(CNN) – A miles de kilómetros de la brutalidad de la guerra en Gaza, Tariq Hamouda y su esposa Manal no pueden creer la pérdida de tres generaciones de su familia.
Estos estadounidenses de origen palestino, que viven en Maple Grove, Minnesota, dicen que ha pasado más de una semana desde que se enteraron que 42 familiares murieron en la guerra entre Israel y Hamas, y todavía no pueden asimilar del todo la noticia.
Hamouda explicó que su esposa, cuyo apellido de soltera es Saqallah, perdió a cuatro hermanos, una hermana y la mayoría de los hijos de ellos cuando el 19 de octubre dos explosiones destruyeron el complejo familiar en el barrio de Sheikh Ejleen de la Ciudad de Gaza.
Hamouda y su familia explicaron que fue un ataque aéreo israelí. Israel ha lanzado numerosos bombardeos contra la Ciudad de Gaza desde el 7 de octubre, incluidos varios atentados en la zona ese mismo día.
CNN no puede confirmar de forma independiente que se trate de un ataque israelí. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron que no pueden comentar al respecto sin las coordenadas de la casa. La familia se negó a facilitar las coordenadas a CNN por temor a represalias.
Un video que grabó un vecino y que CNN obtuvo muestra lo que queda del complejo familiar: ruinas carbonizadas y escombros de lo que, según los parientes, eran tres edificios, ahora rodeados de casas prácticamente intactas en la zona residencial.
“Hasta anoche, ella seguía negando [lo ocurrido]”, dijo Hamouda a CNN el pasado jueves, al referirse a Manal. Sin embargo, el dolor que se siente en su hogar en Estados Unidos es muy real.
“Ella quiere a todos los miembros de su familia. Pasó el verano con ellos”, explicó Hamouda, quien afirma que él y su esposa son originarios del mismo barrio de Gaza, pero viven en Minnesota desde 2004.
Desde ese año ha habido miedo y numerosos conflictos entre Israel y grupos militantes en Gaza, pero nada como esto, afirma.
Israel declaró la guerra a Hamas el 7 de octubre, después de que el grupo extremista traspasara la barrera que separa Gaza de Israel y matara a más de 1.400 personas, entre civiles y militares, y secuestrara a más de 220, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel lanzó devastadores bombardeos sobre Gaza. Afirma que quiere destruir a Hamas, que gobierna el territorio costero. Pero los 2,2 millones de palestinos que viven allí, incapaces de escapar con los cruces fronterizos israelíes y egipcios cerrados, están atrapados en el fuego cruzado.
Los bombardeos israelíes se han cobrado la vida de al menos 8.485 palestinos y han dejado más de 21.000 heridos, según las cifras más recientes publicadas por el Ministerio de Salud palestino en Ramala, tomadas de fuentes del enclave bajo el control de Hamas. Hay otras 1,4 millones de personas que han sido desplazadas internamente, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, después de que las FDI advirtieran a los residentes en el norte de Gaza que evacuaran hacia el sur.
Pero Hamouda no tiene tiempo para llorar a sus muertos, dijo, pues sigue preocupado por lo que les ocurrirá a los que han sobrevivido hasta ahora.
“Todo tu mundo se detiene”
En el sur de Florida, Eyad Abu Shaban, primo de Manal, está igualmente consternado. “Es como si todo tu mundo se detuviera”, dijo.
“No es uno, dos, tres o cuatro, son 42 miembros, es realmente difícil de enfrentar”.
Abu Shaban afirma que la edad de los fallecidos oscila entre los tres meses y los 77 años. Todos se encontraban en un mismo recinto. Su tío, Essam Abu Shaban, su esposa Layla Saqallah y su hijo Ahmed estaban entre los muertos. Para evitar los ataques aéreos israelíes evacuaron al barrio cercano de Tel El Hawa y buscaron refugio en la casa de los Saqallah, cuenta Abu Shaban.
Antes de los ataques aéreos, las FDI avisaron que podía haber actividad militar en la zona, pero nunca les dijeron que evacuaran su casa, relató Hamouda sobre lo que le dijeron miembros de su familia que sobrevivieron.
“Han bombardeado casas con avisos y sin avisos”, afirmó. Y añadió que lamentaba todo el miedo y la confusión que hay, además de no tener un lugar para huir.
Su suegra estaba en un balcón cuando ocurrió el primer ataque, contó Hamouda. Pudo huir con la ayuda de un pariente que también sobrevivió.
Un segundo ataque destruyó por completo el complejo, matando a decenas de familiares, afirmó.
Un video grabado por familiares que sobrevivieron y que se proporcionó a CNN muestra cómo los numerosos cuerpos – envueltos en mortajas blancas – son depositados en una fosa común.
“Mi suegra dijo que sus hijos trataron de evacuar, pero no tuvieron tiempo”, dijo Hamouda. Añadió que su familia no estaba involucrada en actividades militantes y que “no tenían nada que ver con nada en absoluto”.
Abu Shaban, promotor inmobiliario de Boca Ratón, dijo que su familia eran simples civiles, y contó entre ellos a numerosos profesionales de la medicina.
De los cuatro hermanos de Manal –Saed, Omar, Ameed y Khorsheed– , tres eran oftalmólogos y el otro otorrinolaringólogo. Hamouda señaló que dirigían la mayor red de clínicas oftalmológicas familiares de Gaza.
“No tenemos miembros de Hamas [en nuestra familia]. Son gente común: médicos, abuelas, abuelos, tíos, tías e hijos”, afirmó Abu Shaban.
“Si quieren exterminar a Hamas, deben ir a la fuente”.
Petición de alto el fuego
Desde entonces, la comunidad de Maple Grove se ha volcado para apoyar a la familia Hamouda, colmándola de cariño y apoyo.
La semana pasada, miembros de la comunidad visitaron el cercano Centro Islámico de Brooklyn Park para rezar por la familia. Un miembro del personal de la oficina de la senadora Amy Klobuchar en Minnesota incluso llamó para dar el pésame y ofrecer su ayuda, contó Hamouda.
Pero lo único que Hamouda y Abu Shaban quieren es que cese la matanza.
“Nunca habíamos visto en esta época que el mundo entero observara cómo se destroza a gente inocente. Familias, familias enteras, borradas del mapa”, dijo Abu Shaban.
“Quiero que todo el mundo sepa que la gente de Gaza es como ellos, tienen dolor, sangran, tienen familia, tienen sentimientos”.
Las fotos y videos del conflicto que inundan las redes sociales son demasiado para soportarlo, afirmó.
Activistas, grupos de derechos humanos y funcionarios internacionales han pedido un alto el fuego, pero la guerra continúa, y ha presenciado una nueva fase de peligrosas operaciones terrestres.
Hasta que cese la matanza, Abu Shaban dice que su familia sigue tambaleándose: “Sigo en esta pesadilla. Aún no he despertado”.
Yahya Abou-Ghazala, Ivana Kottasova, Ben Wedeman, Akanksha Sharma y Tamar Michaelis, de CNN, contribuyeron a este reportaje