(CNN) – No debería ser difícil condenar categóricamente el vil uso que los terroristas de Hamas hacen de la violación como arma de guerra contra las mujeres y niñas israelíes.
Y la idea de que Israel pueda pensar que una proporción de dos civiles muertos por cada combatiente de Hamas en Gaza sería un resultado “tremendamente positivo” es insensible.
Pero las encarnizadas disputas sobre estas dos cuestiones ponen de relieve la extrema politización del conflicto y, lo que es más importante, amenazan con restar importancia a la inhumanidad de una guerra que se cobra un horrible tributo entre civiles indefensos.
El primer episodio afecta a la representante demócrata Pramila Jayapal, que el martes se vio obligada a emitir una larga declaración retractándose de sus comentarios del domingo a Dana Bash, de CNN, en el sentido de que las “horribles” violaciones deben “equilibrarse” con las muertes de civiles en Gaza.
El segundo drama tiene su origen en los comentarios del portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Jonathan Conricus, también en CNN, sobre las muertes de civiles palestinos, que el teniente coronel también se vio obligado a aclarar.
La polémica sobre los comentarios de Jayapal se produce tras un periodo, anterior a los últimos atentados de Hamas, en el que algunos miembros de la izquierda han sido criticados por parecer menos proclives a condenar los crímenes contra la humanidad perpetrados contra judíos que contra otros grupos étnicos. Y los progresistas de todo el mundo occidental, muchos de los cuales apoyan a los palestinos, han sido a veces menos estridentes de lo que podrían haber sido en su intento de erradicar el antisemitismo.
Resulta difícil ver las imágenes de los días en los que Hamas arrasa las comunidades de los kibbutz y los afligidos palestinos sacan a los niños muertos de entre los escombros de sus casas. Pero si el mundo no se entera, la realidad de la matanza corre el riesgo de quedar eclipsada por discusiones sobre el impacto relativo de los horrores sufridos por cada bando o por los típicos marcadores de puntos diplomáticos y políticos de los conflictos en el Medio Oriente.
Condenar enérgicamente el mal que se desencadenó el 7 de octubre debería ser una decisión fácil, incluso para los críticos de Israel que desaprueban sus políticas a largo plazo hacia los palestinos. Y no tiene por qué verse como un respaldo a las políticas de línea dura del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Del mismo modo, los esfuerzos para mitigar el baño de sangre de civiles en Gaza no deben verse como una aceptación implícita del fascismo teocrático de Hamas. El hecho de que ninguna de las dos cosas se dé por sentada resume la escasez de debate político sobre la guerra, su dificultad y, en última instancia, la tragedia de este conflicto que se repite sin cesar.
A menudo, el deseo de sacar provecho político de la situación proviene de quienes no tienen contacto directo con la agonía humana de quienes están en la línea de fuego. La difícil situación de los civiles palestinos, por ejemplo, a veces se coopta en narrativas anticolonialistas interesadas favorecidas por la izquierda estadounidense. Una reacción contra los judíos estadounidenses por la conducta de Israel desde el ataque del 7 de octubre tiene a muchos traumatizados.
Horrendos relatos de violaciones
La reacción ante los atroces informes de violaciones sistemáticas y mutilaciones genitales perpetradas por combatientes de Hamas pone de relieve cómo la política determina las respuestas a la guerra.
La imprecisión de las declaraciones de Jayapal en CNN dejó la impresión de que no condenaba estos ultrajes con suficiente firmeza. El congresista demócrata de Florida Jared Moskowitz dijo el martes a Jake Tapper, de CNN, por ejemplo, que “era casi como si a la congresista le preocupara estar criticando demasiado a Hamas”.
Tras dos días de críticas, Jayapal aclaró y amplió sus comentarios en un momento de creciente furia israelí contra las Naciones Unidas y otras instituciones por una percibida lentitud en la condena de las atrocidades.
“Permítanme dejar claro una vez más que condeno inequívocamente el uso por parte de Hamas de la violación y la violencia sexual como acto de guerra”, escribió Jayapal. “Esto es horrible y en todo el mundo, debemos estar junto a nuestras hermanas, familias y sobrevivientes de violación y asalto sexual en todas partes para condenar esta violencia y responsabilizar a los perpetradores”. Y añadió: “Mi comentario sobre el equilibrio no se refería a la violación ni pretendía minimizar en modo alguno la violación y la agresión sexual. Se trataba de reconocer el tremendo dolor y trauma de tantas personas -israelíes, palestinos y sus comunidades en la diáspora- en esta terrible guerra”.
La declaración de Jayapal, que preside el grupo parlamentario progresista del Congreso, fue uno de los signos más claros de que la guerra de Gaza ha provocado profundas divisiones políticas en Estados Unidos, especialmente en el Partido Demócrata, que amenazan con perdurar en 2024 y podrían afectar a las esperanzas de reelección del presidente Joe Biden. El presidente, cuyo gobierno ha pasado los últimos días instando a Israel a reducir el número de víctimas civiles palestinas, emitió el martes su propia declaración de condena de las violaciones. Lamentó “los informes de mujeres violadas repetidamente y sus cuerpos mutilados en vida, de cadáveres de mujeres profanados, de terroristas de Hamas que infligen tanto dolor y sufrimiento a mujeres y niñas como les es posible y luego las asesinan”.
“Es espantoso”, añadió el presidente.
La falta de atención mundial a la violencia sexual llevó a Netanyahu a increpar a las instituciones internacionales el martes en un discurso televisado, cuando exclamó: “¿Dónde demonios están?”.
Los terribles relatos de las violaciones y agresiones se difundieron en un acto celebrado el lunes en Naciones Unidas, organizado por Israel, en el que intervinieron voluntarios y soldados que ofrecieron desgarradores testimonios sobre la mutilación sexual de algunos de los cadáveres que encontraron. La exejecutiva de Facebook Sheryl Sandberg advirtió: “El silencio es complicidad”, y añadió: “La violación nunca debe ser utilizada como un acto de guerra”
Y la ex secretaria de Estado Hillary Clinton dijo: “Las organizaciones, los gobiernos y los individuos que están comprometidos con un futuro mejor para las mujeres y las niñas tienen la responsabilidad de condenar toda violencia contra las mujeres”.
“Es indignante que algunos que dicen defender la justicia cierren los ojos y el corazón ante las víctimas de Hamas”.
Cómo explican los defensores de Israel la matanza de civiles
La falta de voluntad de algunos para reconocer plenamente el horror de las violaciones de civiles israelíes se refleja en la forma en que a veces se explican las víctimas civiles en Gaza.
Los partidarios más cercanos de Israel en Estados Unidos señalan a menudo, con razón, que Hamas infiltra sus fuerzas en zonas civiles para crear indignación internacional cuando mueren personas inocentes en ataques de represalia contra sus posiciones. El gobierno de Israel insiste en que toma medidas meticulosas para evitar matar a civiles. Pero esto no exime necesariamente al gobierno de Netanyahu de las consecuencias morales que conlleva una ofensiva que ha matado a tantos inocentes. Casi 16.000 palestinos han muerto desde el 7 de octubre, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamas, aunque esas cifras no distinguen entre combatientes y civiles.
Ha habido “muchos, muchos miles de inocentes muertos” en Gaza, dijo el coordinador de comunicaciones estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, a los periodistas en una charla virtual el lunes.
El gobierno de Biden, que ha sido incondicional a la hora de defender el derecho de Israel a defenderse de Hamas y de oponerse a un alto el fuego permanente, ha advertido a su aliado de que no repita en el sur de Gaza la devastación que provocó en el norte durante la fase de su operación, cuando decenas de miles de palestinos huyeron hacia el sur.
Pero la intensidad de los combates en Gaza, y la destrucción humanitaria contabilizada por las agencias internacionales de ayuda, plantea serias dudas sobre si Israel habrá escuchado.
En la derecha conservadora, el senador republicano por Carolina del Sur Lindsey Graham, hablando el domingo en CNN en contra de un alto el fuego, desestimó las advertencias de que las bajas civiles palestinas engendrarían más terrorismo, pareciendo justificar racionalmente esas bajas con el argumento de que a los palestinos “se les enseña desde que nacen a odiar a los judíos y a matarlos”.
Este es el trasfondo del comentario de Conricus sobre la supuesta proporción entre combatientes de Hamas y civiles muertos, una valoración de la que informó por primera vez la agencia de noticias AFP el lunes. Sea cierto o no, Conricus calificándolo de “tremendamente positivo” parece insensible. Al igual que Jayapal, Conricus ofreció su retractación, afirmando que las FDI trataban de matar al menor número posible de civiles y añadió: “Cada pérdida de vidas es triste, debería haber elegido mis palabras con más cuidado”.
Léo Cans, jefe de misión para Palestina de Médicos Sin Fronteras, pintó un cuadro de horror humano absoluto dentro de Gaza en una entrevista con CNN Internacional el martes. Habló de un sistema sanitario colapsado, de falta de alimentos, agua potable y refugio y de palestinos bombardeados en zonas en las que Israel sugirió que estarían a salvo. Irónicamente, su lenguaje recordó la petición de Netanyahu para que el mundo exterior tomara nota de las atrocidades que representan las violaciones de Hamas. “Es realmente un ataque a la humanidad lo que está ocurriendo ahora mismo en Gaza, me refiero a la humanidad de todos nosotros”, dijo Cans a Isa Soares desde Jerusalén. “El mundo está observando lo que ocurre allí. Me pregunto dónde está la comunidad internacional. ¿Dónde están para detener este bombardeo indiscriminado y desproporcionado que se está produciendo ahora mismo en Gaza?”.
Funcionarios estadounidenses declararon el martes a CNN que esperan que la operación terrestre de Israel en Gaza dure varias semanas antes de que en enero pase a una estrategia localizada y de menor intensidad dirigida contra combatientes y dirigentes de Hamas. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses siguen profundamente preocupados por cómo se desarrollará una ofensiva que ha tenido un costo devastador.
Ese plazo significa que, no por primera vez en esta horrible guerra, los civiles se llevarán la peor parte.