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Medio Oriente

Los palestinos en Gaza no tienen un lugar seguro frente a las bombas de Israel

Por Yahya Abou-Ghazala

(CNN) --  Cuando Hamas dispara cohetes contra Israel, los detectores avanzados de advertencia activan las alarmas en los vecindarios afectados. Los civiles huyen a una amplia red de refugios antiaéreos y el célebre sistema Domo de Hierro funciona para interceptar los proyectiles en el aire.

Pero en Gaza, ninguna de esas defensas de alta tecnología estaba disponible para proteger a Maisara Baroud, de 47 años, cuando su edificio fue alcanzado por ataques aéreos israelíes este lunes por la noche. Lo único que lo salvó a él y a su familia fueron los gritos de un vecino desde la calle.

El vecino recibió una llamada de los militares israelíes, avisándole de que era inminente un ataque contra un edificio residencial cercano. Aun así, este hombre le dijo a Baroud y a los otros 15 miembros de la familia que vivían en el edificio de Baroud, entre ellos nueve niños, que salieran.

El primer ataque destruyó la mayoría de los seis edificios del bloque, incluido el de Baroud.

"Mi edificio ya no era habitable, solo quedaba el esqueleto de una casa. Las puertas estaban destrozadas, las paredes exteriores del edificio habían desaparecido, las ventanas hechas añicos", añadió.

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El edificio de Maisara Baroud en llamas tras un ataque aéreo israelí. Crédito: Cortesía de Marisara Baroud

Aun así, Baroud y los demás asumieron que lo peor había pasado y volvieron al edificio para salvar sus pertenencias. Minutos después, la vecina recibió una llamada de los militares israelíes avisando de que se avecinaba un nuevo bombardeo, y las familias volvieron a huir.

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Un segundo ataque destruyó la casa de Baroud, reduciendo a escombros su edificio y su estudio de arte.

Esta es la realidad de los palestinos que viven en Gaza sin la protección de una sólida infraestructura de defensa civil. Sin sirenas antiaéreas ni refugios antibombas, los más de 2 millones de palestinos que viven en el territorio asediado, la mitad de los cuales son niños, dependen de las escasas llamadas telefónicas o mensajes de texto del ejército israelí para alertarles de ataques inminentes.

"En Gaza no tenemos nada. No tienes dónde ir, ni refugios antiaéreos, ni albergues, estás en la calle. Si tienes la suerte de recibir siquiera una alerta que te diga que salgas de casa, sales diciendo: 'Gracias a Dios'", dijo Baroud.

La falta de protección contrasta fuertemente con los sistemas de defensa civil de Israel, que en los últimos días se ha enfrentado a intensas descargas de cohetes de Hamas. Israel presume de unas capacidades elaboradas y tecnológicamente avanzadas, que van desde la detección temprana por radar hasta el Domo de Hierro, destinadas a proteger a sus civiles en caso de ataque.

En Gaza, las llamadas de alerta o los mensajes de texto distan mucho de estar garantizados y, como mucho, dan a los residentes unos minutos para evacuar. A menudo, es cuestión de adivinar.

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Lo que queda del edificio de Maisara Baroud después de que los ataques aéreos israelíes lo convirtieran en escombros. Crédito: Cortesía de Marisara Baroud

La falta de defensa civil también ha afectado a los trabajadores humanitarios y médicos internacionales, que se enfrentan a avisos esporádicos y repentinos de los contraataques israelíes.

Una publicación de Médicos Sin Fronteras del martes señalaba cómo algunos de los miembros de su equipo en Gaza recibieron un mensaje de texto en mitad de la noche diciéndoles que evacuaran sus casas.

"Tienes que despertar a tus hijos en mitad de la noche y abandonar tu casa, sin llevarte ninguna de tus pertenencias", decía el mensaje.

La Dra. Barbara Zind, pediatra estadounidense que se encuentra en Gaza en misión médica, hablaba este martes con CNN sobre su estancia en la zona cuando su entrevista se vio interrumpida por los fuertes bombardeos frente a su hotel. A la pregunta de si podía buscar un refugio seguro, respondió: "Aquí no hay refugios antiaéreos".

Las llamadas telefónicas de advertencia de los israelíes también tienen más probabilidades de no ser atendidas en Gaza debido a los continuos apagones. La única central eléctrica del territorio se quedó sin combustible este miércoles y dejó de funcionar, después de que Israel ordenara un "asedio total" y cortara el acceso a alimentos, combustible, agua y electricidad.

Israel, sin embargo, ha invertido mucho a lo largo de los años en sus sistemas de defensa civil para proteger a la población civil de los cohetes y morteros disparados por Hamas y otros grupos extremistas de la región. Su elaborada y tecnológicamente avanzada capacidad tiene por objeto proteger a su población y minimizar los daños en caso de ataque con cohetes.

Así funciona el Domo de Hierro de Israel: ¿podría quedarse sin municiones? 1:37

Azriel Bermant, investigador principal del Instituto de Relaciones Internacionales de Praga, afirma que Israel es "muy fuerte y está bien organizado" en el frente de la defensa civil.

"Se trata de salvar vidas, de reforzar la moral, de reducir la presión sobre el gobierno para que envíe fuerzas terrestres. Si el gobierno sabe que el público está protegido, especialmente en una situación de guerra, siente que el público apoyará al gobierno en lo que haga", dijo Bermant.

Las Fuerzas de Defensa israelíes han desarrollado sistemas de alerta temprana que hacen sonar sirenas cada vez que se lanzan cohetes hacia Israel. Estos sistemas de alerta son capaces de calcular el lugar en el que está previsto que caiga un cohete y hacen sonar una sirena en la zona objetivo, lo que a menudo permite a los residentes buscar refugio con tiempo.

Las capacidades de defensa civil también están integradas en la infraestructura de Israel. La legislación israelí exige que todas las viviendas, edificios residenciales y naves industriales dispongan de refugios antiaéreos. Estos refugios resultan cruciales para proteger a los israelíes cuando suenan las sirenas de advertencia, ya que proporcionan al público lugares seguros y fortificados para esconderse de los cohetes que se aproximan.

Israel también cuenta con medidas de defensa activas clave. La más destacada es el sistema Domo de Hierro.

Desplegado en 2011, el Domo de Hierro está diseñado para derribar proyectiles entrantes. Está equipado con un radar que detecta cohetes y utiliza un sistema de mando y control que calcula rápidamente si un proyectil representa una amenaza o si es probable que impacte en una zona despoblada. Si el cohete representa una amenaza, el Domo de Hierro dispara misiles desde tierra para destruirlo en el aire.

Bermant afirmó que, en lo que respecta a la defensa antimisiles, "no hay duda de que salva vidas", y que también puede actuar como elemento disuasorio.

Sin embargo, el sistema no es infalible, y cuando el volumen de cohetes disparados por Hamas llega en andanadas intensas, decide cuáles suponen una mayor amenaza para las zonas urbanas y las infraestructuras, y apunta a ellas. Algunos cohetes consiguen pasar.

Además, Israel lleva a cabo varias campañas de concienciación para educar a la población sobre las mejores prácticas en respuesta a las sirenas antiaéreas, como dónde ir, cuánto tiempo se tiene para encontrar refugio y qué hacer si no hay un lugar seguro disponible.

Con muchos menos recursos, Gaza no ha construido nada comparable a los sistemas de defensa israelíes. Aunque Hamas construyó una red de túneles subterráneos para sus combatientes, no ha invertido en refugios civiles ni en redes de alerta.

Gaza está aislada del resto del mundo por un bloqueo israelí terrestre, aéreo y marítimo que se remonta a 2007, con fuertes restricciones a la circulación de mercancías. Human Rights Watch la ha descrito como "la mayor prisión al aire libre del mundo".

"La disparidad se debe principalmente al bloqueo, que realmente ha socavado la infraestructura de Gaza. Toda la entrada de bienes, todos los recursos que podrían utilizarse para construir ese tipo de sistema están restringidos", afirmó Tareq Baconi, presidente de la junta directiva de la red política palestina Al-Shabaka.

La falta de defensas ha dejado a civiles como Baroud viviendo atemorizados. Mientras examina las ruinas de su edificio, dice que se pregunta por qué su casa fue atacada.

"No dejo de preguntarme por qué. No tiene sentido preguntarse por qué".