(CNN) – A medida que continúa la crisis en Sudán, aumenta la indignación entre los estadounidenses que se sienten abandonados por el Gobierno de su país y dejados a su suerte en una situación complicada y peligrosa.
“Estoy increíblemente conmocionada y disgustada por la deslucida respuesta estadounidense a la salud y la seguridad de sus ciudadanos”, declaró Muna Daoud, cuyos padres viajaban para salir de Sudán a través de Port Sudan con destino a Arabia Saudita.
A pesar de que varias naciones han evacuado a sus ciudadanos, el Gobierno de EE.UU. ha seguido afirmando que las condiciones no son propicias para una evacuación de civiles. Todo el personal del Gobierno de EE.UU. fue evacuado en una operación militar este fin de semana. Funcionarios estadounidenses declararon que están en “estrecha comunicación” con los ciudadanos estadounidenses y “facilitando activamente” su salida de Sudán.
Sin embargo, CNN habló con varias personas cuyos familiares se encuentran entre las “decenas” de estadounidenses que quieren abandonar Sudán, y afirmaron que el Departamento de Estado apenas ha proporcionado “alguna ayuda” desde que estalló la violencia mortal entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) y las Fuerzas de Apoyo Rápido, hace más de una semana.
Esos combates entre los grupos militares rivales han dejado cientos de muertos, entre ellos dos estadounidenses, así como miles de heridos. También han llevado al país a un riesgo de catástrofe humanitaria, pues quienes siguen atrapados en sus hogares se enfrentan a la escasez de alimentos, agua, medicinas y electricidad.
Las personas que hablaron con CNN dijeron que ellos y sus familiares tuvieron que tomar “decisiones de vida o muerte” sobre cuándo y cómo abandonar el país con muy poca orientación.
‘El Departamento de Estado fue inútil’
“Para ser sincero, el Departamento de Estado fue inútil, totalmente inútil durante todo este periodo”, dijo Imad, que pidió a CNN que no revelara su apellido, y cuyos padres viajaban de Jartum a Egipto.
“Esperábamos que el Departamento proporcionara algún tipo de orientación, pero la orientación era la misma de siempre, solo refugiarse en el lugar, sin proporcionar información crítica”, señaló.
Daoud afirmó que “la única comunicación es que se abran camino de algún modo hasta Port Sudan y desde allí serán asistidos por los sauditas”.
Las personas que hablaron con CNN también rebatieron el argumento de las autoridades estadounidenses de que habían advertido a los estadounidenses de que no estuvieran en Sudán. El nivel de advertencia de viaje ha sido el Nivel 4: “No viajar” desde junio de 2021, y el Departamento de Estado ha aconsejado constantemente a los estadounidenses que “tengan planes de evacuación que no dependan de la asistencia del Gobierno de EE.UU.”. Sin embargo, no ha habido alertas de seguridad recientes que aconsejen explícitamente a los estadounidenses que abandonen el país.
Maisoun Sulfab, quien tiene varios familiares ciudadanos estadounidenses en Sudán, dijo que tenían varias razones para estar allí: la esposa de su padre no es ciudadana estadounidense y habían estado trabajando para conseguirle un visado de inmigrante para viajar a Estados Unidos. Su tío estaba de visita para asistir a un funeral.
“Creo que esto no es más que un tema de conversación que están utilizando para cubrirse”, dijo Imad, señalando que había estado en Sudán en diciembre y no era “en absoluto una zona de guerra”.
“No enviaríamos a nuestros padres si supiéramos que en cualquier momento va a estallar una guerra civil”, afirmó.
También discrepó con el argumento esgrimido por el Gobierno de EE.UU. de que la mayoría de los estadounidenses en Sudán tienen doble nacionalidad y, por tanto, no quieren marcharse.
“Al fin y al cabo, un ciudadano con doble nacionalidad es un ciudadano. Tienen los mismos derechos constitucionales que los demás ciudadanos, y no deberíamos crear un sistema escalonado de ciudadanía”, afirmó.
Daoud dijo que “parece que los ciudadanos estadounidenses en esta situación solo tienen que valerse por sí mismos y esperar lo mejor. Aparentemente solo somos ‘titulares de pasaporte’, cuyas vidas y bienestar no son una prioridad para el Gobierno estadounidense”.
“El poderío de nuestro Ejército y nuestros recursos no se utilizan para salvar nuestras vidas en zonas de guerra”, afirmó.
Cuando CNN habló con Daoud, su padre, de 69 años, y su madre, de 66 –ambos ciudadanos estadounidenses–, estaban haciendo el “angustioso” viaje de nueve horas en autobús desde Jartum a Port Sudan.
“Tuvieron que encontrar un autobús esta mañana después de esperar a la intemperie en la parte lateral de la carretera”, explicó. Daoud dijo que el autobús había sido detenido tres veces por soldados de las Fuerzas de Apoyo Rápido” y “en un puesto de control retuvieron a mi padre a punta de pistola porque creían que pertenecía al Ejército sudanés”.
“Dijeron a todos los hombres que bajaran del autobús y los registraron e interrogaron”, pero retuvieron a su padre a punta de pistola, describió a CNN.
“Mi madre creía que se lo iban a llevar o que le iban a disparar. Por suerte, decidieron dejarle marchar”, explicó Daoud.
Una vez que sus padres lleguen a Port Sudan, no saben cuánto tiempo tendrán que esperar para tomar un ferri a Yeda, Arabia Saudita, donde el Departamento de Estado dijo que hay funcionarios consulares para ayudar a los estadounidenses.
Otros estadounidenses intentan huir de Sudán a través de Egipto, pero quienes hablaron con CNN advirtieron de una creciente catástrofe humanitaria en esa frontera.
Sulfab explicó que sus familiares estadounidenses en Sudán decidieron evacuar el país tras la retirada de los diplomáticos estadounidenses. Algunos se dirigieron a Etiopía, otros a Egipto. No ha podido ponerse en contacto con su anciano padre desde que inició su viaje hacia la frontera egipcia.
Varados en el desierto
Una de sus primas y sus hijos, todos ellos ciudadanos estadounidenses, llevan tres días esperando para cruzar a Egipto.
“Están varados en el desierto”, dijo Sulfab. No tienen acceso a alimentos, agua, medicinas ni instalaciones sanitarias.
“Tenemos niños y mujeres sedientos. Sean ciudadanos estadounidenses o no, es una crisis humanitaria”, afirmó. “Por desgracia, sin la ayuda de personas dispuestas a ayudar, al final morirán”.
Imad dijo que facilitar el viaje a Egipto de su padre, de 74 años, y de su madre, de 66, fue “increíblemente duro”, y uno de los muchos obstáculos a los que tuvieron que enfrentarse cuando estallaron de repente los combates. Sus padres estuvieron en lugares separados durante los primeros días de violencia antes de que su padre emprendiera una traicionera caminata de tres horas y media para reunirse con su madre, explicó Imad.
Imad explicó que el Departamento de Estado solo les avisó con dos horas de antelación para que se unieran a los convoyes de evacuación organizados por Emiratos Árabes Unidos y Turquía, el domingo, y que para unirse a esos convoyes los estadounidenses habrían necesitado sus propios automóviles. Imad dijo que la mayoría de la gente no dispone de coches privados para ir a Port Sudan.
“Fue bastante desconcertante, porque no entiendo cómo otras naciones pudieron asegurar autobuses y evacuar a sus ciudadanos e idear planes para sacar a cientos de sus ciudadanos, y nosotros nos damos palmaditas en la espalda por haber sacado a 70 diplomáticos”, dijo.
En cambio, sus padres tuvieron que intentar varias veces conseguir un auto que los llevara a la estación de autobuses, y una vez que por fin llegaron allí después de atravesar “bombardeos en vivo, bombardeos activos en Jartum”, “esperaron unas seis horas hasta que por fin pudieron conseguir asientos”, dijo Imad.
Los asientos, que según Imad costarían normalmente unos US$ 50 cada uno, costaron US$ 600 por persona.
Después de 36 horas de viaje, sus padres no habían podido cruzar la frontera con Egipto, según declaró Imad a CNN, este miércoles por la noche. El pasaporte estadounidense físico que tiene su padre está caducado, pero tiene una fotocopia del actual. Imad dijo que, cuando se puso en contacto con el Departamento de Estado, “esencialmente dijeron que hay otros casos por delante de nosotros que son similares. Se ocuparán de nuestro caso cuando llegue el momento y que nos pongamos en contacto con ellos mañana para que nos informen”.
“Mis dos padres son personas mayores con problemas de salud. No tienen agua ni comida. El autobús en el que vinieron se fue, así que están en las calles de la frontera esperando a que les dejen entrar en el país”, dijo a CNN.
“Lo sorprendente es también la falta de ayuda humanitaria sobre el terreno”, dijo su esposa Leila. “Es un desierto abierto, 38 grados centígrados. Qué vergonzoso sería como sociedad si dejáramos morir a esta gente en la frontera porque no hay acceso básico a comida y agua, cuando acaban de escapar de bombas y tiroteos hace 24 horas”.
“Si no vamos a realizar evacuaciones masivas de ciudadanos estadounidenses y apoyar al pueblo sudanés de forma efectiva, al menos proporcionemos artículos de primera necesidad en la frontera”, afirmó.
Este martes, la embajada de EE.UU. en Jartum emitió una alerta de seguridad en la que aconsejaba a los estadounidenses que llevaran alimentos, agua y medicinas si planeaban viajar a cualquiera de las fronteras con Egipto o Etiopía.
Michael Conte, Kylie Atwood y Noon Salih, de CNN, contribuyeron a este artículo.