CNNE 1552652 - ¿que dice la investigacion del departamento de justicia de ee-uu- sobre el tiroteo en uvalde?
Tiroteo en Uvalde: hubo fallas en la respuesta policial, según el Departamento de Justicia de EE.UU.
02:41 - Fuente: CNN

(CNN) – “’¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda!”. “No quiero morir. Mi profesor está muerto”.  “Uno de mis profesores sigue vivo pero le dispararon”. “Hay muchos cuerpos”.

Una mordaz revisión del Departamento de Justicia de EE.UU. de uno de los tiroteos escolares más letales y que más escrutinio recibió de Estados Unidos destaca estas súplicas de niños, de 9 y 10 años, aterrorizados y que quedaron atrapados con un hombre armado en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, el 24 de mayo de 2022. Los gritos de auxilio a través de una llamada al 911 se produjeron durante los primeros 37 minutos del mortal asedio. Pasarían otros 40 minutos antes de que el atacante, de 18 años, fuera abatido.

El informe de 575 páginas sobre la fallida respuesta de las fuerzas del orden dice que las víctimas “experimentaron un horror inimaginable” y “fueron testigos de una violencia indescriptible” como resultado de la falta de valor y de “fallos en cascada de liderazgo, toma de decisiones, tácticas, políticas y formación”.

Lee el informe completo

El Informe sobre Incidentes Críticos se basa en el análisis de más de 14.100 documentos y más de 260 entrevistas.

A continuación, sus principales conclusiones:

Incapacidad para reconocer una situación de atacante activo

El informe del Departamento de Justicia reconoce la rápida llegada de los agentes del orden. Corrieron hacia el sonido de los disparos, pero se congelaron una vez que llegaron cerca de las aulas.

“Los funcionarios que se encontraban en el lugar del incidente deberían haber reconocido que se trataba de un escenario de atacante activo y haber avanzado y empujado de forma inmediata y continua hacia la amenaza hasta entrar en la sala y eliminarla. No fue así”, dice el informe.

No reconocer inmediatamente una situación de atacante activo fue el “fallo más significativo” de los agentes que respondieron. Según el informe, no utilizaron “los recursos y el equipo suficientes para avanzar inmediata y continuamente hacia la amenaza hasta entrar en las aulas”.

En su lugar, según el informe, los primeros policías que llegaron al colegio se retiraron ante los disparos y decidieron esperar refuerzos, y trataron al hombre armado en una habitación llena de niños como un sospechoso atrincherado.

Los agentes pasaron unos 40 minutos buscando una llave de un aula adyacente que probablemente estaba abierta. Esta búsqueda, según el informe, “fue en parte la causa del importante retraso en entrar para eliminar la amenaza y detener la matanza y la muerte”.

Falta de una”acción valiente”

“El liderazgo en las fuerzas del orden es absolutamente crítico, especialmente en momentos de grave desafío. Requiere una actuación valiente y firme en un entorno caótico”, señala el informe. “Este liderazgo estuvo ausente durante demasiado tiempo en la respuesta de las fuerzas del orden en la Escuela Primaria Robb”.

Entre quienes fallaron ese día se encontraban el entonces jefe de policía de la escuela, Pete Arredondo, el entonces jefe de policía en funciones de Uvalde, Mariano Pargas, y el sheriff del condado de Uvalde, Rubén Nolasco.

El Departamento de Justicia describió a Arredondo como el comandante de facto en el lugar de los hechos. Retrasó la llegada de la ayuda a los niños y a sus profesores de las aulas 111 y 112 porque creía que ya estaban muertos, según el informe, en una conclusión de la que ya había informado CNN.

“Reconoció la probabilidad de que hubiera víctimas y fallecidos en la sala con el atacante y dio prioridad intencionadamente a las evacuaciones frente a la entrada inmediata en la sala”, dice el informe.

“Esto es contrario a los principios de respuesta a atacantes activos, que establecen que la prioridad es abordar y eliminar la amenaza”.

Arredondo, que fue despedido, dijo que no se veía a sí mismo como el comandante del incidente y en su lugar estaba “respondiendo como un policía”.

El informe culpa al sheriff de no compartir información vital que tenía sobre el hombre armado, como reportó primero CNN.

“El sheriff Nolasco no buscó ni estableció un puesto de mando, ni estableció un mando unificado, ni compartió la información de inteligencia que obtuvo de los familiares (del atacante), ni asignó a un agente de inteligencia para recabar información sobre el sujeto”, dice el informe.

En un momento dado, el sheriff Nolasco y el jefe en funciones del Departamento de Policía de Uvalde (UPD, por sus siglas en inglés), Pargas, se encontraban a una distancia de entre 3 y 4 metros el uno del otro fuera de la puerta exterior del pasillo noroeste; sin embargo, no se coordinaron entre sí y siguieron actuando de forma independiente”.

En consecuencia, según el informe, un guarda de caza y un sheriff asumieron las funciones que tradicionalmente desempeña un comandante de incidentes.

“Aunque estas personas intentaron en ocasiones dirigir o coordinarse con otros recursos policiales a su alrededor, ninguna se coordinó para elaborar un plan de entrada en las aulas 111 y 112 ni para establecer una estructura de mando del incidente”, señala el informe.

Falla en la preservación de la escena del crimen

La investigación inicial de la escena del crimen, que era responsabilidad del Departamento de Seguridad Pública de Texas, se vio obstaculizada por el excesivo número de personas que entraban en las dos aulas.

“Mientras realizaban el protocolo de intervención, los agentes trasladaron a las víctimas fallecidas dentro de las aulas, al pasillo, a las aulas 131 y 132, y al exterior”, señala el informe. “Otros objetos del interior del aula también pueden haber sido movidos inadvertidamente durante la caótica escena”.

Además, el sistema de disparo hellfire del hombre armado no se catalogó inicialmente como prueba porque el equipo de investigación no sabía qué era ni su posible relevancia, según el informe. El dispositivo fue recuperado posteriormente de un bote de basura.

“Notablemente”, dice el informe, “el dispositivo fue fotografiado incidentalmente en el suelo en fotos de la escena del crimen de días antes”.

Y una oferta del FBI para procesar la camioneta del atacante antes de una tormenta no fue aceptada, según el informe. La fuerte lluvia acabó comprometiendo cualquier prueba en la camioneta.

No se establecieron procedimientos operativos estándar

En ese momento, el Departamento de Policía del Distrito Escolar Independiente Consolidado de Uvalde funcionaba sin ningún procedimiento operativo estándar, según el informe.

Los empleados del distrito, incluidos los administradores, el profesorado, el personal de apoyo y los policías dijeron al Departamento de Justicia que “no conocían ni habían sido informados de las políticas y procedimientos de su departamento de policía escolar”.

Los equipos de seguridad de los campus de los distritos se reunían con poca frecuencia, según el Departamento de Justicia. Los planes anuales de seguridad “se basaban en gran medida en información planificada que, en ocasiones, era inexacta”.

Además, el equipo del Departamento de Justicia citó lo que llamó la “cultura de complacencia del distrito escolar con respecto a las políticas de puertas cerradas”.

“Tanto las puertas exteriores como las interiores se dejaban abiertas de forma rutinaria, y no existía un sistema de rendición de cuentas para estas políticas”, decía el informe. “Se realizaban auditorías de las puertas, pero no se hacían de forma sistemática ni estaban documentadas”.

El día del tiroteo masivo, todas las puertas exteriores y al menos ocho puertas interiores del edificio donde se produjo el ataque estaban abiertas, según el informe.

Problemas de comunicación con las familias

El informe del Departamento de Justicia desestimó la versión oficial inicial de que los valientes servicios de emergencia salvaron vidas ese día y afirmó que “muchas víctimas compartieron que eso agravó su dolor en un momento difícil”.

Según el informe, la actuación de los servicios de emergencia –junto con la “historia heroica” que inicialmente defendieron las autoridades sobre la gestión del incidente– “supuso un duro golpe para la confianza pública en las fuerzas de seguridad locales y estatales”.

Según el informe, los padres cuyos hijos murieron fueron engañados en el centro cívico utilizado como lugar de reunificación y en los hospitales. Cita el caso de un familiar que dijo que le dijeron que su hijo estaba en un hospital. Tras describir a su hijo a los miembros del personal, le dijeron que no estaba allí. Más tarde, según el informe, el padre se enteró de que el niño había muerto y llevaba horas en el hospital.

Según el informe, algunas familias recibieron información incompleta y a veces inexacta.

El informe describe un proceso de notificación de fallecimientos desorganizado y caótico. Dice que las familias “se encontraron con muchos obstáculos para localizar a sus seres queridos, acceder al hospital y obtener información de la dirección, las fuerzas de seguridad y el personal del hospital en el momento oportuno”.

En un momento dado, un fiscal de distrito del condado dijo a los familiares que tenían que esperar a los resultados de la autopsia antes de notificar la muerte. Algunos familiares gritaron: “¿Qué? ¿Nuestros hijos están muertos? No, no”.

A algunas familias se les dijo que sus seres queridos sobrevivieron cuando no era así, según el informe. “A otros les notificó la muerte de sus familiares personal no entrenado para dar noticias tan dolorosas”.

“Las víctimas y los sobrevivientes del tiroteo masivo en la Escuela Primaria Robb merecían algo mejor”, dijo el secretario de Justicia, Merrick Garland, en un comunicado este jueves. “La respuesta de las fuerzas del orden en Robb Elementary el 24 de mayo de 2022 —y la respuesta de los funcionarios en las horas y días posteriores— fueron un fracaso”.

Rachel Clarke, Shimon Prokupecz, Hannah Rabinowitz, Aaron Cooper y Dakin Andone de CNN contribuyeron a este reporte