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CNN explica: la saga de las investigaciones que enfrenta el expresidente Donald Trump
03:20 - Fuente: CNN

(CNN) – Un plomero, una mucama, un chofer y un carpintero están entre los empleados y trabajadores contratados de Mar-a-Lago que los fiscales federales podrían llamar a testificar contra el expresidente Donald Trump y sus dos coacusados en su próximo juicio penal en Florida, según múltiples personas familiarizadas con la investigación.

CNN reunió una imagen completa de cómo los fiscales están estructurando su caso contra Trump sobre su mal manejo de documentos clasificados encontrados en Mar-a-Lago.

Mientras que algunos de los testigos que pueden ser llamados a declarar provienen del círculo íntimo de Trump, incluyendo personas que lo acompañaron durante su carrera en los negocios, como candidato político y de su tiempo en la Casa Blanca, otros testigos potenciales son los tipos de trabajadores rara vez notados por los huéspedes ricos de Mar-a-Lago, según las fuentes.

Otros testigos probables también incluyen agentes del Servicio Secreto de Trump, exfuncionarios de inteligencia, así como personas que estaban en la habitación con Trump cuando fue capturado en múltiples grabaciones de audio haciendo referencia a un documento militar sobre posibles planes para bombardear Irán, según las fuentes.

Pero, si los trabajadores de bajo nivel, que eran los ojos y los oídos de Mar-a-Lago, son llamados a testificar, podrían ofrecer al público un nuevo nivel de conocimiento sobre el exclusivo club y el enfoque de Trump sobre la información sensible de seguridad nacional desde que dejó la Presidencia. Algunos de ellos siguen trabajando en Mar-a-Lago.

Actualmente, está previsto que el juicio comience en Florida en mayo, mucho antes de las elecciones presidenciales de 2024. Pero la jueza federal que preside el caso, Aileen Cannon, está considerando trasladar el juicio hasta después de las elecciones, enterrando potencialmente los detalles sobre el comportamiento de Trump hasta después de que los votantes acudan a las urnas.

En total, los fiscales podrían utilizar a estos testigos para explicar a un jurado el ambiente desenfrenado que presidió Trump tras dejar la Casa Blanca. Los testigos potenciales ya hablaron —algunos varias veces— con los investigadores federales en detalle sobre el nivel de seguridad en el complejo Mar-a-Lago, incluyendo cómo se guardaban allí las cajas de documentos y si eran visibles o los visitantes de la propiedad podrían haber tenido acceso a ellas.

Un portavoz de la oficina del fiscal especial declinó hacer comentarios para esta historia. Un portavoz de Trump no respondió de inmediato a la solicitud de comentarios de CNN.

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Capacidad nuclear, datos que contenía uno de los documentos encontrados en Mar-a-Lago, según The Washington Post
03:03 - Fuente: CNN

Relatos de testigos oculares

Algunos de los testigos dijeron a los investigadores que lo que vieron en Mar-a-Lago les llamó la atención y les pareció inusual, fuera de lugar o potencialmente sospechoso.

Un carpintero del sur de Florida, por ejemplo, instaló molduras de corona en el dormitorio de Trump en febrero de 2022 y vio papeles, según tres fuentes que hablaron con CNN sobre lo que dijo a los investigadores. Si bien la pila de papeles que vio pueden haber sido documentos clasificados, no estaba del todo claro para el carpintero lo que había notado esparcido por la propiedad.

“Cree que vio cosas, pero no sabe lo que eran; al final dijo a los investigadores que pensaba que lo que había visto podía ser utilería para una película”, según una fuente familiarizada con la investigación.

Una camarera que limpiaba la suite de Trump, un fontanero que trabajó en la propiedad unos días a la semana durante años y varios otros trabajadores de mantenimiento también se encuentran entre los posibles testigos, dijeron las fuentes. Algunos de los trabajadores pueden no ser llamados en última instancia como testigos por los fiscales que llevan el caso, y pueden incluso no haber notado cajas o papeles alrededor de la propiedad, según fuentes familiarizadas con la investigación.

Aún así, los fiscales que trabajan para el fiscal especial Jack Smith dejaron claro en su acusación de junio contra Trump que la laxitud de la seguridad una vez que los visitantes estaban dentro del complejo Mar-a-Lago es un tema que tienen la intención de destacar ante un jurado.

“Mar-a-Lago era un club social activo que, entre enero de 2021 y agosto de 2022, acogió eventos para decenas de miles de miembros e invitados”, incluyendo estrenos de cine, bodas y recaudaciones de fondos, dice la acusación.

Los investigadores preguntaron a un chófer por empresarios poderosos, incluidos extranjeros, que habían visitado el club como invitados VIP, según una fuente. Por ejemplo, el chófer describió el transporte del multimillonario australiano Anthony Pratt, que también podría ser llamado como testigo.

Pratt visitó a Trump en Mar-a-Lago después de que éste dejara el cargo de presidente, y el expresidente compartió con Pratt información sensible sobre submarinos nucleares estadounidenses, según dijeron dos fuentes a la CNN. Ese detalle fue reportado previamente por ABC News. Ese incidente no está entre los casos de mal manejo de información de seguridad nacional de los que se acusa a Trump.

CNN se puso en contacto con el representante de Pratt.

Un club muy concurrido

En su escrito de acusación de junio, los fiscales señalaron que Mar-a-Lago cuenta con 25 habitaciones para huéspedes, dos salones de baile, un spa, una tienda de regalos, oficinas y una piscina e instalaciones para hacer ejercicio. Más de 150 trabajadores —desde empleados temporales a personal a tiempo completo— pululaban por allí.

Es probable que ese escenario cobre vida a través del testimonio de los testigos en el juicio.

Esta foto del Departamento de Justicia de EE.UU. muestra material clasificado de inteligencia hallado durante el registro de Mar-a-Lago. A la izquierda, un archivador fabricado por Sligh Furniture. A la derecha, la portada de la revista Time del 4 de marzo de 2019.

Los fiscales dicen que el club no era un lugar donde los documentos clasificados pudieran ser legalmente almacenados, poseídos, revisados, mostrados o incluso discutidos después de enero de 2021, lo que hace que la presencia de personas sin autorizaciones de seguridad sea un riesgo para la seguridad nacional.

A Trump se le acusa de haber manejado indebidamente 32 registros de seguridad nacional —la mayoría marcados como clasificados— que guardó tras la Presidencia, en su mayoría en cajas en Mar-a-Lago. También se le acusa de trabajar con sus dos coacusados —Walt Nauta, su guardaespaldas, y Carlos De Oliveira, un aparcacoches convertido en administrador del club— para intentar ocultar algunas de las cajas al Gobierno federal y borrar las grabaciones de seguridad del traslado de las cajas.

En los últimos procedimientos judiciales, los fiscales han identificado públicamente a algunos posibles testigos, entre ellos una recepcionista del club, el jefe de mantenimiento y un ayudante personal de Trump.

Red social de Mar-a-Lago

Algunas de las personas identificadas a CNN como posibles testigos son antiguos empleados de la propiedad de Trump que viven en el sur de Florida y que habían oído de boca en boca que los trabajadores de Trump se habían centrado en intentar borrar las grabaciones de seguridad.

Muchos de los anteriores y actuales empleados del club siguen en contacto regular, y se transmitieron unos a otros las noticias del registro del FBI en el complejo cuando se produjo en agosto de 2022. Antes de eso, varios de ellos habían sido contactados por investigadores federales para entrevistas iniciales. Algunos de ellos se sentaron para entrevistas adicionales con los fiscales y comparecieron ante un jurado investigador.

Jim Trusty, un abogado que dejó de representar al expresidente en el caso de los documentos después de que Trump fuera acusado, dijo a Kaitlan Collins de CNN en “The Source” este jueves que mucha “sal de la tierra, gente buena, gente trabajadora abajo en la escena de Mar-a-Lago”, fueron intimidados “agresivamente” por el Departamento de Justicia y el FBI.

“Es el tipo de cosa en la que, Kaitlan, podrías conducir por Mar-a-Lago, ir a la playa y recibir una citación”, dijo Trusty.

Los investigadores federales buceando a fondo en la nómina de Mar-a-Lago enfurecieron al expresidente, que pasa el invierno en la propiedad de Florida y regularmente se hace fotos con invitados en el club. Cuando, por ejemplo, se pidió a la camarera que limpia su suite que hablara con los investigadores, la respuesta de Trump fue “balística”, dijo una fuente a CNN.

Vista aérea de la finca Mar-a-Lago del expresidente Donald Trump se ve el 10 de agosto de 2022, en Palm Beach, Florida.

Un testigo clave, Yuscil Taveras, renunció recientemente a su trabajo en el club como director de informática cuando se acercaba el día de apertura de la temporada de invierno en el sur de Florida, según dos fuentes que hablaron con CNN. Taveras es identificado en la acusación como “Empleado 4 de Trump” y se reveló públicamente que había recibido un trato favorable de los fiscales a cambio de su cooperación.

Sin embargo, Trump no sabía que había seguido empleado en el club después de su separación de un abogado proporcionado por Trump este verano, y el expresidente no estaba contento de escuchar que Taveras había seguido trabajando allí, dijeron las fuentes.

Un abogado de Taveras declinó hacer comentarios.

– Kristen Holmes, Blake Ellis, Melanie Hicken, Daniel Medina, Piper Hudspeth Blackburn y Denise Royal de CNN contribuyeron a este informe.