(CNN Español) – Luego de semanas de especulaciones, y en medio de una fuerte subida del precio del dólar contra el peso, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, finalmente anunció este viernes que no buscará su reelección en las elecciones presidenciales de octubre. ¿Qué significa y qué puede pasar ahora con un gobierno sin pretensiones de poder?
Fernández asumió como presidente el 10 de diciembre de 2019 por la coalición del Frente de Todos, liderada por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, tras superar en las elecciones al entonces mandatario, Mauricio Macri (2015-2019).
Pero su Gobierno, que heredó una situación económica difícil y fue sacudido por la pandemia de 2020, ha estado marcado por la alta inflación —actualmente superior al 100% anual—, las tensiones cambiarias, el aumento de la pobreza y las fuertes peleas internas dentro de su propia coalición, y en 2021 sufrió una dura derrota en las elecciones legislativas a mitad de mandato.
En medio de este contexto de baja popularidad y luchas internas, se esperaba desde hacía semanas un anuncio de Fernández sobre su posible candidatura a la reelección.
El Frente de Todos aún no ha definido a sus precandidatos presidenciales, que competirán el 13 de agosto en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Las elecciones generales serán el 22 de octubre, y habrá una segunda vuelta, de ser necesaria, el 29 de noviembre.
La decisión de Fernández, aunque esperada, abre así una serie de interrogantes sobre el futuro inmediato del Gobierno —al cual le quedan ocho meses hasta entregar el poder—, las candidaturas del Frente de Todos y el precio del dólar.
Un Gobierno ya sin pretensiones de poder
“Nunca antepuse una ambición personal a la necesidad del conjunto”, dijo Fernández este viernes en el video en redes sociales que publicó para anunciar su decisión.
Desde el retorno de la democracia en Argentina en 1983, y la reforma constitucional de 1994 que permitió la reelección, solo dos presidentes eligieron no presentarse a buscar un segundo mandato consecutivo tras haber accedido al primero a través del voto popular.
El primer caso sucedió en 2007, cuando Néstor Kirchner —elegido en 2003— decidió no buscar la reelección pero apoyó fuertemente la candidatura de su esposa, Cristina Fernández de Kirchner. Así, el triunfo de Cristina (fue además reelecta en 2011) ha sido visto como un proceso de continuidad del Gobierno de Kirchner, que en 2007 gozaba de popularidad, y no como un retiro de Kirchner, que continuó siendo una figura relevante en el Gobierno de su esposa, hasta su muerte en 2010.
Alberto Fernández, un colaborador cercano de Néstor Kirchner, llegó a la presidencia tras ser convocado para el Frente de Todos por Cristina Fernández de Kirchner –referente de este espacio–, y es, en cambio, el primer presidente argentino en este período que tuvo que abandonar su proyecto de reelección por falta de apoyo.
“Necesitamos generar un nuevo ciclo virtuoso en el que otros se empoderen para volver a conquistar los corazones de quienes siguen mirándonos como el espacio que garantiza que no volverá la derecha a traernos su pesadilla y su oscuridad”, dijo Fernández este viernes.
De hecho, el Gobierno de Fernández se ha debilitado progresivamente al menos desde la derrota electoral de 2021, que desencadenó un conflicto interno entre su Ejecutivo y Fernández de Kirchner: desde entonces ha habido varias reformas de gabinete, peleas públicas entre miembros de la coalición y crecientes tensiones económicas, culminando en la llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía.
La negativa de Fernández a la reelección puede traer algo de orden y previsibilidad al Frente de Todos en cuanto a las candidaturas, pero contribuye aún más al debilitamiento del Gobierno en un año electoral marcado por las tensiones internas y la amenaza de una inflación que se acelera. Y está por ver cómo se comportará este Ejecutivo sin pretensiones de poder –y sin grandes apoyos– frente a las imprevisibles dificultades que aún pueden surgir durante los ocho meses hasta la entrega del poder.
La interna caliente del Frente de Todos
Uno de los nombres que más ha resonado en los últimos meses como posible precandidato del oficialismo es el del actual ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, quien dijo a CNN Radio que que hará “lo que la coalición a la cual pertenezco pida”. “Soy parte de proyectos que tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de los argentinos y las argentinas, desde el lugar que me toque”, dijo el ministro, muy cercano a Fernández de Kirchner.
Otro posible precandidato es Sergio Massa, actualmente uno de los ministros más poderosos del Gobierno y candidato a presidente en 2015. Sin embargo, Massa dijo en febrero que “la cuestión electoral y ser ministro de Economía en Argentina es incompatible”, sin afirmar ni descartar su candidatura. Massa también tiene vínculos con Fenández de Kirchner, pero es quizás el más autónomo de los posibles precandidatos y el más poderoso.
Daniel Scioli, vicepresidente de Néstor Kirchner, exgobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato presidencial en 2015, es el único que ha confirmado sus intenciones de postularse. “Voy a ser precandidato porque sabemos que hay que atravesar las PASO”, dijo Scioli en febrero a la cadena C5N.
Agustín Rossi, jefe de Gabinete en el Gobierno de Fernández, también es otro de los posibles precandidatos, y ya había dicho que si el presidente no se presentaba —ahora una realidad— evaluaría su propia postulación.
Las candidaturas aún no han sido presentadas, sin embargo, y aún resta por ver cómo impactará la decisión de Fernández —cuya influencia parece limitada pero sigue siendo el presidente y se ha mostrado cerca de Scioli y Rossi— y cómo se dará la competencia del Frente de Todos en las PASO, especialmente a la espera del rol que cumplirá Fernández de Kirchner, a quien algunos simpatizantes de su partido piden como candidata.
¿Y el dólar?
La moneda estadounidense dio varios saltos en los últimos días, y el miércoles la cotización del dólar informal —o blue— pasó de 400 a 423 pesos (un 5,75% en un solo día). Se trata de una devaluación del peso del 21,7% en lo que va del año, y de un 113% interanual, según el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
“Hay contexto político con mucho ruido, posibles renuncias, el FMI pide una devaluación y todo eso impacta en el mercado del dólar. Además, el Banco Central no subió la tasa de interés y con una tasa negativa el mercado se lo comió crudo”, dijo a CNN el economista Mariano Gorodisch.
Rossi, en cambio, dijo en La Mañana de CNN que “no hay condiciones objetivas para la corrida cambiaria. No es un momento en el que el Central esté perdiendo las reservas de forma abundante”.
¿Calmará o atizará al mercado cambiario la decisión de Fernández con respecto a su reelección? Eso también está aún por verse.
Con información de Emiliano Giménez, Aleja Páez y Nacho Girón.