”, dijo Jamie Gangel de CNN el martes, señalando que el Departamento de Justicia ha buscado testimonios y pruebas reunidas por la comisión del 6 de enero.
Ayudar a presuntos agitadores
En lugar de centrarse en las próximas elecciones, Trump sigue obsesionado con su derrota de 2020.
Entre sus pocas apariciones desde que anunció una candidatura para 2024 está un esfuerzo, por video, para ayudar a recaudar dinero para un grupo que ayuda a las personas enjuiciadas por el gobierno por unirse a los disturbios en el Capitolio.
La obsesión de Trump con su derrota de 2020 continúa motivando sus declaraciones públicas y está complicando su plan para consolidar el poder en el partido y despejar de su camino a los retadores anticipados para las primarias del Partido Republicano.
El llamado a terminar con la Constitución no es bien recibido
El extraño llamado en una publicación en su plataforma Truth Social, similar a Twitter, para terminar con las leyes y la Constitución a favor de repetir las elecciones de 2020 continúa resonando en un partido cuya retórica a menudo es construida en torno a la fidelidad a los sagrados documentos fundacionales de la nación.
“Sería muy difícil prestar juramento a la presidencia si no está dispuesto a defender la Constitución”, dijo a los periodistas el líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, este martes.
Hay poca sorpresa en las críticas del republicano de Kentucky a Trump. Pero las artimañas del líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, son más reveladoras.
Un Partido Republicano dividido
La misión imposible de McCarthy es encontrar 218 votos de 222 republicanos de la Cámara de Representantes para ganar el mazo del presidente de la cámara cuando el pleno vote en enero.
Su problema es que la extrema derecha del partido, los aproximadamente 40 miembros del Freedom Caucus alineados con Trump, quieren garantías de que adoptará un enfoque de ignorar los riesgos para usar el techo de la deuda como moneda de cambio en la financiación del gobierno. Necesita su apoyo y tiene problemas para conseguirlo.
En ese contexto, el republicano de California solo dijo: “Apoyo totalmente la Constitución”, cuando se le preguntó sobre el llamado de Trump.
Otros importantes republicanos fueron tomados por sorpresa cuando CNN les preguntó acerca de los comentarios.
El representante Steve Scalise, el republicano número 2 en la Cámara de Representantes y un posible reemplazo si McCarthy no puede obtener el apoyo de los republicanos para convertirse en presidente de la cámara, dijo que él no apoya la terminación de la Constitución cuando se le leyeron los comentarios de Trump.
“Después de la Biblia, es el documento más importante en la historia del mundo”, dijo el republicano de Luisiana, negándose a comentar si el expresidente debería dejar de negar las elecciones.
Scalise y McCarthy son republicanos relativamente convencionales y las recientes compañías de Trump se han vuelto más extremas, como cuando cenó con el nacionalista blanco Nick Fuentes y el rapero antisemita Kanye West, ahora conocido como Ye.
Esa fue la polémica de la semana pasada. Pero esta semana ha tenido un comienzo igual de malo.