(CNN) – Desde los tres años se le conoce como príncipe heredero de Dinamarca, pero este domingo salió del Palacio de Christiansborg de Copenhague convertido en el rey Federico X, soberano de la monarquía más antigua de Europa.
La transición real en Dinamarca se desencadenó hace apenas unas semanas con el anuncio de la reina Margarita II en Nochevieja, cuando reveló su intención de abdicar a principios de 2024. La noticia de que la popularísima madre de Federico, la única reina reinante del mundo, abandonaría el trono conmocionó a los daneses de todo el país.
Margarita se había convertido en la monarca más longeva de Europa tras la muerte de la reina Isabel II en 2022. La pareja tenía fama de estar muy unida, y se daba por sentado que la jefa de Estado danesa, al igual que su prima lejana, consideraba su papel como un trabajo para toda la vida.
Sin embargo, parece que la monarca de 83 años ha cambiado de opinión y se hará a un lado exactamente 52 años después de ascender al trono. Entonces, ¿quién es el nuevo rey de Dinamarca y qué clase de monarca será?
Un adolescente rebelde
Aunque la monarquía danesa se remonta a hace más de 1.000 años, en la actualidad sus miembros tienen un papel limitado según la Constitución del país. Los daneses están inmensamente orgullosos de su familia real y los monarcas desempeñan un importante papel de embajadores.
“Es extremadamente popular. Las encuestas muestran un apoyo muy convincente del pueblo danés”, declaró a CNN Birgitte Borup, redactora de cultura del diario danés Berlingske. “La reina Margarita le está sirviendo la monarquía en bandeja de plata”.
Borup dijo que Federico será “un tipo diferente de rey”, que tiene “los pies en la tierra y está interesado en los deportes, mientras que su madre es más distinguida culturalmente”. Añadió que “su principal desafío podría ser su habilidad con las palabras”, ya que “no es conocido por su estilo ante las multitudes”.
Nacido en 1968, Federico es el primer hijo de Margarita y su difunto marido, el príncipe Enrique, fallecido en 2018. Su nombre de pila fue elegido de acuerdo con la costumbre real danesa de que el heredero aparente se llame Federico o Christian. Su único hermano, el príncipe Joaquín, nació en 1969.
Crecer bajo el ojo público no fue fácil para el tímido joven príncipe. Su educación primaria se desarrolló en Krebs’ Skole, un colegio privado de élite en Copenhague, y luego fue a un internado en Normandía, Francia. Federico se sentía incómodo con la atención de los medios y preocupado por su destino. A principios de los 90, muchos le veían como un “príncipe fiestero” aficionado a los coches rápidos.
Su paso por la Universidad de Aarhus contribuyó a rehabilitar su reputación y en 1995 se convirtió en el primer miembro de la realeza danesa en obtener un máster. Sus estudios de Ciencias Políticas incluyeron un año en el extranjero, en Harvard, donde se matriculó con el seudónimo de Frederik Henriksen, un guiño a su padre.
Durante su estancia en Estados Unidos, Federico —que también habla francés, inglés y alemán con fluidez— se ganó sus galones diplomáticos sirviendo en la misión de Dinamarca ante la ONU durante varios meses en 1994. Posteriormente fue destinado a París durante un año, como primer secretario de la embajada danesa en 1998.
Federico de Dinamarca, un atleta consumado
Federico también ha recibido una amplia formación militar en las tres ramas del ejército danés, sobre todo en el cuerpo de élite Frogman de la marina, donde recibió el apodo de “Pingo” (Pingüino).
Además de ser un militar condecorado, ha demostrado ser un deportista entusiasta y extremadamente capaz. A lo largo de los años, ha corrido múltiples maratones —en Copenhague, París y Nueva York— y en 2013 se convirtió en el primer miembro de la realeza en competir en un Ironman, terminando con un tiempo de 10:45:32.
También fue miembro del Comité Olímpico Internacional entre 2009 y 2021 y, en el 2000 participó en una expedición de cuatro meses y 2.795 km en trineo tirado por perros por el norte de Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca.
Federico también ganó popularidad en su país a través de su iniciativa Royal Run. Lanzada en 2018 con motivo de su 50 cumpleaños, el reto deportivo se ha convertido desde entonces en uno de los mayores eventos de running del país, con más de 80.000 participantes cada año.
Al igual que su homólogo británico, el rey Carlos III, también se ha convertido en un gran ecologista. Desde que Copenhague acogió las conversaciones sobre el clima de la COP15 en 2009, se ha comprometido firmemente a poner de relieve los peligros del cambio climático y a promover el papel de Dinamarca en un futuro más verde.
Expertos en la realeza danesa afirman que, aunque Federico es popular entre el público, se enfrentará a retos tras su acceso al trono, que le convertirá en rey y jefe de Estado de Dinamarca, Groenlandia y las Islas Feroe.
“El príncipe heredero Federico es una persona mucho más informal que su madre”, afirma el historiador Lars Hovbakke Sørensen. “En el futuro necesita atraer más también a los daneses que no están interesados en el deporte, mostrando interés por otros temas, si quiere mantener el amplio apoyo a la monarquía”.
Asimismo, la escritora real danesa Trine Villemann declaró a CNN que “ante todo, Federico tendrá que demostrar que puede hacer algo más que deporte”.
El excorresponsal real y autor de “1015 Copenhague K”, una biografía no autorizada de la familia, explicó que “aunque lleva años diciendo públicamente que ya se siente cómodo con su futuro papel, en el fondo hay entre muchos daneses todavía una duda persistente y tiene que superarla, por muy popular que sea”.
Encuentro fortuito
Federico dejó atrás sus días de soltero cuando conoció a la ejecutiva de ventas australiana Mary Elizabeth Donaldson. La pareja se conoció en un bullicioso pub de Sydney en el año 2000, mientras el príncipe heredero se encontraba en Australia para asistir a los Juegos Olímpicos de Verano del 2000. Según cuenta la historia, Mary no se dio cuenta de que aquella noche estaba siendo seducida por un miembro de la realeza.
Cuatro años más tarde, la pareja se casó en una fastuosa ceremonia en la catedral de Copenhague ante una congregación de reyes, reinas e invitados de honor, seguida por millones de personas en todo el mundo.
Ahora tienen cuatro hijos: Christian, de 18 años, que se convertirá en el nuevo príncipe heredero de Dinamarca con la llegada de su padre al trono, Isabella, de 16 años, y los gemelos Vincent y Josephine, de 13 años. La pareja ha intentado dar a sus hijos una educación más informal que la que tuvo Federico, enviándolos a escuelas públicas normales.
En declaraciones a CNN antes de su Jubileo de Rubí de 2012, con motivo de sus 40 años en el trono danés, la reina Margarita expresó su admiración por su nuera: “Tengo mucha confianza en ella. Tenemos una relación muy buena, una relación cálida”.
Y los daneses de a pie también han abrazado a la futura reina María, que ha sido elogiada por su aplomo y su compromiso con las causas sociales.
Villemann la describe como “el poder detrás de Federico” y califica su transición de plebeya a querido miembro de la realeza de “notable e impresionante”.
La experta en la realeza señala varias de las prioridades de la futura reina a lo largo de los años, como su trabajo en salud mental y la lucha contra el acoso y la soledad a través de su fundación. Explicó: “Me atrevería a decir que María ha marcado el camino a seguir por personas como la princesa de Gales en la elección de causas y la difusión de la concienciación en la forma en que ha utilizado su plataforma real”.
Según Borup, será el “mayor activo para la monarquía” en los próximos años.
“No nació en la realeza, pero se diría que sí. Se desenvuelve con mucha elegancia y es una magnífica representante de la nación danesa”, afirmó. “Es conocida por estar siempre bien preparada y ha asumido tareas muy importantes, como arrojar luz sobre la violencia doméstica”.
“Cuando María y Federico se conocieron en Australia, se solía decir que ella había tenido suerte de encontrarse con un príncipe de cuento. Creo que el tiempo ha demostrado que él tuvo aún más suerte”.