(CNN) – La decisión de embarcarse a un viaje incierto y potencialmente peligroso a Israel no fue fácil para Kineret Levin, una israelí-estadounidense de 27 años.
Levin dejó atrás a su familia, una oportunidad laboral y su hogar en Fredericksburg, Texas, para acudir a Israel como voluntaria médica. Tras el ataque sorpresa de Hamas contra comunidades israelíes el 7 de octubre, en el que, según las Fuerzas de Defensa de Israel, el grupo extremista tomó unos 200 rehenes y mató brutalmente a más de 1.400 personas, Levin sintió que ir a Israel era un llamado.
“Me recordó lo que sentí cuando era niña el 11 de septiembre, la desesperanza y la incomprensión de lo que estaba pasando”, explica. “Y me dije: ‘Nunca más’, y esto es realmente nunca más”.
Levin nació en Los Ángeles y viajó a Israel a los 14 años. Vivió en Israel de forma intermitente hasta que regresó a Estados Unidos hace un año. Durante su estancia en Israel, Levin fue médico en las Fuerzas de Defensa.
Es una de las muchas personas que han decidido volar a una zona de guerra en medio de un conflicto que solo muestra signos de empeorar.
Las fuerzas israelíes se están preparando para una posible operación terrestre en Gaza en su guerra contra Hamas, acumulando un gran número de tropas en la frontera. Cientos de ataques aéreos israelíes desde el 7 de octubre han arrasado barrios de Gaza. Los hospitales de Gaza se han visto desbordados por el número de heridos y algunas instalaciones han reducido los tratamientos debido a la escasez de electricidad y combustible. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamas, han muerto más de 4.500 palestinos.
El gobierno estadounidense ha presionado a Israel para que retrase sus operaciones terrestres en Gaza a fin de permitir la liberación de más rehenes y la entrada de ayuda en Gaza, según dos fuentes informadas de las conversaciones.
Levin aterrizó en Israel el domingo y dijo que pasaría uno o dos días con su abuela antes de comenzar su trabajo como médico.
“Después de una semana de dolor y llanto, he decidido que ya no tengo seis años. Soy una adulta hecha y derecha. Soy enfermera, licenciada en enfermería y tengo capacidad para venir a ayudar”, dijo Levin, refiriéndose a su edad en el momento del ataque del 11 de septiembre.
Retos para hacer llegar ayuda, voluntarios y soldados de reserva a Israel
Al igual que Levin, muchos estadounidenses de origen israelí han intentado llegar a Israel como voluntarios durante la guerra. Ella tomó un vuelo comercial y fue colocada como voluntaria en un hospital de Israel a través de la organización de Leon Shirdan, Bulletproof Israel.
Según Shirdan, CEO de Bulletproof Israel, la organización ha ayudado a miles de pasajeros a tomar vuelos o a cambiarlos para viajar a Israel, pero dijo que no compraba los pasajes directamente.
“Cientos de personas se han puesto en contacto con nosotros, tanto reservas que querían viajar a Israel como médicos y voluntarios”, explicó Shirdan.
La organización sin fines de lucro Israel Friends, con sede en Los Ángeles, afirma haber transportado a Israel a 1.651 reservistas militares israelíes de distintas nacionalidades. La nueva organización Israel Friends organiza vuelos chárter desde Los Ángeles, mientras que Bulletproof Israel ha reunido suministros, incluidos equipos médicos y de protección, que, según afirma, se han enviado en los vuelos. Israel Friends afirma que, con la ayuda de otras organizaciones de la coalición, ha transportado más de 100 toneladas de ayuda a la región, incluida la recogida por Bulletproof Israel.
Israel Friends ha dado prioridad a los miembros del ejército, ya que el espacio en sus vuelos es limitado. También se ha limitado la posibilidad de subir a un vuelo comercial, lo que dificulta aún más las cosas para los civiles que, como Levin, quieren viajar.
“Los vuelos regulares son bastante difíciles de conseguir, así que ha sido un reto. Sobre todo teniendo en cuenta los altos costos, por lo general más de US$ 1.000 por un vuelo básico en clase económica de ida a Israel”, dijo Shirdan.
La logística ha sido un reto para estas organizaciones, ya que surgieron como respuesta a la guerra. Muchos de los voluntarios dejaron en suspenso sus trabajos en Estados Unidos para centrarse en la forma de ayudar a Israel.
“Al principio, era una pesadilla. Ahora, es mucho más suave”, dijo Shirdan.
Bulletproof Israel e Israel Friends afirman que su ayuda ha recibido comentarios positivos de quienes pudieron viajar de Estados Unidos a Israel, que ya se están utilizando equipos médicos y de protección y que los reservistas voluntarios han podido reincorporarse a las unidades.
No hay arrepentimiento…hay miedo
Para Levin, volver no es fácil. Dijo que no está necesariamente lista o preparada para ver heridos de guerra. Pero la médica agregó que, pase lo que pase, va a seguir adelante.
“He hecho las paces con lo que pase, ya lo he hecho porque como estadounidense, este es mi sentido de la justicia. Como judía, me sangra el corazón, y como israelí, estoy dispuesta a darlo todo”, dijo.
Dorel Meiri, de 28 años, reservista israelí de Los Ángeles, decidió viajar a Israel tras sentirse especialmente afectado por el atentado de Hamas contra el festival de música Nova, que dejó decenas de muertos.
“Creo que estaba en estado de shock, no tenía sentido para mí lo que estaba viendo”. Se subió a uno de los vuelos chárter.
“Vamos a luchar por nuestro país. Estamos preparados y es increíble que todo el mundo lo esté y, ya sabes, yo solo hago mi parte”, dijo Meiri en la terminal de Los Ángeles.
Para Levin, luchar no significa estar en el frente. “También implica estar en los hospitales y ayudar y hablar con la gente y los niños que han pasado por lo más horrible que ha pasado”, dijo.
“Esto es hacer mi parte, y estos son mis valores y lo que soy como persona y lo que soy como enfermera y profesional de la medicina”.
Para los estadounidenses que desean proporcionar ayuda humanitaria a la población de Gaza, es mucho más difícil. Un escaso goteo de ayuda internacional está llegando al enclave asediado.
Según Lulu Hammad, de Yalla Indivisible, un grupo activista con sede en California que defiende los derechos de los palestinos, es imposible ayudar como ellos quieren. Y viajar a la zona o enviar suministros no es una opción para ellos, dijo.
“Sentimos que no podemos ayudar de la manera que creemos que podemos ayudar y de la manera que sabemos que podemos ayudar. Estamos saliendo a la calle en la medida de lo posible, estamos enviando cartas, estamos haciendo llamadas telefónicas, estamos recaudando algunos fondos, pero nos vemos superados”, afirmó Hammad.
En cuanto a Levin, tiene previsto permanecer en Israel durante un mes, pero comprende que tal vez no pueda volver a casa como estaba previsto.
“No hay arrepentimiento. Arrepentirse no es el sentimiento. Lo que hay es miedo. Creo que el miedo es un sentimiento natural para cualquiera que se enfrente a una situación tan aterradora”, dijo la médica.
Y agregó que, mientras corra sangre por sus venas, será voluntaria. “Estoy segura de que volveré”.
– Stephanie Elam y Jason Kravarik de CNN contirbuyeron con este reportaje.