CNNE 1336887 - tesoros en el interior de una momia egipcia milenaria
El "Niño de oro egipcio": tomografía revela tesoros en una momia de 2.300 años de antigüedad
00:54 - Fuente: CNN

(CNN) – Un adolescente fue momificado y adornado con 49 amuletos protectores y una máscara dorada para guiarlo en la otra vida hace 2.300 años en Egipto.

Los investigadores descubrieron los amuletos colocados sobre y dentro del cuerpo del “niño de oro” momificado cuando utilizaron tomografías computarizadas para desenvolver digitalmente los restos sin alterarlos.

Los restos se descubrieron por primera vez en 1916 en un cementerio llamado Nag el-Hassay utilizado aproximadamente entre el 332 a. C. y el 30 a. C. en el sur de Egipto. Miles de cuerpos conservados, muchos aún dentro de sus ataúdes originales, fueron excavados en Egipto en el siglo XIX y principios del XX antes de ser trasladados al Museo Egipcio de El Cairo.

Como muchas otras, la momia no fue examinada tras su descubrimiento y se trasladó al sótano del museo.

Se utilizaron tomografías computarizadas para desenvolver virtualmente los restos momificados. Cortesía de Frontiers Press

Aunque a los investigadores les interesa saber más sobre la antigua salud humana, así como sobre los ritos de muerte y las creencias de los antiguos egipcios, desenvolver los restos momificados es un proceso destructivo. En los últimos años, los investigadores han utilizado tomografías computarizadas para investigar debajo de las envolturas dejando los cuerpos totalmente intactos.

Los restos del “niño de oro” estaban guardados en dos ataúdes anidados. El ataúd exterior era liso y estaba inscrito con letras griegas, mientras que el sarcófago interior de madera tenía dibujos y una cara dorada.

Ataúd donde se encontró la momia del "niño de oro".

Cuando los investigadores examinaron la momia, descubrieron 49 amuletos con 21 diseños diferentes, entre ellos una lengua de oro colocada dentro de la boca y un escarabajo de oro con forma de corazón situado en el pecho, que los antiguos egipcios creían que podían ayudar en la transición al más allá.

El joven, que se cree que tenía entre 14 y 15 años, también llevaba una máscara dorada con incrustaciones de piedras en la cabeza y una cubierta protectora llamada cartonaje en el torso. Le habían extirpado todos los órganos, excepto el corazón, y sustituyeron su cerebro por resina.

Viaje al más allá

Los antiguos egipcios creían que después de la muerte les esperaba otra vida, pero llegar al más allá requería un peligroso viaje a través del inframundo. Los embalsamadores se encargaban de preparar los cuerpos para este pasaje, y el “niño de oro” estaba bien equipado para el viaje, según un estudio publicado este martes en la revista académica Frontiers in Medicine.

El escáner reveló el rostro del niño, que no se veía desde hacía 2.300 años. Cortesía de Frontiers Press

“Aquí mostramos que el cuerpo de esta momia estaba ampliamente decorado con 49 amuletos, bellamente estilizados en una disposición única de tres columnas entre los pliegues de las envolturas y dentro de la cavidad corporal de la momia. Entre ellos figuran el Ojo de Horus, el escarabajo, el amuleto akhet del horizonte, la placenta, el Nudo de Isis y otros. Muchos eran de oro, otros de piedras semipreciosas, arcilla cocida o loza. Su finalidad era proteger el cuerpo y darle vitalidad en la otra vida”, explicó en un comunicado la doctora Sahar Saleem, autora del estudio y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de El Cairo.

Le habían colocado sandalias blancas en los pies, mientras que su cuerpo estaba adornado con helechos.

La momia calzaba sandalias. Cortesía de Frontiers Press

“Las sandalias tenían probablemente la finalidad de permitir al niño caminar fuera del ataúd. Según el ritual egipcio del Libro de los Muertos, el difunto debía llevar sandalias blancas para estar piadoso y limpio antes de recitar sus versos”, explica Saleem. “A los antiguos egipcios les fascinaban las plantas y las flores y creían que poseían efectos sagrados y simbólicos. Se colocaban ramos de plantas y flores junto al difunto en el momento del entierro”.

Aunque los escáneres no aclararon la causa de su muerte, revelaron que el niño medía 128 centímetros y tenía un rostro ovalado con nariz pequeña y barbilla estrecha.

Su identidad sigue siendo desconocida, pero su buena higiene dental, la alta calidad de su momificación y los amuletos sugieren que era de nivel socioeconómico alto, según el estudio.

Los amuletos se colocaban sobre el cuerpo y se metían dentro de él. Cortesía de Frontiers Press

El amuleto de la lengua de oro colocado en la boca del niño debía ayudarle a hablar en la otra vida. El amuleto del Nudo de Isis significaba que la diosa Isis protegería su cuerpo. Los amuletos de halcones y plumas de avestruz representaban los aspectos espirituales y materiales de la vida.

En la parte inferior del torso se encontró un amuleto con dos dedos, el índice y el medio de la mano derecha, para proteger la incisión del embalsamamiento. Y se creía que el escarabajo dorado ayudaba en el arduo mundo subterráneo.

Dentro de la cavidad torácica se encontró un amuleto de escarabajo dorado. Cortesía de Frontiers Press

“El escarabajo del corazón se menciona en el capítulo 30 del Libro de los Muertos: era importante en el más allá durante el juicio del difunto y el pesaje del corazón contra la pluma de la diosa Maat”, dijo Saleem. “El escarabajo del corazón silenciaba el corazón el Día del Juicio, para que no atestiguara contra el difunto. Se colocaba dentro de la cavidad del torso durante la momificación para sustituir al corazón si el cuerpo se quedaba sin este órgano”.

Recopilando datos mediante tomografía computarizada, los investigadores pudieron imprimir en 3D una copia del escarabajo del corazón.

El “niño de oro” fue trasladado a la sala principal de exposiciones del Museo Egipcio y estará rodeado de las imágenes por computadora y de la copia del escarabajo del corazón para ofrecer más información sobre el proceso de momificación y los ritos de muerte de los antiguos egipcios.

“El objetivo de la exposición era humanizar a este individuo del pasado para enseñar a la gente moderna cómo era la vida en la Antigüedad”, afirmaron los investigadores en el estudio.