(CNN Español) – Todo terminó en apenas una hora y 15 minutos, hace exactamente 82 años. Más de 350 aviones japoneses, anunciados apenas por el zumbido ensordecedor de sus motores radiales y cubriendo temporalmente los cielos de Hawai, emergieron desde el norte y se lanzaron sobre el puerto de Pearl Harbor en la isla de Oahu.
Aunque la Segunda Guerra Mundial transitaba su tercer año, y prácticamente no quedaba rincón del mundo sin sentir sus efectos, Estados Unidos seguía siendo neutral y había paz con Japón.
Pero el ataque sobre Pearl Harbor, del que se cumplen 80 años, cambiaría todo eso y sumaría el frente del Pacífico a un conflicto que ya estaba arrasando con Europa, el norte de África y China, y en el que ningún océano parecía demasiado lejos para los submarinos alemanes.
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Sin declaración de guerra (el documento llegaría a Washington después del ataque), Japón lanzó el 7 de diciembre de 1941 un ataque sorpresa contra la Flota del Pacífico de Estados Unidos apostada en Pearl Harbor, con el fin de dejarla fuera de combate. Las consecuencias fueron inimaginables.
¿Qué buscaba Japón con este ataque?
El Imperio del Sol Naciente esperaba impedir una intervención de Estados Unidos en sus ofensivas en el sureste asiático, rico en recursos -especialmente luego del embargo estadounidense contra Japón en 1941-, y en la guerra que peleaba contra China desde 1937, en la que Washington apoyaba al gobierno nacionalista chino en su resistencia a Japón.
“Los planificadores militares japoneses concibieron Pearl Harbor como una de una serie de operaciones periféricas simultáneas para asegurar la victoria en China”, escribió la especialista en estrategia naval Sarah C. Paine en su libro “El imperio japonés”.
En la estrategia inicial de Japón, el enfrentamiento inevitable con su enemigo del otro lado del Pacífico, Estados Unidos, debía ocurrir en aguas territoriales japonesas.
Allí, se esperaba, una poderosa flota podría dar un golpe de gracia a la escuadra enemiga, ya debilitada por los submarinos desde el inicio de su travesía desde Pearl Harbor hasta el combate, como reconstruye el historiador estadounidense John Toland en su libro “The Rising Sun” (El sol naciente).
Pero a comienzos de la década de 1940, cuando avances tecnológicos y tácticos mostraron el potencial de los portaaviones, el almirante Isoroku Yamamoto, comandante de la marina japonesa, diseñó un cambio de estrategia: la flota estadounidense podía ser devastada en su puerto en Pearl Harbor antes de que zarpara. El tiempo que le tomaría a Estados Unidos reemplazar las pérdidas sería suficiente para que Japón conquistara y atrincherara todo el sureste asiático, señala Toland.
Los japoneses tenían, además, un antecedente en su historia: el ataque sorpresa contra la flota de Rusia en Port Author en 1904, que dio inicio a la guerra rusojaponesa que culminó con una victoria aplastante de Tokio.
Una gran ofensiva japonesa en Asia
De hecho, Pearl Harbor fue apenas uno de una serie de ataques coordinados lanzados por Japón contra posiciones e intereses de Estados Unidos, el Reino Unido y otras potencias occidentales en el Pacífico, además de otros países de la región del sureste asiático.
El 8 de diciembre, horas después de Pearl Harbor, Japón invadió Tailandia; Filipinas, Guam y Wake, controladas por Estados Unidos; Malasia y Hong Kong, controladas por el Reino Unido; y las Indias Orientales Neerlandesas, controladas por los Países Bajos.
Y el 16 de diciembre expulsó a británicos y holandeses de Borneo.
“Pearl Harbor es una simplificación estadounidense. Los días 7 y 8 de diciembre de 1941, Japón atacó no solo Hawai, sino también los intereses británicos y holandeses a través del Pacífico en lo que resultaron ser los ataques simultáneos más exitosos de la historia de la humanidad”, señaló Paine.
El golpe a la flota de Estados Unidos en el Pacífico
Yamamoto y el capitán Minoru Genda concibieron el ataque sorpresa, en gran parte inspirados por una operación similar lanzada por el Reino Unido contra la flota italiana en Taranto, en 1940.
De acuerdo con datos del Museo Nacional de Estados Unidos sobre la Segunda Guerra Mundial, 353 aviones de combate japoneses participaron del ataque, incluyendo 131 bombarderos en picado, 103 bombarderos, 79 cazas y 40 torpederos.
Este contingente aéreo partió desde una inmensa flota de seis portaaviones —Akagi, Kaga, Soryu, Hiryu, Shokaku y Zuikaku—, asistida también por dos acorazados, dos cruceros pesados, 35 submarinos, dos cruceros livianos y 11 destructores, como reconstruye el Comando Naval de Historia y Patrimonio de la marina de Estados Unidos.
Hubo dos olas, cada una compuesta por unos 180 aviones, de acuerdo con esta misma fuente. La primera atacó Pearl Harbor a las 7:55 am de la mañana, y la segunda arribó a la isla a las 8:50 am.
Grandes pérdidas, que pudieron ser peores
Una hora y 15 minutos después del inicio del ataque, 19 buques de guerra de Estados Unidos habían sido gravemente dañados o hundidos, incluyendo 8 acorazados, además de 169 aviones destruidos. Murieron 2.403 personas, incluyendo 68 civiles.
Aunque tres portaaviones de Estados Unidos, núcleo de la Flota del Pacífico que pronto dejarían obsoletos a los acorazados, habían zarpado días antes para realizar maniobras y se salvaron del ataque.
Los japoneses, por su parte, perdieron 29 aviones y submarinos, con un total 129 muertos y un capturado.
El ataque tomó por sorpresa a la guarnición de Pearl Harbor. Japón había intentado entregar una declaración de guerra horas antes del ataque, para no violar la Convención de La Haya de 1907 y, al mismo tiempo, no darle tiempo a Estados Unidos para prepararse. Pero hubo retrasos y el mensaje no fue entregado al gobierno en Washington a tiempo: el ataque ya había comenzado, como recuerda el Centro Japonés de Registros Históricos de Asia (JACAR).
Hubo, sin embargo, dos avisos que no fueron tomados en cuenta.
El primero llegó el 6 de diciembre, cuando criptólogos de Estados Unidos interceptaron y descifraron un mensaje de los japoneses en el que se hablaba movimientos de buques y sus posiciones en Pearl Harbor. Pero sus superiores no lo tomaron con urgencia.
El segundo llegó el mismo día del ataque, cuando un operador de radar en Oahu detectó una enorme formación de aeronaves aproximándose. Pero sus superiores creyeron que se trataba de un grupo de bombarderos estadounidenses B-17 que se encontraba en vuelo al momento.
¿Qué pasó después de Pearl Harbor?
En los meses siguientes a Pearl Harbor, Japón continuó avanzando en el sureste asiático, en China y en el Pacífico, y sus principales aliados, Alemania e Italia, también declararon la guerra a Estados Unidos, llevando a la Segunda Guerra Mundial a su escala definitiva.
Pero en junio de 1942, unos seis meses después de Pearl Harbor, las flotas de portaaviones de Estados Unidos y Japón chocaron alrededor de la isla de Midway, sellando una derrota catastrófica para el imperio japonés: cuatro de sus portaaviones fueron hundidos en poco tiempo por los aviones embarcados estadounidenses.
“A nivel estratégico Pearl Harbor fue un desastre. Los japoneses juzgaron mal los intangibles de la guerra, lo que motivaba a los chinos y lo que motivaba a los estadounidenses. Como en China, la estrategia militar japonesa contra Estados Unidos produjo un enemigo mortal”, consideró Paine.
“Los chinos, sin embargo, carecían de la capacidad para amenazar las islas japonesas. Estados Unidos, por supuesto, podían hacerlo y lo hicieron”, agregó.
A partir de Midway, Estados Unidos tomó la iniciativa, movilizó sus incontables recursos e inició una larga campaña ofensiva en el Pacífico que culminaría en septiembre de 1945 con el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, y la derrota japonesa. El Imperio del Japón caería formalmente dos años después, con una nueva constitución redactada en medio de la ocupación.
Al final del conflicto, Japón había sufrido 3.100.000 muertos en todos los frentes, incluyendo 800.000 civiles, de acuerdo con la agencia japonesa Kyodo.
“¿Por qué un país del tamaño de California lanzó el ataque suicida a Pearl Harbor que lo involucró en una lucha a muerte con un enemigo diez veces más fuerte?”, se preguntaba Toland al comienzo de “The Rising Sun”.