(CNN Español) – La abogada Tamara Adrián se prepara para sumarse a la carrera por la candidatura presidencial de la oposición venezolana que se definirá en elecciones primarias el próximo 22 de octubre. En 2015 fue la primera diputada transgénero, no solo en Venezuela sino también en América Latina, tras lograr el escaño con el partido Voluntad Popular.
En esta nueva etapa, la activista por los derechos humanos recibió el respaldo del partido Unidos por la Dignidad para competir con al menos ocho precandidatos que se disputarán la posibilidad de medirse con la propuesta del partido del cuestionado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en las elecciones presidenciales, que, según la Constitución, deben realizarse en 2024.
Adrián dice que su objetivo es impulsar “una Venezuela consciente, capaz y libre” y plantea su preocupación en torno a la caída de la economía y la migración. Para ella, es fundamental trabajar por una transición hacia otro Gobierno.
Adrián dijo que su postulación es, de alguna manera, un disparador de conciencia, sobre todo lo concerniente a la comunidad LGTBQ y destaca que es “la primera persona transexual en el mundo que se plantea este reto” de participar en un proceso presidencial.
“El siglo 20 se acabó y este siglo 21 es muy distinto”, afirmó Adrián en declaraciones a CNN, y agregó que tiene muy claro el desafío que tiene por delante, pues entiende que “los grupos radicales en contra de los derechos de la comunidad LGBT son muy fuertes en la coalición dominante, pero también lo son en la oposición”.
“Un país que respeta las diferencias es un país más digno y es un país que puede crear un proyecto colectivo dentro de las diferencias y encontrar que es más lo que los une, que lo que los divide”, afirmó la exdiputada, que dice que busca un proyecto que incluya a todos en un país en el que han prevalecido las diferencias.
La candidatura de Tamara Adrián tiene lugar en una Venezuela en la que no es legal el matrimonio igualitario y tampoco el cambio de nombre para personas transgénero. Al respecto, aseguró que “la coalición hegemónica, que se dice revolucionaria, ha sido en su praxis lo más cercano a las extremas derechas del mundo, y su discurso también”, aunque reconoció que desde la oposición tampoco se propuso debatir el tema.
La exdiputada sostiene que Venezuela se ha quedado atrás en esta materia en la región, mientras países como México, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Brasil, Cuba, Uruguay, Argentina, Chile y Bolivia han avanzado en este tipo de reivindicaciones.
La abogada aseguró que una de sus primeras batallas a librar será definir bajo qué nombre se le permitirá registrar su postulación pues, legalmente, sigue teniendo el de su nacimiento, y afirmó que en otras oportunidades se ha permitido a otros candidatos utilizar un apodo en la tarjeta electoral y no el nombre que aparece en su identificación. icación.
Con respecto al matrimonio igualitario, la también defensora de los derechos de la comunidad LGTBQ destacó que ella o cualquiera tendría que estar habilitada a casarse tal como lo establece la Declaración Universal de Derechos Humanos. Adrián aseguró que es difícil “para quien no tiene lentes de género, ver las desigualdades”.
Para quienes dicen que Venezuela no está preparada para tener un líder transgénero, la exdiputada aseguró que es importante educar a la población sobre esos temas que son fundamentales en el siglo XXI.
Al reflexionar sobre si por el hecho de ser una persona transgénero se ha encontrado con limitaciones en el ejercicio de la carrera política en Venezuela, la aspirante presidencial dijo que en teoría de género siempre se habla sobre algo que se conoce como el “techo de cristal”, al que define como el “síndrome de las minorías”. Lo importante, afirmó, es que cada uno entienda que su deber es ver que esas ideas fueron impuestas desde afuera y que han sido interiorizadas para que las personas crean que tienen un límite. Es entonces, sostuvo, cuando se toma conciencia y se agarra una piedra para romper con el “techo de cristal” para poder ascender.
La abogada aseguró que su candidatura permite sumar al debate político en Venezuela los temas del siglo 21 como desarrollo con inclusión, eliminación de las barreras de género y a las personas con discapacidad y el calentamiento global.