Abu Dhabi, EAU (CNN)– El Ejército de Israel está reforzando su control sobre el norte de Gaza, mientras su guerra contra el grupo extremista Hamas no muestra signos de disminuir.
Sin embargo, tras casi seis semanas de conflicto, Israel aún no ha presentado un plan claro de posguerra para el territorio.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, declaró la semana pasada que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) habían cortado efectivamente el territorio de Gaza en dos, y el martes afirmó que Hamas había perdido el control en el norte de Gaza, incluida la Ciudad de Gaza.
El Ejército israelí asaltó el miércoles el mayor hospital de Gaza, Al-Shifa, tras afirmar que Hamas había construido un centro de mando bajo el extenso complejo médico.
Este jueves, el Ejército israelí hizo público un video de lo que denominó un “pozo de túnel operativo” desenterrado en los terrenos del hospital. Hamas respondió acusando a Israel de ofrecer “escenarios falsos, relatos inventados e información distorsionada” sobre Al-Shifa.
Pero, ¿cuál es el plan de Israel para Gaza si logra su objetivo de eliminar a Hamas? Algunos expertos afirman que Israel puede no tener una idea clara.
“Israel declaró claramente objetivos e imperativos de seguridad para la Gaza de la posguerra, pero hasta ahora no han ofrecido nada parecido a un plan viable para las siguientes etapas”, dijo a CNN Frank Lowenstein, que trabajó como enviado especial para las negociaciones entre israelíes y palestinos bajo el Gobierno del presidente estadounidense Barack Obama durante la guerra entre Israel y Gaza de 2014.
“Ellos (Israel) argumentarían que tienen tiempo para resolver eso después de la operación militar”, dijo Lowenstein.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha ofrecido poca información sobre su plan para Gaza tras la operación militar. El líder de 74 años, que ha estado al frente de varios conflictos entre Israel y Gaza, declaró a CNN que su operación militar tiene dos objetivos: destruir a Hamas y recuperar a los más de 200 rehenes secuestrados el 7 de octubre por el grupo, que también mató a unas 1.200 personas en Israel durante su asalto sin precedentes.
Más allá de esas vagas insinuaciones, Netanyahu no ha proporcionado una estrategia definida para el territorio, donde más de dos tercios de sus 2 millones de habitantes son ahora desplazados internos, y donde más del 40% de todas las viviendas han sido destruidas o dañadas, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés), citando al Ministerio de Vivienda de Gaza.
“Israel se metió en esto sin un plan claro para el día después”, afirmó Daniel Levy, presidente del US-Middle East Project, organización con sede en Londres y Nueva York cuyo objetivo es encontrar soluciones al conflicto palestino-israelí.
¿Qué papel pueden desempeñar los palestinos?
En la entrevista del domingo con Dana Bash, de CNN, Netanyahu dijo que Gaza podría ser gobernada en última instancia por alguna forma de gobierno civil palestino, aunque uno que cooperara plenamente con los objetivos de seguridad de Israel, que describió como “cobertura militar primordial y de gran alcance”. No dio detalles de lo que eso significaba exactamente.
Estados Unidos ha advertido contra la reocupación de Gaza por Israel y ha insistido en el futuro papel del Gobierno Autónomo Palestino. El líder israelí rara vez oculta su desdén por dicha organización pero, quizá consciente de su audiencia estadounidense, declaró a CNN que podría haber un papel para “una autoridad civil reconstruida… algún tipo de Gobierno Autónomo Palestino civil” en Gaza tras la guerra. Netanyahu subrayó que tendría que desradicalizar y desmilitarizar a su población.
Sin embargo, los expertos han cuestionado la viabilidad de esta ambición. Levy afirmó que los palestinos se mostrarán reacios a colaborar con Israel después de la guerra, que hasta ahora ha terminado con la vida de más de 11.000 personas en Gaza, según el Ministerio de Sanidad palestino en Ramala, citando fuentes médicas de Gaza controlada por Hamas. “No estoy seguro de que vaya a haber voluntarios para eso”, dijo Levy a Christiane Amanpour de CNN este miércoles. “No creo que sea sensato que ningún movimiento palestino diga: haremos esto bajo la atenta mirada de Israel”.
El Gobierno Autónomo Palestino tiene una historia turbulenta en Gaza, y fue expulsado por Hamas en 2007 tras una breve guerra civil, lo que le dejó con una autoridad limitada solo sobre algunas partes de la Ribera Occidental. Los analistas no se ponen de acuerdo sobre si funcionaría devolver su control sobre Gaza.
Kobi Michael, investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) de Tel Aviv, afirmó que el Gobierno Autónomo “no es la solución, sino el problema”, y añadió que no ha gestionado la Ribera Occidental con eficacia y sufre un “enorme déficit de legitimidad en su propio electorado”.
El Centro Palestino de Investigación de Políticas y Encuestas de Ramala concluyó el año pasado que más del 70% de los palestinos estaban descontentos con Mahmud Abbas, el envejecido presidente del Gobierno Autónomo Palestino. Según el sondeo, el 74% exigía su dimisión.
Levy, del US-Middle East Project y antiguo negociador de paz israelí, afirmó que una de las principales razones por las que Abbas ha perdido popularidad es que ha aceptado colaborar con Israel, y que los asentamientos israelíes bajo su mandato no han hecho más que extenderse por la Ribera Occidental.
Lowenstein, sin embargo, dijo a CNN que “es difícil ver otras opciones realistas que no sean traer de vuelta al Gobierno Autónomo Palestino en alguna capacidad”. Las partes interesadas regionales e internacionales, dijo, serán reacias a contribuir a la costosa reactivación de Gaza sin “un horizonte político para una solución de dos Estados”.
“La verdadera cuestión puede ser si el Gobierno Autónomo Palestino tendría realmente la voluntad y la capacidad de desempeñar un papel significativo”, dijo Lowenstein, añadiendo que “ya han dejado claro que no tomarán el poder con los tanques israelíes en la espalda o sin un camino hacia un Estado independiente”.
Actores regionales
Tanto los palestinos como los actores regionales pueden mostrarse reacios a aceptar lo que Israel ha sugerido hasta ahora, según los expertos.
Varias potencias regionales clave, Egipto, Jordania, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, han insistido en la solución de los dos Estados como única vía hacia la paz.
Los países árabes son reacios a aceptar las cuestiones planteadas por Netanyahu, dijo Lina Khatib, directora del Instituto SOAS de Medio Oriente en Londres.
“Lo que quieren, en cambio, es que se forme una coalición palestina bajo el paraguas de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) y que esa coalición tenga una representación más amplia que la que tiene actualmente el Gobierno Autónomo Palestino”, dijo Khatib a Becky Anderson, de CNN.
De ese modo, dijo, el territorio tendría un gobierno “quizá más legítimo en lo que respecta a los palestinos, tanto en Gaza como en la Ribera Occidental”.
La OLP se formó en la década de 1960 y gozó durante décadas de la reputación entre los palestinos de ser la voz legítima de su resistencia.
Michael del INSS, que anteriormente fue jefe de la oficina palestina en el Ministerio de Asuntos Estratégicos de Israel, afirmó que el nivel bilateral de negociaciones israelíes-palestinas “se ha agotado”, y añadió que “lo máximo que Israel puede dar a los palestinos no satisface lo mínimo que éstos piden y viceversa”.
El conflicto, dijo, debe verse como una cuestión regional y no solo entre palestinos e israelíes. Los actores regionales deben desempeñar papeles más significativos, afirmó.
Incluso antes de la crisis actual, los casi 17 años de bloqueo de Gaza han destrozado su economía y han hecho que el 80% de su población dependa de la ayuda internacional, según un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Esta guerra ha hecho retroceder décadas a la economía palestina, tanto en Gaza como en la Ribera Occidental, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), sin presentar una estimación de los costos de reconstrucción de Gaza, dada la incertidumbre actual en torno a la duración de la campaña israelí.
El Instituto Palestino de Investigación sobre Política Económica, sin embargo, cifró esa estimación en hasta US$ 20.000 millones para los próximos cinco años. También afirmó que “ninguna parte palestina por sí sola puede reconstruir Gaza tras la guerra, ni restaurar su devastada economía, en ausencia de una generosa ayuda internacional”.
Los expertos han señalado al PNUD y a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) como algunos de los actores clave que podrían ayudar a distribuir la ayuda y reconstruir el territorio, pero han advertido de que los países donantes no solo tendrán que contribuir generosamente, sino que los grupos de ayuda tendrán que sentir que pueden operar allí con seguridad.
Los expertos afirman que, dado que Israel no da muestras de sucumbir a las presiones para acordar un alto el fuego, el conflicto corre el riesgo de prolongarse, y es probable que la presencia israelí en Gaza continúe en un futuro previsible.
Levy advirtió que, a menos que se aborde el “problema de la desposesión, la apatridia y la falta de derechos de los palestinos”, el resultado más probable del conflicto actual será que “Hamas seguirá existiendo”.
“Puede que su capacidad militar haya disminuido, (pero) políticamente probablemente sea más fuerte que antes”, afirmó. “Todavía habrá un Hamas”.
En cuanto a una futura resolución, Lowenstein dijo que habrá que trabajar mucho si se reaviva la solución de los dos Estados, ya que estaba “en el mejor de los casos con soporte vital antes del conflicto” y “a menudo más como tema de conversación que como política”.
Se necesita “un liderazgo con visión de futuro y decisiones difíciles” para cambiar el curso del conflicto actual, añadió, “lo que es realmente difícil de imaginar en el clima político actual”.
“Pero quizá esto acabe por hacer que ambas partes se den cuenta de que realmente no hay alternativa viable”, añadió.