(CNN) – La mujer que estaba afuera de la escuela primaria Covenant de Nashville se mostraba tranquila y directa. El edificio estaba bajo cierre de emergencia, pero dos estudiantes seguían desaparecidos.
“Arriba”, le dijo al agente Rex Engelbert, “hay un montón de niños”.
Después de que otro trabajador de la escuela lo dejara entrar, Engelbert, cuya cámara corporal captó las imágenes de un agotador paso a paso hacia la agonía final de una masacre en la que murieron tres niños de 9 años y tres miembros del personal, ingresó corriendo.
Minutos después, la persona identificada como atacante, de 28 años, murió a tiros por la policía en el segundo piso de la escuela primaria cristiana privada.
Los videos impactantes, que muestran a los agentes corriendo por los pasillos llenos de mochilas y chaquetas infantiles antes de enfrentarse con la persona sospechosa, horrorizan una vez más a una nación que busca respuestas tras otro tiroteo masivo.
Siguen saliendo a la luz nuevos detalles sobre la persona sospechosa del ataque, Audrey Hale, y la búsqueda del motivo continúa.
Hale había estudiado en la escuela y había estado bajo tratamiento por un “trastorno emocional”, dijo este martes el jefe del Departamento de Policía Metropolitana de Nashville, John Drake. Las fuerzas del orden también revelaron que Hale había dejado escritos que sugerían que el ataque había sido planificado minuciosamente de antemano.
Un mensaje ominoso
Ese lunes por la mañana comenzó con un mensaje inesperado.
Averianna Patton, presentadora de radio de Nashville y excompañera de equipo de baloncesto de Hale en la escuela primaria, recibió una serie de mensajes de Hale, dijo a CNN.
“Planeo morir hoy”, escribió Hale, añadiendo que Patton se enteraría de ello en las noticias.
Patton no había estado en contacto con Hale durante años hasta que recibió ese mensaje directo en Instagram a las 9:57 a.m., dijo.
“Algún día esto tendrá más sentido”, agregó Hale en los mensajes. “He dejado pruebas más que suficientes. Pero algo malo está a punto de suceder”.
Desconcertada por los crípticos mensajes, Patton dijo que contactó a su padre, quien la instó a actuar.
Patton contactó con una línea de prevención del suicidio y luego con la Oficina del Sheriff del Condado Davidson de Nashville.
Dijo que llamó a la policía a las 10:13 a.m., al mismo tiempo que el departamento recibió su primera llamada al 911 sobre un tiroteo activo en la escuela.
Esperó siete minutos para hablar con un operador. Para entonces, el mortífero tiroteo en The Covenant School ya había comenzado.
Una escuela convertida en zona de guerra
De pie frente a una entrada lateral de la escuela, Hale hizo disparos que rompieron la puerta de cristal, según muestra un video de vigilancia. Se puede ver a Hale, con tres armas, escabullirse por la puerta rota y entrar.
El conserje Mike Hill recibió un disparo a través de esa puerta, dijo la policía. El hombre de 61 años, conocido por los estudiantes de la escuela como “Big Mike”, fue uno de los primeros en perder la vida.
En los minutos siguientes, murieron tres niños —Evelyn Dieckhaus, William Kinney y Hallie Scruggs— y dos adultos más: la maestra sustituta Cynthia Peak, de 61 años, y Katherine Koonce, de 60, directora de la escuela.
A las 10:18 de la mañana, se ve a la persona sospechosa del ataque en las imágenes de vigilancia caminando por los pasillos mientras parpadean las luces de la alarma de incendios y apunta con un arma de asalto.
Seis minutos después, la policía entró con el sonido de las alarmas a todo volumen. Las imágenes de la cámara corporal de Engelbert muestran a los agentes corriendo por los pasillos decorados con obras de arte infantiles, inspeccionando las aulas en una búsqueda cada vez más desesperada del atacante. Algunas puertas se abren a salones oscuros, con escritorios y sillas pequeñas sin ocupantes; otras aulas están cerradas con llave.
Luego, el sonido de los disparos sacude el pasillo. “Creo que está arriba, parece que está arriba”, dice un agente en el video. A medida que la policía sube corriendo las escaleras hacia el estruendo, el ruido se hace más fuerte.
Encontraron a la persona sospechosa del ataque en un vestíbulo del segundo piso con ventanas altas y luminosas que daban al estacionamiento.
A las 10:27 a.m., Engelbert disparó cuatro tiros contra la persona sospechosa del ataque, quien se ve derrumbándose en las imágenes de su cámara corporal.
El también oficial Michael Collazo se acercó entonces la persona sospechosa del ataque caída con una pistola, disparó más rondas y gritó: ”¡Deja de moverte! ¡Sospechoso caído!”.
Collazo gritó dos veces en su radio. Luego, después de respirar con dificultad, envió una orden de “Liberen las líneas”, una solicitud para detener todo el tráfico de radio innecesario para que su equipo pudiera comunicarse sin interrupciones.
“Nuestros corazones están completamente rotos”
Los asesinatos marcaron el decimonoveno tiroteo mortal en una escuela o universidad estadounidense solo este año y se producen menos de un año después del ataque en Uvalde, Texas, en el que un hombre armado con rifles tipo AR15 asesinó a 19 menores y dos profesoras.
Tras la tragedia, los miembros de la comunidad presentaron sus condolencias por las vidas perdidas y colocaron ramos de flores, juguetes, globos y una cruz cubierta de flores en un monumento improvisado a las afueras de la escuela.
“Nuestros corazones están completamente rotos”, dijo la familia de Evelyn en un comunicado. “No podemos creer que esto sucedió. Evelyn era una luz brillante en este mundo”.
Hallie era hija del pastor principal de la Iglesia Presbiteriana de Covenant, Chad Scruggs, según una declaración de la Iglesia Presbiteriana de Park Cities en Dallas, una iglesia hermana a la que Scruggs sirvió anteriormente.
“Amamos a la familia Scruggs y lloramos con ellos por su preciosa hija Hallie”, dijo el pastor principal de la congregación de Texas, Mark Davis. “Juntos, confiamos en el poder de Cristo para acercarnos y darnos el consuelo y la esperanza que necesitamos desesperadamente”.
Los seres queridos de Hill, Peak y Koonce también expresaron sus sentimientos de duelo.
El Gobernador republicano de Tennessee, Bill Lee, cuya esposa, María, había sido amiga cercana de Peak, dijo: “María se despertó esta mañana sin una de sus mejores amigas, Cindy Peak… Se suponía que Cindy iba a venir a cenar con María anoche después de que ayer trabajara como maestra sustituta”.
La esposa de Lee, Peak y Koonce, habían enseñado juntas y se conocían “desde hacía décadas”, agregó Lee.
Koonce había sido miembro del cuerpo docente durante 16 años, según un comunicado publicado en el sitio web de la escuela, y le sobreviven su esposo y sus dos hijos, quienes se graduaron del colegio.
“Los profesores, el personal y los estudiantes que trabajaron con ella lloran la pérdida de una educadora dedicada, una líder tenaz y una querida amiga”, dice el comunicado.
El amigo y excolega de Koonce, Jim Lee, le dijo a CNN que él y su esposa volaron a Nashville después de enterarse de su muerte. Describieron a una persona de carácter vivaz e ingenioso, profundamente conectada con sus alumnos y su personal, pero también a un administradora feroz.
“Tenía una confianza increíble, pero era una persona de religión”, dijo Lee. “Era educadora, pero también tenía excelentes habilidades pastorales, de asesoramiento y de crianza, o tenía esas habilidades de CEO que podían indicarte que tienes que ponerte en tu lugar”.
En Facebook, la hija de Hill, Brittany Hill, escribió que a su padre le “encantaba absolutamente” su trabajo en la escuela.
“He visto tiroteos en escuelas a lo largo de los años y nunca pensé que perdería a un ser querido por una persona que intentaba resolver un problema temporal con una solución permanente”, dijo. “Lamento mucho la pérdida de esos niños”.