(CNN Español) – El primer gran revolcón ministerial del presidente Gustavo Petro tomó a muchos por sorpresa en Colombia por la salida de varios de sus ministros pocos meses antes de cumplir su primer año de gobierno.
Uno de los que salió fue José Antonio Ocampo, un funcionario clave por su trayectoria académica y la confianza que proyectaba en los mercados por su tono moderado frente a la cartera monetaria del Gobierno. Ocampo fue clave en la reforma tributaria que aprobó el Congreso el año pasado, la primera gran reforma del mandato de Petro.
Su reemplazo será Ricardo Bonilla, un funcionario muy cercano al presidente Petro, quien tendrá en sus manos la difícil misión de mantener la estabilidad económica y proyectar confianza tanto dentro como fuera del país.
Bonilla es un viejo conocido del petrismo. Antes de su llegada al Ministerio de Hacienda, se desempeñaba en el sector público, en la Financiera de Desarrollo Territorial, Findeter, una entidad adscrita al Ministerio de Hacienda. Tiene estudios de economía en la Universidad Nacional de Colombia, en la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá y en la universidad de Renne en Francia. Además fue profesor de las universidades Javeriana y Nacional en Bogotá.
Pero este, por supuesto, también es un nombramiento de carácter político: Bonilla fue durante años secretario de Hacienda de la Alcaldía de Bogotá durante el periodo en que Petro fue el alcalde (2012 y 2015), y para la campaña presidencial de 2022 fue asesor en temas económicos y pensionales del hoy presidente.
“Claramente Petro se siente más cómodo con personas que lo han acompañado toda la vida, con personas que son afines a su proyecto político, que entienden sus objetivos, que entienden cuáles son los mensajes que quiere dar”, dijo a CNN en Español Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, un centro de pensamiento con sede en Bogotá.
Analistas consultados por CNN coinciden en que si bien Ocampo era una ficha clave para mostrar moderación del Gobierno de Petro, considerado el primer presidente de izquierda en la política moderna en Colombia, también también frenaba de alguna manera al mandatario a la hora de impulsar algunas de sus políticas monetarias.
“Ocampo era una obstrucción constante, porque justamente… él no le permitió a nadie hacer ninguna locura, él tenía la capacidad de decirle que no al presidente, particularmente cuando algunas de las propuestas implicaban algún tipo de riesgo macroeconómico. Y eso a los mercados, de cierta forma, les daba tranquilidad”, dijo Guzmán.
Sin embargo, el nombramiento de Bonilla, quien no ha estado alejado del Gobierno nacional, y quien es cercano al mandatario, le permite llegar a un “lugar natural” en el que debería estar, dijo a CNN Esteban Salazar, director de Gobernabilidad y Democracia de la Fundación Paz y Reconciliación (PARES).
“Es notable que la apuesta que tenía inicialmente el presidente Gustavo Petro era que si se lograba garantizar una imagen moderada en su Gobierno, específicamente sobre la parte económica, razón por la cual participó José Antonio Ocampo, pues iban a poder pasar las reformas en su conjunto”, dijo Salazar a CNN en Español.
“Lo que hizo Petro fue un enroque de quien naturalmente tuvo que haber ocupado ese cargo”, agregó Salazar, al referirse al acompañamiento durante la campaña. “Bonilla va a ser más una persona que va a permitirle al presidente tener más libertades respecto a sus propuestas y que no va a servir como bombero ni como un freno, sino más bien como promotor para buscar soluciones respecto a los apuestas que tenga el presidente”.
Salazar describe a Ricardo Bonilla como “un economista de carácter ortodoxo”, “un promotor para profundizar la agenda del presidente respecto de lo que se puede hacer en el marco de la institucionalidad de su competencia”.
Y si bien Petro tuvo que arriesgar un ministro moderado como Ocampo, su reemplazo “es una persona que tiene respeto, reconocimiento del mundo académico, del mundo empresarial”, dijo a CNN Andrés Dávila, profesor de la facultad de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana de Bogotá.
“Ricardo Bonilla no genera la sensación de un cambio que radicalice el manejo de la economía en ninguna dirección y más bien asegura estabilidad, buen comportamiento y un compromiso por mantener ese carácter estable en la operación y desempaño y logros de la economía colombiana”.
Los retos internos de Ricardo Bonilla
Esta semana, con el revolcón ministerial de Petro, los mercados, que “naturalmente son nerviosos y reaccionan a los eventos políticos”, según Guzmán, se estremecieron, y una medida de ese nerviosismo es el precio del dólar en Colombia. Con un panorama político difícil por cuenta de una reforma a la salud que no avanzó en el Congreso y una coalición de Gobierno quebrada, a principios de la semana el precio del dólar rondaba los 4.515 pesos, y este jueves superó la barrera de los 4.600 pesos, apuntando al los 4.700.
Y si sube el precio del dólar, los colombianos se verán directamente afectados, dijo a CNN María Camila González, periodista y cofundadora de Economía para la Pipol, un medio digital de economía que explica de manera sencilla las jugadas económicas.
“No es tanto el efecto de la elección de este ministro sino la incertidumbre que genera ese nombramiento”, dice González.
Analistas coinciden que si bien es muy pronto para determinar el curso económico del país en cabeza de Bonilla, lo cierto es que su rango de acción va a determinar la confianza de los mercados tanto en Colombia como en el extranjero.
“Todo el mundo va a estar muy pendiente de lo que él (Bonilla) diga, de los cambios frente a los proyectos de ley y de eso también va a depender otra cosa que se llama la prima de riesgo que es qué tan atractivos somos para el mundo”, dijo Angélica Gómez Benavides, periodista y también cofundadora de Economía para la Pipol.
“Si somos menos atractivos por lo que diga Bonilla, se va a subir nuestra deuda y también en el futuro vamos atener que pagar más intereses y después pagar más impuestos y por esa vía también nos veríamos afectados todos”.
Los desafíos con el mercado externo
Y si bien el foco de Bonilla será lo interno, no puede dejar de lado el mercado externo. Uno de esos retos del nuevo ministro de Hacienda será no solo generar cohesión en el país, sino proyectar esa confianza en los mercados internacionales.
Durante estos ocho meses de Gobierno de Petro, el exministro Ocampo se encargó de hacer un “contrapeso” a los discursos tanto de Petro como de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, de que con la transición energética propuesta por el mandatario se frenarían las licencias para la exploración de hidrocarburos. “Él trataba de matizar eso”, dijo sobre el ministro saliente Adriana Eraso, directora para América Latina de Oil & Gas de Fitch Ratings, con sede en Nueva York.
“El reto del nuevo ministro es poder articular esa política energética de Vélez con una política fiscal y económica viable y sostenible”, dijo Eraso a CNN. “Eso lo que hace con los inversionistas es decirles ‘no hay un marco a futuro para poder invertir la plata y decirles que la industria no va a seguir creciendo”.
“No es que esté disminuyendo la inversión, pero la frena”, agregó.
Así que si bien la situación de Colombia no está como para que los inversionistas saquen su dinero y se vayan del país, dice Eraso, se debe hacer claridad sobre las posibilidades de hacer inversiones rentables en petróleo e hidrocarburos, y en eso el ministro entrante deberá ayudar a cohesionar el discurso del Gobierno y evitar un déficit fiscal por falta de inversiones.