Hong Kong (CNN) – El líder chino, Xi Jinping, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmaron de forma contundente su alineación en una serie de asuntos —y su desconfianza compartida hacia Estados Unidos— en una extensa declaración tras las conversaciones entre ambos líderes en Moscú esta semana.
Su reunión, que tuvo lugar bajo la sombra de la ofensiva rusa en Ucrania, no dejó lugar a dudas sobre el compromiso de Beijing de desarrollar su relación con Moscú, a pesar del creciente aislamiento de Putin en la escena mundial mientras su devastadora guerra continúa en su segundo año.
Tampoco sirvió para avanzar en la resolución del conflicto.
En cambio, la visita de tres días de Xi a la capital rusa, que concluyó este miércoles, fue una oportunidad para que los dos autodenominados “amigos” mostraran su estrecha relación personal en medio de la pompa de una visita de Estado, y expusieran cómo podrían promover un orden mundial que contrarreste el que consideran liderado por Washington y sus aliados democráticos.
La reunión culminó con más de una docena de acuerdos que refuerzan la cooperación en ámbitos que van desde el comercio y la tecnología hasta la propaganda estatal, según una lista del Kremlin. La declaración central de los líderes se centró en cómo los dos países “profundizarían” su relación.
La visita de Xi se vio contrastada por otra misión diplomática clave en la región.
El primer ministro de Japón y aliado de Estados Unidos, Fumio Kishida, aterrizó en Ucrania para reunirse con el presidente de Ucrania, Vlodomyr Zelensky, este martes, lo que subraya aún más cómo el conflicto en Europa también ha profundizado las divisiones en Asia.
Esto es lo que hay que saber sobre las reuniones de Xi y Putin.
Sin avances significativos sobre Ucrania
Las reuniones no permitieron avanzar en la resolución del conflicto de Ucrania.
Ambos líderes pidieron el cese de las acciones que “aumentan las tensiones” y “prolongan” la guerra en Ucrania, según su declaración conjunta publicada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de China. La declaración no reconocía que la invasión y el asalto militar de Rusia fueran la causa de la actual violencia y crisis humanitaria en Ucrania.
Los líderes también instaron a la OTAN a “respetar la soberanía, la seguridad y los intereses” de otros países, una referencia que parecía hacerse eco de la retórica de larga data de ambos países que culpaba falsamente a la alianza de seguridad occidental de provocar la invasión rusa.
En las últimas semanas, China había parecido posicionarse como mediadora de paz, dando a conocer su postura sobre una “solución política” al conflicto, en la que pedía un alto el fuego y conversaciones de paz.
Putin dijo que “muchas de las disposiciones” podrían “tomarse como base” para un acuerdo pacífico en Ucrania, “cuando Occidente y Kyiv estén preparados para ello”, en declaraciones a los periodistas tras las conversaciones de este martes.
Sin embargo, la propuesta fue considerada un fracaso tanto en Occidente como en Ucrania, ya que no incluye ninguna disposición que obligue a Moscú a retirar sus tropas del territorio ucraniano.
Este martes, Zelensky declaró que un alto el fuego “simplemente congelaría” el conflicto, dando tiempo a Rusia para “prepararse y volver de nuevo con su único deseo, el deseo de su líder: ocupar nuestro país”.
Nuevo orden mundial y alineamiento contra EEUU
Los expertos afirman que lo que impulsó la reunión fue la inclinación de China y Rusia por alinearse contra Estados Unidos —y por un orden mundial más adecuado a sus propias agendas más autocráticas—, y no el interés por resolver el conflicto en Ucrania.
Cuando Xi abandonó el Kremlin tras una cena de Estado con Putin este martes por la noche, su mensaje de despedida reiteró su opinión de que la dinámica del poder mundial está cambiando.
“Juntos, debemos impulsar estos cambios que no se han producido en 100 años. Cuídate”, dijo durante un apretón de manos de despedida con Putin, aludiendo a lo que Xi ve como una era en la que Occidente se desvanece y China asciende.
En su declaración conjunta, los dos líderes autoritarios hicieron un llamamiento para promover un “mundo multipolar” —una palabra de moda para referirse a un sistema no liderado por los llamados valores y normas occidentales— y se comprometieron a trabajar juntos para “salvaguardar el sistema internacional” y las Naciones Unidas, donde ambos tienen un historial de bloqueo de mociones, incluso contra actores como Corea del Norte.
También arremetieron contra Washington en varios puntos, como “instar a Estados Unidos a que deje de socavar la seguridad internacional y regional y la estabilidad estratégica mundial para mantener su propia superioridad militar unilateral”.
Alexander Korolev, experto en relaciones internacionales de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), afirmó que la declaración conjunta mostraba una “convergencia general de las visiones del mundo y los enfoques de China y Rusia sobre muchas cuestiones internacionales”.
“Es muy explícita y clara en cuanto a la identificación de Estados Unidos como principal amenaza para la seguridad”, afirmó.
“Confianza militar mutua” y lazos en materia de defensa
Las amenazas percibidas de organismos como la OTAN y AUKUS —un pacto de seguridad formado por Australia, el Reino Unido y Estados Unidos— surgieron como un claro foco de atención para ambos líderes, incluidas sus implicaciones en Asia.
En su declaración conjunta, Xi y Putin expresaron su “seria preocupación” por el “continuo fortalecimiento de los lazos militares y de seguridad de la OTAN con los países de Asia-Pacífico” y afirmaron que “se oponen a que fuerzas militares externas socaven la paz y la estabilidad regionales”.
Ante el aumento de las agresiones chinas en el Mar de China Meridional, Estados Unidos reforzó su presencia en el Indo-Pacífico y sus lazos con los aliados regionales.
Rusia y China se comprometieron a “seguir profundizando en la confianza militar mutua”, citando el fortalecimiento de sus intercambios y cooperación militares y la organización periódica de patrullas marítimas y aéreas conjuntas.
Ambos países continúan realizando simulacros conjuntos en todo el mundo desde que comenzó la guerra.
Impulso económico y energético
Putin dijo este martes que Moscú estaba dispuesto a apoyar a las empresas chinas “en sustitución de las empresas occidentales” que abandonaron Rusia desde el inicio de su invasión de Ucrania.
Rusia depende cada vez más de China, tanto como mercado importador como exportador de productos electrónicos, tras haber sido objeto de severas sanciones.
Los socios parecían dispuestos a ampliar lo que ya ha sido un aumento del comercio energético durante el último año, a medida que Europa reducía su dependencia del recurso clave de Rusia.
Ambos líderes afirmaron también que “construirán una asociación energética más estrecha, apoyando a las empresas de ambos países para avanzar en proyectos de cooperación en petróleo, gas, carbón, electricidad y energía nuclear”.
En declaraciones a los medios de comunicación, Putin añadió que se habló de un mayor crecimiento de las exportaciones de gas ruso a China, incluida “la puesta en práctica de la iniciativa de construir el gasoducto Power of Siberia 2 a través del territorio de Mongolia”.
Xi no mencionó explícitamente el gasoducto en sus comentarios en la reunión informativa, que Rusia promociona como sustituto de la línea Nord Stream 2, ya desaparecida, que suministra gas a Europa.
La declaración sí mencionó el trabajo conjunto para promover “la investigación y la consulta” relacionadas con un “nuevo proyecto de gasoducto de gas natural China-Mongolia-Rusia.”
Un mundo dividido
La óptica de la cumbre de Moscú contrastó profundamente con la reunión coincidente en Ucrania entre Zelensky y el dirigente japonés Kishida.
Zelensky elogió a Kishida y a otros líderes que le han visitado por “mostrar respeto” no solo por Ucrania, sino “por la preservación y el funcionamiento de las normas civilizadas y la vida civilizada en el mundo”.
“Dada la fuerza de Japón, su liderazgo en Asia en la defensa de la paz y el orden internacional basado en normas, y la responsabilidad de Japón como presidente (del Grupo de los Siete), nuestras conversaciones de hoy pueden realmente dar un resultado global”, dijo en un discurso nocturno este martes.
Xi aún no ha hablado con Zelensky desde que comenzó la invasión rusa, aunque un alto funcionario ucraniano dijo este martes a CNN que hay conversaciones en curso entre ambos países para organizar una llamada entre ellos sobre la propuesta de resolución de China, sin que haya programado “nada concreto”.
Pero aún así, los expertos dicen que la reunión de Xi en Moscú —aunque apuntala un alineamiento con Rusia que China considera crítico para debilitar la influencia global de Estados Unidos— puede tener un coste para las otras relaciones de China.
“(La visita de Xi) sitúa claramente las relaciones entre China y Rusia por encima de cualquier otro tipo de relaciones bilaterales que China pueda tener”, afirmó Jean-Pierre Cabestan, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Baptista de Hong Kong.
Sin embargo, esta “declaración conjunta no le va a hacer ganar (a China) muchos amigos en Europa”, dijo, “porque toda Europa está muy movilizada detrás de Ucrania para intentar echar a los rusos”.
Nectar Gan, Wayne Chang, Matthew Chance, Darya Tarasova, Maria Kostenko, Xiaofei Xu y Anna Chernova, de CNN, contribuyeron a este artículo.