(Reuters) – Un isópodo gigante de 14 patas es el plato estrella de un nuevo restaurante de ramen de Taipéi y hace que la gente haga fila, tanto para hacerse fotos con él, como para probar un bocado de este cuenco de fideos.
Desde que el 22 de mayo The Ramen Boy lanzara este tazón de fideos de edición limitada, declarando en una publicación en redes sociales que “por fin había conseguido este ingrediente de ensueño”, más de 100 personas se han apuntado a una lista de espera para cenar en el restaurante.
“Es muy atractivo por su aspecto: parece muy lindo”, dijo el propietario del restaurante, de 37 años, que solo quiso ser identificado como Hu, mientras sostenía un isópodo gigante y los clientes se hacían fotos.
“En cuanto al método de cocción, utilizamos el más sencillo, al vapor, por lo que no hay dificultad para procesarlo”.
El restaurante cuece el isópodo al vapor durante 10 minutos antes de añadirlo a un cuenco de ramen con caldo espeso de pollo y pescado. Cada cuenco cuesta 1.480 dólares taiwaneses (US$ 48).
Según un cliente, la carne sabe a una mezcla de cangrejo y langosta, con una textura densa y algo masticable.
Los isópodos gigantes, primos lejanos de los cangrejos y las gambas, son los más grandes de los miles de especies del grupo de los crustáceos, informó la NOAA Ocean Exploration en su página web.
Suelen encontrarse a entre 170 y 2.140 metros de profundidad en el océano, y el 80 % de ellos vive a una profundidad de entre 365 y 730 metros, según informó Animal Planet de Taiwán, en una página de Facebook.
Un experto taiwanés identificó la especie como Bathynomus jamesi, descubierta cerca de las islas Dongsha, en el mar de China Meridional. Se cree que se capturan entre 300 y 500 metros.
Desde que se lanzó el ramen, algunos estudiosos han expresado su preocupación por el posible impacto ecológico de las tácticas de pesca de arrastre de fondo, así como por los posibles riesgos para la salud.
Pero los clientes del restaurante no están de acuerdo.
“Si solo se trata de un menú especial y los isópodos gigantes se pescaron sin querer, como dice el dueño del restaurante, todo el mundo debería probarlo si tiene la oportunidad”, afirma Digell Huang, de 34 años, quien trabaja como asesora genética.
“Me siento muy honrada de tener la oportunidad de probarlo”, añadió mientras comía de un cuenco de fideos cubiertos de isópodos.
Sin embargo, un estudioso advirtió de los posibles riesgos para la salud, afirmando que la especie, en gran parte desconocida, puede contener toxinas o metales pesados como el mercurio.
La especie Bathynomus jamesi fue reconocida oficialmente en Taiwán el año pasado y no hay muchos datos sobre ella, dijo Huang Ming-chih, profesor asociado de Biotecnología Especializado en Invertebrados de Aguas Profundas de la Universidad Nacional de Tainan.
“La mejor práctica sería investigar más… crear una base de datos completa y luego permitir que la gente coma, sería mejor así”, añadió.