(CNN Español) – Más de dos meses después del ataque de Hamas contra Israel, que dio inicio a una guerra en Gaza, la Asamblea General de la ONU aprobó el martes una resolución que demanda un alto el fuego y parece consolidar la presión internacional.
La medida, aprobada por 153 miembros (10 votaron en contra y 23 se abstuvieron) de la ONU, llega luego del bloqueo por parte de Estados Unidos de una resolución similar en el Consejo de Seguridad, y se suma a la creciente presión internacional sobre Israel por las muertes de civiles en Gaza, que alcanzan más de 18.000, según el Ministerio de Salud palestino, controlado por Hamas.
La Asamblea General ya había aprobado en octubre otra resolución en la que, en lugar de “demandar”, “pedía” un alto el fuego, por lo que esta nueva expresión es vista por algunos como un hecho “histórico” en este contexto.
¿Qué efectos tiene una resolución de la Asamblea General?
A diferencia del Consejo de Seguridad, cuyas resoluciones son vinculantes, las aprobadas por la Asamblea General no lo son. Tienen peso simbólico y son políticamente significativas, pero no pueden coercionar a ningún país a cambiar una conducta como tampoco, en este caso, a sentarse a negociar un alto el fuego.
Esto tiene que ver con el diseño mismo de la ONU.
La Organización de las Naciones Unidas fue creada en octubre de 1945 tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, y luego de la firma de la Carta de San Francisco, su acta constitutiva, como un foro internacional de cooperación con el objetivo a evitar futuras guerras.
Ese mismo año se creó la Asamblea General, descrita oficialmente como “el órgano principal de las Naciones Unidas de deliberación, adopción de políticas y representación”, y compuesto por los 193 estados miembros de la ONU.
Cada miembro en la Asamblea tiene un voto y hay igualdad, pero su función principal es la de “hacer recomendaciones a los Estados sobre las cuestiones internacionales de su competencia”.
De alguna manera, no es en la Asamblea General donde se encuentra el poder de la ONU.
En 1946, un año después de la fundación de la organización, se creó el Consejo de Seguridad como una herramienta diplomática y militar para “mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los principios y propósitos de las Naciones Unidas”.
El Consejo de Seguridad está compuesto por Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China (inicialmente República de China, luego su banca pasó a la República Popular China) y Rusia (inicialmente Unión Soviética), los cinco vencedores de la Segunda Guerra Mundial, y se completa con otros 10 miembros rotativos que, a diferencia de éstos, no tienen poder de veto.
No hay, como en la Asamblea General, igualdad, en cuanto a que los cinco miembros permanentes con poder de veto controlan lo que se hace y lo que no.
Entre sus atribuciones más contundentes, el Consejo de Seguridad puede aplicar sanciones económicas o iniciar acciones militares contra un agresor, y los Estados miembros de la ONU están obligados a aceptar las resoluciones, según el artículo 25 de la Carta.
En definitiva, todo lo que no puede hacer la Asamblea General.
¿Qué significa para la guerra en Gaza?
Desde el ataque terrorista de Hamas contra Israel, lanzado el 7 de octubre, Israel ha estado bombardeando objetivos en Gaza y conduciendo una ofensiva terrestre dentro del enclave.
También ha sometido al territorio a un asedio, por el cual la situación humanitaria se han vuelto crítica a medida que se agotan los alimentos, medicinas e insumos.
Estas operaciones militares han dejado miles de muertos civiles, y la presión internacional contra el país, que se opone a realizar un alto el fuego humanitario —aún cuando en el pasado aceptó un tregua de siete días paera intercambiar prisioneros—, no ha parado de crecer.
El martes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en un evento para donantes demócratas que el apoyo internacional a Israel estaba disminuyendo. Las palabras calaron hondo por provenir precisamente del líder del país más cercano a Israel, que lo ha apoyado completamente en su operación militar contra Hamas.
Pero la votación de la ONU del martes, aún sin ser vinculante, muestra una tendencia global que parece estar consolidándose.