(CNN) – Brittney Griner salió de un centro médico militar en Texas este viernes y regresó a su hogar en Arizona, prometiendo en una publicación de Instagram que jugará en la WNBA esta temporada a medida que toma un paso más para su reinserción a la vida estadounidense tras su detención en Rusia.
“Me siento tan bien de estar en casa. Los últimos 10 meses han sido una batalla a cada paso”, escribió en su publicación. “Tuve que cavar hondo para mantener mi fe y ha sido el amor de muchos de ustedes lo que me ha ayudado a seguir adelante. Desde el fondo de mi corazón, gracias a todos por su ayuda”.
Griner, de 32 años, dijo estar “agradecida con cada persona que abogó por mí” y dio las gracias al personal de la instalación militar de Texas a la que llamó brevemente su hogar. También recordó a otro prisionero extranjero en Rusia cuya liberación no pudo asegurarse en el intercambio de prisioneros que consiguió su libertad.
“Presidente Biden, usted me trajo a casa y sé que está comprometido a traer a Paul Whelan y a todos los estadounidenses a casa también”, dijo. “Utilizaré mi plataforma para hacer todo lo que pueda para ayudarles. También animo a todos los que han contribuido a traerme a casa a que sigan esforzándose por traer a todos los estadounidenses a casa. Todas las familias merecen estar completas”.
Griner tiene intención de volver al Mercury de la WNBA
Griner despegó de San Antonio alrededor de las 11 de la mañana hora local de este viernes, según confirmó CNN a través de su agente Lindsay Kagawa Colas.
Al subir al avión, Griner fue recibida por Jim Pitman, director general del Mercury de Phoenix; Vince Kozar, presidente del equipo; y Diana Taurasi, compañera de equipo. Aparecieron por sorpresa para darle la bienvenida a casa.
Griner se dirigió de nuevo a Arizona, aunque sus representantes no quisieron confirmar exactamente dónde, alegando motivos de seguridad. CNN informó previamente que Griner y su esposa, Cherelle, ya habían hecho planes para mudarse a su regreso a Estados Unidos.
“También quiero dejar una cosa muy clara: tengo la intención de jugar al baloncesto con el Mercury de la WNBA esta temporada y, al hacerlo, espero poder decir ‘gracias’ en persona a todos los que me han apoyado, escrito y enviado mensajes”, declaró Griner.
La dos veces medallista de oro olímpica fue liberada la semana pasada en un intercambio de prisioneros tras casi 300 días bajo custodia rusa.
Su detención, después de que funcionarios rusos encontraran en su equipaje cartuchos para vapear que contenían aceite de cannabis, se convirtió en una causa internacional en un momento delicado de las relaciones entre Washington y Moscú. Las autoridades estadounidenses la consideraron una detención injusta.
Griner había viajado a Rusia para jugar al baloncesto en la temporada baja de la WNBA y fue detenida acusada de contrabando de drogas en un aeropuerto de la región de Moscú el 17 de febrero.
A pesar de su testimonio de que había metido sin querer el aceite de cannabis en su equipaje, Griner fue condenada a nueve años de prisión a principios de agosto y trasladada a una colonia penal de la república de Mordovia a mediados de noviembre tras perder su apelación.
Una delicada danza diplomática entre Estados Unidos y Rusia
La jugadora del Mercury se convirtió en un peón en la guerra de Rusia en Ucrania y regresó a Estados Unidos el 9 de diciembre tras el intercambio de prisioneros por el conocido traficante de armas ruso condenado Viktor Bout.
Durante meses se desarrolló una delicada danza diplomática entre Estados Unidos y Rusia, que libra una guerra en Ucrania. Estados Unidos promulgó sanciones en respuesta al conflicto, mientras los diplomáticos mantenían abiertas líneas de comunicación con Moscú sobre las negociaciones de los prisioneros.
El presidente Joe Biden dijo que los esfuerzos para traer a Griner a casa implicaron “negociaciones minuciosas e intensas”.
En una escena que parecía sacada de un “thriller” de espías, el intercambio de prisioneros uno por uno se produjo en una pista de Abu Dhabi el 8 de diciembre.
Una vez en suelo estadounidense, uno de los primeros movimientos de Griner fue encestar en una cancha de baloncesto de Texas, según Colas.
Con un par de zapatillas Chuck Taylor negras, pantalones cortos de los Suns de Phoenix y una camiseta que decía “Title IX”, regresó a las canchas tras una larga espera. Meses atrás, en prisión preventiva en Rusia, a Griner le ofrecieron un balón de baloncesto y una canasta, pero se negó a jugar, según Colas.
Griner también se cortó el pelo para eliminar lo que su familia y amigos llamaban en broma su “palidez rusa”. Según Colas, durante su cautiverio se cortó las largas rastas que la caracterizaban, ya que luchaba continuamente contra el resfrío porque se le congelaba el pelo mojado.
Un regreso agridulce
Aun así, su regreso ha sido algo agridulce. A Griner le rompe el corazón que Whelan siga detenido, dijo su agente.
Whelan es ciudadano estadounidense, irlandés, británico y canadiense y está encarcelado en una colonia penal rusa tras ser detenido en diciembre de 2018 acusado de espionaje, que él ha negado. Fue condenado a 16 años de prisión.
Al igual que Griner, los funcionarios estadounidenses han declarado que Whelan fue detenido injustamente.
Griner está ansiosa por usar su poder e influencia para ayudar a otros, especialmente a Whelan, según su agente.
“Está pensando en su familia y ha hablado de su intención de llamarles en cuanto llegue a casa”, dijo Colas a CNN. “Ella está realmente comprometida a contar esta historia y asegurarse de que la gente sepa los nombres de esta población de estadounidenses detenidos injustamente”.
Griner permaneció una semana en el Brooke Army Medical Center de San Antonio para someterse a una evaluación rutinaria. Se alojó con su esposa en una residencia de la base. Un árbol de Navidad decoraba su vivienda.
“Agradezco el tiempo y la atención para asegurarse de que estaba bien y equipada con las herramientas para este nuevo viaje”, escribió en Instagram, refiriéndose al personal de la base de San Antonio.
Su detención y condena llamó la atención sobre la difícil situación de otros estadounidenses bajo custodia rusa, entre ellos Whelan y Trevor Reed.
La liberación de Whelan no pudo garantizarse en el último intercambio de prisioneros, mientras que Reed regresó a Estados Unidos en abril tras un calvario de casi tres años.
El intercambio de prisioneros de Griner suscitó las críticas de los republicanos, que acusaron al Gobierno de Biden de devolver a Rusia a un prisionero peligroso sin conseguir la liberación de Whelan.
En múltiples ocasiones a lo largo de las últimas semanas y meses, los funcionarios rusos dejaron claro que la liberación de Bout era la única forma de liberar a Griner de su detención.
Su vuelo a Arizona el viernes es apenas un paso más en su reintegración.
Según Colas, Griner ha optado por participar en el programa de posaislamiento del Departamento de Defensa, en el que han participado otros estadounidenses detenidos injustamente, entre ellos Reed. El programa se centra en ayudar a las personas que han estado cautivas a recuperar el control de sus vidas tras largas detenciones.