(CNN Español) – Hablar de acuerdos de paz con la guerrilla del ELN es hablar de décadas de procesos fallidos y Gobiernos que han intentado negociar, infructuosamente, a lo largo de la historia reciente del país.
Esta vez el Gobierno del presidente Gustavo Petro está intentando nuevamente una negociación con la guerrilla activa más antigua de Colombia que, tras años de suspensión de los diálogos con el Gobierno de Iván Duque, intenta acogerse a un acuerdo con el Gobierno para dejar las armas.
El más reciente avance para llegar al cese de la violencia fue la suspensión de las operaciones militares contra el ELN el 6 de julio de este año, una medida que llegó un mes después de que se acordara un cese bilateral del fuego con ese grupo armado en junio de 2023, que según el anuncio del gobierno empezaría el 3 de agosto y se extendería por 180 días.
El acuerdo, presentado en La Habana, contempla un proceso de alistamiento del 9 de junio al 5 de julio que incluye la activación de un canal de comunicación entre las partes, el inicio de actividades de pedagogía y preparación para la puesta en marcha del mecanismo de monitoreo y verificación, entre otros.
Según ese plan, las órdenes de cese de operaciones ofensivas por las partes entrarán en vigor el 6 de julio. El 10 de julio se hará una reunión plenaria de la mesa de diálogo para aprobar los protocolos elaborados. Por último, el 3 de agosto iniciará el cese del fuego “bilateral, nacional y temporal” por 180 días, que tendrá “vocación de continuidad previa evaluación de las partes”.
Ese acuerdo de cese el fuego, llegó un acuerdo bilateral al fuego con ese grupo armado, que en ese momento se firmó con otros cuatro grupos armados —la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada— desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de 2023, según informó Petro el 31 de diciembre de 2022. En ese momento, Petro dijo que el cese bilateral del fuego será “prorrogable según los avances en las negociaciones”. Petro impulsa la “paz total” cuyo objetivo es negociar el fin de la violencia armada con todos los grupos delincuenciales del país.
Las negociaciones durante el gobierno Petro
En octubre de 2022, representantes del Gobierno de Colombia (liderado por el presidente Gustavo Petro) y del ELN anunciaron desde Caracas, Venezuela, que reinstalarían la mesa de conversaciones, después de una pausa de tres años durante el Gobierno de Iván Duque.
“Para el Gobierno de Colombia y el ELN la participación de la sociedad en este proceso es esencial en los cambios que necesita Colombia para construir la paz”, se lee en un documento conjunto firmado por las partes. El Gobierno de Colombia dijo que el cumplimiento de los protocolos acordados entre el Estado y el ELN es un “paso fundamental para lograr la paz total” y que está dándole al ELN “plenas garantías” para el retorno a la mesa de conversación.
El primer ciclo formal de negociaciones de esta nueva etapa se dio entre el 21 de noviembre y el 12 de diciembre de 2022 en Caracas, Venezuela. En este ciclo se llegaron a acuerdos sobre la agenda, la institucionalización de la Mesa de negociaciones, pedagogía y comunicaciones.
Pero un anuncio en falso del gobierno Petro a principios de enero de 2023 generó una fractura en este proceso de paz: un anuncio unilateral sobre un supuesto cese del fuego bilateral por parte del presidente Gustavo Petro terminó en un enredo político que dejó dudas sobre la voluntad de paz del grupo armado y las decisiones del mandatario y el grupo negociador. Según ese anuncio, el acuerdo sería de seis meses.
Pero resultó que el acuerdo nunca ocurrió.
“El ELN no puede aceptar como bilateral una decisión unilateral del gobierno, que no acata la formalidad de la Mesa como el espacio convenido para llegar a entendimientos y viola los procedimientos de no difundir a la opinión pública lo que no sea de consenso. Por tanto, este decreto no compromete al ELN”, dijo el ELN en un comunicado.
Las dos delegaciones tuvieron conversaciones extraordinarias en Venezuela en las que “se aclararon y superaron” los impases que se generaron anteriormente, según un comunicado emitido el 12 de febrero.
El 13 de febrero se instaló en Ciudad de México el segundo ciclo de los diálogos de paz con el ELN con Estados Unidos como país garante, junto a Venezuela, Chile, Cuba, Noruega y Brasil.
Y en junio de 2023, después del enredo político por el anuncio en falso de Petro, finalmente las partes firmaron un cese del fuego nacional bilateral por una duración inicial de seis meses hasta enero de 2023. El acuerdo inició con la suspensión de las operaciones militares contra el ELN el 6 de julio a media noche.
Las negociaciones del ELN de Santos, Duque
Las de Petro, son la continuación de las negociaciones de paz con el ELN que avanzaron durante el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Esas negociaciones empezaron al menos desde 2014, año en que iniciaron los diálogos exploratorios entre las partes. Y en 2016 se anunció el inicio de los diálogos de paz tras llegar a un acuerdo y establecer una agenda de seis puntos: participación, democracia, transformación, víctimas, conflicto e implementación.
Durante esas negociaciones, los diálogos de paz se vieron empañados por un débil cese del fuego bilateral que acordaron las partes en 2017, cuando por primera vez el ELN dejó de disparar en 52 años. Pero con acusaciones de acciones armadas de lado y lado, finalmente la tregua se rompió, y el acuerdo se debilitó de a poco, tanto que en abril de 2018 Ecuador suspendió su participación como facilitador de los diálogos hasta que el grupo armado no suspendiera sus hostilidades.
Con el fin del Gobierno Santos en agosto de 2018 y la llegada del de Iván Duque —un férreo opositor a la salida negociada del conflicto— los diálogos de paz con el ELN se congelaron, pues Duque pedía el cese del secuestro y las acciones armadas por parte del grupo guerrillero.
“Se necesita un gesto contundente hacia el pueblo colombiano y tiene que ser la liberación de todos los secuestrados. Si esa premisa se cumple y se dan por terminadas esas actividades criminales estamos listos para iniciar esa exploración”, dijo Duque semanas después de iniciar su mandato, en septiembre de 2018. El ELN pidió al Gobierno continuar con los diálogos.
Pero un hecho imperdonable para Duque llevó a la suspensión definitiva —durante esa administración— de la búsqueda de la paz con el ELN: un atentado terrorista con un carrobomba en la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional en el sur de Bogotá en 2019, que la guerrilla se adjudicó.
En ese momento el ELN dijo en un comunicado que “ha insistido en pactar un cese bilateral para generar un clima favorable a los esfuerzos por la paz, esta propuesta ha tenido importante respaldo nacional e internacional, pero la respuesta gubernamental ha sido negativa”.
Desde enero de 2019 Duque dio por terminada la mesa de diálogo con ese grupo armado ilegal, por cuenta de la falta de garantías y voluntad del ELN para avanzar con la búsqueda de la paz.
Petro levanta órdenes de captura e intenta una nueva negociación
Una de las apuestas del Gobierno Petro, en el inicio de su mandato es lo que ha llamado “la paz total”, que es la negociación con todos los grupos armados para acabar la guerra en el país. Dentro de esta apuesta se acercó al ELN y ambas partes acordaron continuar con la agenda de 2016 suspendida varios años.
Así que en agosto de 2022, Petro levantó las órdenes de captura y los pedidos de extradición contra los jefes negociadores del ELN, vigentes desde el Gobierno Duque, y un mes después la delegación guerrillera salió de Cuba —donde estaban desde 2018— rumbo a Venezuela para retornar a la mesa de negociación.
Para esta nueva etapa, Petro ha considerado a Venezuela “clave” en los diálogos de paz con el ELN, por lo que invitó a Nicolás Maduro, el cuestionado presidente del vecino país, a ser el garante de las negociaciones, una petición a la que Maduro accedió de inmediato.
Las fallidas negociaciones entre 1975 hasta 2014
Las primeras negociaciones de paz entre los gobiernos de Colombia y el ELN datan de 1975, cuando el Ejército de Colombia prácticamente desarticularon el mando central de esa guerrilla y el ELN comunicó su interés de dejar las armas al presidente Alfonso López Michelsen. El Gobierno aceptó la propuesta, pero la guerrilla nunca llegó alegando operaciones militares que impidieron su desplazamiento, dice un recuento documental de los fallidos acuerdos de paz hecho por el Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona, CIDOB.
Para la década de los 90, el Gobierno del presidente César Gaviria (1990-1994) logró por primera vez que el ELN se sentara a negociar y el resultado fue levemente alentador: la Corriente de Renovación Socialista, una disidencia del ELN, se desmovilizó en 1994. Pero el grueso de ese grupo guerrillero nunca dejó las armas y siguió delinquiendo, según un recuento del centro de pensamiento Ideas para la Paz.
Durante el Gobierno del presidente Ernesto Samper (1994-1998) nuevamente se intentaría un acercamiento con el ELN, esta vez con las conversaciones de Magnucia”, llamadas así porque se realizaron en la ciudad alemana que lleva este nombre. En 1998 se firmó un preacuerdo entre la “sociedad civil” y el ELN, respaldado por el Gobierno, para iniciar un proceso de paz, pero un atentado en Antioquia del ELN que dejó 70 personas muertas nubló los avances que hasta ese momento se habían logrado.
Finalmente, durante el Gobierno del presidente Álvaro Uribe, entre 2005 y 2007, se iniciaron fases exploratorias en Cuba y Venezuela para acercamientos con el ELN, con el apoyo del presidente de Venezuela Hugo Chávez, el escritor colombiano Gabriel García Márquez y los Gobiernos de España, Suiza y Noruega, según el recuento de CIBOD.
De esos diálogos exploratorios salió un documento titulado “Propuesta de Acuerdo Base Gobierno Nacional — ELN”, como reportó entonces la prensa local, donde se ponen las bases de una negociación y toca temas como el cese del fuego bilateral, cese de hostilidades, liberación de secuestrados y una hoja de ruta para avanzar con las negociaciones.
Según consigna el Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona, un desacuerdo entre las partes, el incumplimiento del ELN de condiciones inamovibles del Gobierno, y el debilitamiento de las relaciones del entonces presidente Uribe con Venezuela, llevó a un debilitamiento de los acercamientos, hasta que el diálogo llegó a un punto muerto, que se revivió con el gobierno de Juan Manuel Santos casi una década después.
Con información de Melissa Velásquez, Fernando Ramos, Florencia Trucco, Stefano Pozzebon y Kiarinna Parisi