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"Una escena de crimen": así ve un residente de Hawai el devastador incendio de Maui
02:52 - Fuente: CNN

Lahaina, Hawai (CNN) – Una semana después de que los fuertes vientos causaran la peor catástrofe de la historia moderna de Hawai, los trabajadores de Maui se han convertido en socorristas y comandantes improvisados.

Con todo, desde camiones U-Haul hasta barcos prestados y canoas, cientos de socorristas, carpinteros y camareros han establecido y abastecido casi una docena de centros de ayuda improvisados en la tierra quemada de Lahaina, la mayoría sin apoyo de algún uniformado. La afluencia ha sido tan grande que lo que empezó como una petición de combustible, hielo y pañales se ha convertido en una solicitud de contenedores para almacenarlo todo.

Pero entre la decepcionante respuesta oficial, los turistas que acudieron a bucear durante la búsqueda de cadáveres y las historias de especuladores inmobiliarios que acosan a las familias desconsoladas, el famoso “espíritu aloha” de Hawai se está poniendo a prueba.

“Miren a su alrededor”, dijo Keoki Naihe el domingo mientras señalaba con la cabeza el campamento improvisado que alimentaba a una pequeña multitud con organizada eficacia en Pohaku Beach Park, preguntándose por qué no había funcionarios prestando su apoyo.

“Les importamos un bledo”, replicó Alika Peneku. La casa del contratista y mecánico se salvó de las llamas, pero tras cederla a una familia desplazada con un bebé, ha estado durmiendo en un catre junto a vecinos y desconocidos en uno de los grupos que la comunidad denomina “pods”.

Alika Peneku, izquierda, y Keoki Naihe, dijeron que los turistas deberían marcharse mientras Maui se cura. Crédito: Evelio Contreras/CNN

“Los turistas duermen aquí”, dijo. “Tuvimos tres familias que durmieron aquí la primera noche y les dimos de comer como si fueran locales. ¿Por qué no íbamos a hacerlo? Pero nadie vino a ayudarnos”.

Señaló con la cabeza a Charlie y Brittany Fleck, una pareja de Maui que se pasó la semana recaudando fondos en Facebook y repartiendo dinero entre los damnificados. CNN estuvo allí mientras convencían a una caravana de suministros de socorro para que superara los trámites burocráticos y los puestos de control.

Charlie Fleck organizó un convoy de nueve camiones a Lahaina. Crédito: Evelio Contreras/CNN

“Necesitan más ayuda de la que podemos imaginar”, dijo Charlie Fleck, con la voz entrecortada por la emoción.

Cuando llegaron a Lahaina con su U-Haul alquilado lleno de almohadas y medicinas y vieron la destrucción por primera vez, lloraron.

“No puedo imaginarme estando aquí arriba”, dijo Charlie, absorbiendo la destrucción a su alrededor. “Sin electricidad, sin aire acondicionado, solo dolor, solo en la oscuridad, ¿sabes?”.

La destrucción de Lahaina, vista desde la única carretera de acceso a la ciudad. Crédito: Evelio Contreras/CNN

Mientras los Fleck entregaban dinero en efectivo a familias agradecidas, Grace Hurt dirigía un elevador de barcos improvisado para abastecer los campamentos como el de Peneku.

“A todos los que son nativos hawaianos y a todos los que han construido sus casas aquí, los respetamos”, dijo, describiendo las toneladas de suministros que sus amigos habían entregado a las comunidades aisladas. “Estamos aquí por ustedes. Colaboramos con ustedes. Les ayudaremos a volver”.

Pero mientras hablaba, un chárter turístico atracó a su lado y descargó a buzos de una excursión cerca de Lahaina. “Eso no es pono”, dijo, usando la expresión hawaiana para la armonía justa, moviendo la cabeza con disgusto.

Por su parte, la Oficina de Visitantes y Convenciones de Hawai acudió a las redes sociales para “desaconsejar encarecidamente” a los visitantes que pasaran sus vacaciones en la parte occidental de Maui. Peneku fue más contundente.

“Váyanse”, dijo. “Dennos la oportunidad de recuperarnos. Si se quemara la casa de alguno de esos turistas, no querrían a nadie fuera de su casa haciendo excursiones divertidas. Querrían tiempo para llorar. Querrían tiempo para reconstruir”.

Mientras surgen campamentos improvisados como el de Pohaku Beach Park, los equipos de recuperación están revisando lo que solían ser casas, negocios y monumentos históricos que ardieron hasta los cimientos cuando los incendios forestales empezaron a propagarse erráticamente el 8 de agosto. Se ha confirmado la muerte de al menos 99 personas a causa de los incendios forestales, y el número podría duplicarse en los próximos 10 días, dijo el gobernador de Hawai, Josh Green, a CNN este lunes.

Los suministros se clasifican, almacenan y envían desde debajo de una lona azul. Crédito: Evelio Contreras/CNN

A pocos kilómetros de distancia de Pohaku Beach Park, en medio de otro agitado grupo de sobrevivientes y voluntarios, el navegante del Salón de la Fama estaba de acuerdo en que el turismo puede ser muy importante para la economía, pero puede esperar.

“Las autoridades no deberían decirnos: ‘Oh, queremos abrir dentro de seis meses’”, declaró Archie Kalepa a CNN desde su patio repleto de suministros de socorro. “La verdad es que hay devastación. No vamos a estar preparados para que la gente vea lo que estamos viviendo dentro de seis meses”.

Como antiguo jefe de Seguridad Oceánica de Maui, este hawaiano de novena generación dirigió en su día a docenas de socorristas responsables de millones de visitantes y fue pionero en el uso de motos acuáticas en el salvamento oceánico. Ahora intenta encontrar una valla contra el polvo y mascarillas para proteger su barrio de las cenizas tóxicas que soplan.

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02:34 - Fuente: CNN

Kalepa dijo que, gracias al valiente esfuerzo de vecinos y bomberos, solo ardieron dos de las 104 casas de su barrio y, con aloha de sobra, defendió la gestión de catástrofes del condado de Maui de las crecientes críticas de la comunidad.

“No creo que sea justo”, dijo. “Porque esto es la escena de un crimen”, añadió, indicando los restos carbonizados de la casa de su vecino. Su mayor preocupación a largo plazo es que Maui se reconstruya sin su ohana, o familia extendida, si es que son forzados a abandonar su paraíso natal.

“Uno de los problemas que veremos en esta comunidad es que los grandes compradores de tierras nos van a comprar. ¿Y sabes lo que pasará si eso ocurre? Desapareceremos. La gente que ha vivido aquí mucho, mucho tiempo, va a recibir ofertas para marcharse. Tenemos que encontrar soluciones para garantizar que no tengan que volver a la zona cero y pagar por construir sus casas desde abajo”.

La administradora de la FEMA, Deanne Criswell, dijo a CNN después de un recorrido de fin de semana por las ruinas de Lahaina que la agencia tiene “una cantidad limitada de fondos que pueden ayudar a apoyar algunas reparaciones de viviendas, pero como vemos aquí, no hay forma de reparar algunas de estas casas”.

“Así que si no tienen suficiente seguro, tienen un poco de financiación de la FEMA”, dijo Criswell. “También podemos trabajar con nuestros socios como la Administración de Pequeñas Empresas, que pueden hacer pequeños préstamos para viviendas de hasta US$ 500.000”.

Pero en un patio de recreo de multimillonarios y precios de la vivienda por las nubes, existe la preocupación de que eso no sea suficiente para que algunas familias reconstruyan y se queden.

“Un amigo ya recibió una llamada de alguien que quiere comprar su propiedad”, dijo Naihe en el campamento de la playa. Historias similares en las redes sociales han suscitado tanta sorna como los buzos insensibles.

“Ya tuvimos que pagar el precio de muchas de estas casas y tuvimos de tres a cuatro familias trabajando en varios empleos solo para quedarnos”, dijo Peneku, sacudiendo la cabeza. “Así que ahora puedo ver cómo la presión está probablemente en el punto de ruptura, pero no vendan su propiedad”, imploró a sus vecinos de clase trabajadora.

“No huyan. Por favor. Resistan todo lo que puedan”, dijo suspirando y encogiéndose de hombros.
“Es difícil ser hawaiano en Hawai”.