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Lo que sabemos sobre el tiroteo de Dadeville
02:21 - Fuente: CNN

(CNN) – Antes de que Alexis Dowdell se dirigiera a su fiesta de cumpleaños ‘Sweet 16’, se sentó en la cama de su hermano mayor para decirle que estaba nerviosa por el evento que llevaba meses planeando, solo para que él la hiciera reír y le asegurara que se encargaría de que se divirtiera, cuenta.

Apenas unas horas después, su hermano, Philstavious “Phil” Dowdell, fue una de las cuatro personas que murieron tiroteadas en la fiesta celebrada en un local del centro de Dadeville el sábado por la noche, una masacre que también dejó heridas a otras 32 personas, conmocionando a la pequeña ciudad de Alabama y dejando a los investigadores tratando de averiguar quién lo hizo y por qué.

Phil la empujó al suelo cuando comenzó el tiroteo. Más tarde, cuando se dio cuenta de que le habían disparado, le suplicó que se mantuviera con vida.

“Vas a sobrevivir. Eres fuerte”, le dijo Alexis a su hermano de 18 años mientras su consciencia vacilaba. Le suplicó: “No me dejes”.

Muchos de los heridos eran personas cercanas a Alexis. Además de Phil, murieron Marsiah Emmanuel Collins, de 19 años; Shaunkivia “Keke” Nicole Smith, de 17; y Corbin Dahmontrey Holston, de 23, según informó el médico forense del condado de Tallapoosa.

Aunque la Agencia para el Cumplimiento de la Ley de Alabama informó que había 32 heridos, no especificó sus edades ni si todos habían recibido disparos. El domingo, al menos 15 adolescentes estaban siendo tratados por heridas de bala en un hospital, dijo un funcionario de la institución.

Philstavious Dowdell, a la izquierda; Keke Smith, en el centro; y Marsiah Collins, entre las víctimas mortales del tiroteo del sábado.

LaTonya Allen, madre de Phil y Alexis Dowdell también relató el horror de la noche del sábado.

Allen se encontraba en la entrada del local cuando el sonido de los disparos atravesó la música procedente de la cabina del DJ, según declaró a CNN. Fue alcanzada dos veces durante el tiroteo, aunque no se dio cuenta inmediatamente en medio del caos.

El pánico y el miedo reinaban mientras la gente se apresuraba a escapar por la puerta principal, dejando tras de sí un suelo sembrado de heridos y personas muriendo, contaron Allen y su hija.

Allen podía oír a sus dos hijas llamándola, dijo. Pero la voz de Phil no sonaba y ella no podía verle entre la multitud.

En la oscuridad del local, el padrastro de Alexis pensó que podía distinguir el cuerpo de Phil en el suelo, dijo Alexis, un temor confirmado cuando las luces se encendieron para revelar a Phil empapado en sangre.

“Fue entonces cuando todo el mundo rompió a llorar”, dijo Alexis.

Alexis, que había salido corriendo de la habitación después de que Phil la empujara al suelo, corrió al lado de su hermano y le suplicaba que “se quedara con ella”, dijo su madre. “Intentaba decirle algo”.

Cuando llegaron los primeros equipos de respuesta, Phil estaba muerto, dijo Alexis.

“Es una pesadilla que no le deseo a ningún padre: entrar y ver a mi bebé tirado en un montón de sangre”, comentó Allen. “Fue lo peor que pude experimentar en mi vida”.

Mientras los seres queridos lloran a las víctimas, se unen a un montón de otras familias estadounidenses a las que la violencia armada ha roto el corazón. Solo este año se han producido más de 160 tiroteos masivos en Estados Unidos, según el Gun Violence Archive. Al igual que CNN, esta organización sin fines de lucro define los tiroteos masivos como aquellos en los que resultan heridas de bala cuatro o más personas, sin contar al atacante.

Con poca información de los investigadores, la familia de Phil sigue lidiando con la confusión y la incredulidad.

“¿Por qué sacar un arma en una fiesta de chicos y ponerse a disparar y matar a otros inocentes y hacer daño a los demás?”. dijo Alexis.

Los investigadores tienen “pistas sólidas”

Los investigadores estatales, locales y federales están trabajando para reconstruir las circunstancias que rodearon el tiroteo y piden a la población que aporte cualquier información sobre el incidente.

Los investigadores tienen “pistas sólidas” sobre el ataque, dijo este lunes a CNN el jefe de la Policía de Dadeville, Jonathan Floyd. Pero los investigadores no han nombrado a ningún sospechoso ni han anunciado un motivo.

La Agencia de Aplicación de la Ley de Alabama todavía estaba procesando pruebas y entrevistando a testigos, indicó este lunes.

“Los agentes especiales no recuperaron ninguna munición de rifle de alta potencia en la escena; sin embargo, recuperaron numerosos casquillos utilizados en pistolas”, dijo la agencia estatal en un comunicado.

Allen y su hija no vieron ningún altercado o discusión antes de que comenzara el tiroteo, dijeron.

Allen, sin embargo, aseguró que escuchó un rumor de dos asistentes a la fiesta a primera hora de la noche de que alguien tenía una pistola. Dijo que hizo un severo anuncio a través del sistema de altavoces: “Si alguien aquí tiene un arma, debe marcharse porque estamos aquí para celebrar los Dulces 16 de Alexis”.

Ella y otros acompañantes buscaron entre la multitud a alguien que llevara un arma de fuego, pero no vieron a nadie, dijo la madre.

Miembros de la comunidad lloran durante una vigilia el día después del tiroteo en Dadeville, Alabama.

“Me quitaron un pedazo de mi corazón”

Phil estaba a pocas semanas de graduarse en Dadeville High School, donde era un atleta estrella en fútbol americano, baloncesto y atletismo, dijo uno de sus entrenadores, Michael Taylor. Había conseguido una beca para jugar al fútbol americano en la Universidad Estatal de Jacksonville, en Alabama.

Alexis dijo que a menudo pedía consejo a su hermano mayor o se sentaba fuera a hablar con él y con su abuela.

“Me quitaron un pedazo de mi corazón, y sé que las otras madres y padres sienten lo mismo”, dijo Allen.

Una de las víctimas, Collins, era el mejor amigo de Phil y también un ávido jugador de fútbol al que le encantaba pasar tiempo con sus hermanas, dijo su padre Martin Collins a la CNN. Dijo que su hijo se estaba tomando un año sabático antes de ir a la Universidad Estatal de Luisiana en otoño.

“El fútbol era su vida. Tenía mucho talento y, en general, era un chico inteligente”, dijo el padre.

“Tengo la foto de mi hijo sobre mi cama, y despertarme ahora y verla y saber que mi hijo murió es devastador”, dijo Martin Collins.

Keke Smith, alumna de último curso del Dadeville High School, esperaba asistir a la Universidad de Alabama antes de ser asesinada el sábado, dijo su prima Amy Jackson. Smith era directora de atletismo del equipo de atletismo de la escuela, dijo Taylor.

“Siempre estaba sonriendo”, recordó Jackson.

Isabel Rosales, Kevin Conlon y Takashi Murakami de CNN informaron desde Dadeville, y Elizabeth Wolfe informó y escribió desde Los Ángeles. Holly Yan, Chris Boyette, Amanda Jackson y Caroll Alvarado contribuyeron a este artículo.