(CNN) – La relación especial entre Estados Unidos e Israel se remonta a 1948, cuando el presidente Harry Truman se convirtió en el primer líder mundial en reconocer al Estado judío, momentos después de su creación.
En la actualidad hay un kibbutz en Israel que lleva el nombre de Truman, y Estados Unidos proporciona miles de millones de dólares al año en ayuda militar a Israel.
Israel juega un papel destacado en la política estadounidense, y no sólo porque los últimos presidentes intentaron desempeñar el papel de pacificadores entre los israelíes y los palestinos y avanzar hacia una solución de dos estados.
Conversé con tres historiadores sobre Estados Unidos y su relación con Israel. Douglas Brinkley es historiador presidencial de CNN y profesor de la Universidad Rice; Julian Zelizer es colaborador de CNN y profesor de la Universidad de Princeton; y Mark Updegrove es presidente y CEO de la Fundación LBJ. Cada uno me dio su punto de vista sobre la relación de ambos países.
El presidente Dwight Eisenhower se enfureció con Israel
Junto con Francia y el Reino Unido, Israel atacó Egipto en 1956 en un intento de apoderarse del Canal de Suez y derrocar al presidente egipcio Gamal Abdel Nasser. Eisenhower presionó a los países para que retiraran sus tropas, lo que finalmente hicieron.
El presidente John F. Kennedy estaba preocupado por las ambiciones nucleares de Israel
Kennedy emprendió una silenciosa campaña de presión para que se permitiera la entrada de inspectores estadounidenses en las instalaciones nucleares de Israel y se detuviera el programa nuclear israelí. Se cree que Israel desarrolló armas nucleares en la década de 1960, aunque nunca las ha reconocido formalmente.
El presidente Lyndon Johnson utilizó la línea directa para calmar a los soviéticos durante la Guerra de los Seis Días
Johnson ayudó a abastecer a Israel en los años previos a la Guerra de los Seis Días, en la que los israelíes arrebataron tierras a sus vecinos. Egipto, como consecuencia, cerró el Canal de Suez durante años. Johnson accedió a vender algunos equipos militares a los israelíes, lo que supuso un cambio en la política estadounidense de la época.
“Esto fue en gran medida producto de la tensión de la Guerra Fría”, me dijo Updegrove. “Creo que había una gran preocupación de que aquello se intensificara más allá de Israel, Egipto y Siria hasta convertirse en una batalla mucho mayor”.
La Guerra de los Seis Días marcó el primer uso oficial de una línea directa especial entre Washington y Moscú. Las teletipos se instalaron para aliviar las tensiones entre las superpotencias nucleares tras la Crisis de los Misiles de Cuba. Los soviéticos iniciaron el contacto y Johnson les dijo que no se alarmaran por la actividad militar estadounidense en el Mediterráneo.
El presidente Richard Nixon envió suministros por avión a Israel y emprendió una “diplomacia itinerante”
Nixon acabó por apoyar a Israel durante la Guerra del Yom Kippur en 1973, un momento clave que pudo haber salvado al país.
“La mayoría de los historiadores de esa región piensan que el apoyo de municiones de EE.UU. fue esencial para la supervivencia de Israel en ese momento”, dijo Zelizer.
El secretario de Estado de Nixon, Henry Kissinger, también participó en la llamada “diplomacia itinerante”, al diseñar el final de la guerra y, en última instancia, al reabrir el Canal de Suez bajo la presidencia de Gerald Ford.
Biden tuvo su primer encuentro en persona con Israel y Medio Oriente en ese momento, como joven senador, cuando visitó Egipto e Israel antes de la guerra de 1973. Ha contado muchas veces la historia, y siempre la ha considerado un momento crucial para él.
El apoyo de Nixon a Israel también le salió caro
“Hizo daño a su propia presidencia”, me dijo Brinkley. “Porque los países árabes crearon el famoso boicot árabe al petróleo y los precios de la gasolina en Estados Unidos se dispararon. Debido al apoyo de Nixon a Israel, se creó una crisis energética en Estados Unidos”.
El presidente Jimmy Carter negoció la paz entre Egipto e Israel
Carter reunió al entonces primer ministro de Israel, Menachem Begin, y a quien fuera presidente de Egipto, Anwar Sadat, para los Acuerdos de Camp David, que crearon una paz duradera entre Israel y Egipto, su vecino árabe del sur.
En la actualidad Israel impone sus fronteras en Gaza, pero también lo hace Egipto. El hecho de que más de dos millones de palestinos vivan en el territorio de 362 kilómetros cuadrados sin poder abandonarlo fácilmente es la razón por la que actualmente se la conoce con frecuencia como la mayor prisión al aire libre del planeta.
Carter no liberó a los rehenes de Irán
Si conseguir la paz entre Israel y Egipto fue el triunfo de Carter, su fracaso fue no conseguir la liberación de los rehenes estadounidenses retenidos en Irán. Así que puede resultar irónico que Biden sea señalado por los candidatos republicanos a la presidencia como responsable de la actual guerra en Israel porque compró la liberación de cinco prisioneros estadounidenses retenidos en Irán al acceder a descongelar US$ 6.000 millones en fondos iraníes retenidos por Corea del Sur. La saga de los rehenes iraníes durante la presidencia de Carter cautivó a la opinión pública en Estados Unidos durante más de un año.
Un Estado palestino fue una de las misiones de Carter después de su presidencia
En el momento en que Sadat fue asesinado en 1981, Carter supo que su trabajo estaba incompleto.
“Se dio cuenta de que Sadat realmente había pagado, había dado su vida por Camp David”, dijo Brinkley. Y añadió que Carter guardaba una foto de Sadat en su cartera. “Y así, Carter, como expresidente, se lanzó de lleno a intentar crear una patria palestina”.
Ese tipo de activismo en favor de los palestinos sería bienvenido en el ala izquierda del actual partido Demócrata.
Marines de EE.UU. fueron bombardeados en 1983 en una misión de paz relacionada con Israel
Ronald Reagan hizo hincapié en estrechar los lazos con Israel, un camino que contribuyó a crear tensiones para el personal estadounidense en la región. Los marines estadounidenses fueron enviados a Líbano como parte de una fuerza de mantenimiento de la paz después de que Israel invadiera el país para perseguir a miembros de la Organización para la Liberación de Palestina. La embajada y el cuartel de los marines estadounidenses fueron bombardeados en Beirut, Líbano, en 1983.
Hezbollah, el grupo terrorista vinculado a Irán, entonces en sus comienzos, fue declarado responsable del atentado contra el cuartel, en el que murieron 241 militares estadounidenses. Los tribunales estadounidenses dictaminaron que las familias de las víctimas del atentado debían recibir US$ 1.750 millones en fondos iraníes que estaban depositados en una cuenta del Citibank de Nueva York.
El caso Irán-Contra también implicó a Israel
El plan de los años 80 para vender misiles a Irán a cambio de la liberación de rehenes estadounidenses en Líbano es un momento importante porque estuvo a punto de acabar con la presidencia de Reagan.
Lo que mucha gente puede haber olvidado del asunto es que Israel actuó como intermediario. El escándalo mayor fue que funcionarios del Gobierno de Reagan utilizaron después los ingresos de la venta de armas para financiar a rebeldes anticomunistas en Nicaragua. En sus memorias de 1990, Reagan dijo que Israel instigó la operación de comercio de rehenes.
“No todo es una historia lineal”, dijo Zelizer. “Pero creo que todo esto tiene consecuencias sobre diferentes elementos de la política en la región”.
Múltiples esfuerzos de paz
El presidente George H. W. Bush intentó garantizar que los fondos estadounidenses no se utilizarían para los asentamientos de Ribera Occidental, lo que desató cierta tensión con Israel. También intentó reunir a los israelíes con otras naciones para iniciar un Proceso de Paz en Medio Oriente en Madrid, que incluyó a los palestinos, que fueron reconocidos como miembros de la comitiva jordana. Fueron conversaciones separadas, no facilitadas por Estados Unidos, las que dieron lugar a una normalización de las relaciones entre Israel y la vecina Jordania y a los Acuerdos de Oslo, entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina.
El presidente Bill Clinton convocó múltiples cumbres
Clinton fue quien más cerca estuvo de negociar la paz entre Israel y los palestinos. Como redactor de los Acuerdos de Oslo en 1993, Clinton estuvo detrás de un histórico apretón de manos entre el entonces líder palestino Yasser Arafat y quien fuera el primer ministro de Israel, Yitzahk Rabin. Los líderes de Medio Oriente, junto con el primer ministro de Israel, Shimon Peres, fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, su acuerdo, que estableció a la Autoridad Palestina como gobierno nominal para los palestinos, dejó sin decidir la cuestión de Jerusalén y no condujo a una paz duradera. Rabin fue asesinado posteriormente por un extremista israelí de extrema derecha. Un esfuerzo de seguimiento entre Clinton, Arafat y el entonces primer ministro de Israel, Ehud Barak, convocado en Camp David, no dio lugar a un acuerdo.
El presidente George W. Bush se centró en otros asuntos tras los atentados terroristas
“Después del 11-S se produce un gran cambio”, dijo Zelizer. “Creo que es entonces cuando se empieza a ver una disminución de la importancia de un acuerdo de paz palestino-israelí como prioridad. Para George W. Bush el centro de atención es la lucha antiterrorista”.
Al comienzo del Gobierno de Bush, los palestinos se levantaron contra Israel en lo que ahora se llama la Segunda Intifada. Por aquel entonces, Israel abrazaba al primer ministro de derechas, Ariel Sharon, que fomentaba más asentamientos israelíes en Ribera Occidental y Jerusalén Este. La comunidad internacional, incluido Estados Unidos, considera desde hace tiempo que los asentamientos violan la Convención de Ginebra, que prohíbe a una potencia ocupante trasladar a sus propios ciudadanos a territorio ocupado.
Bush impulsó una hoja de ruta para la paz
Bush, Sharon y el líder palestino Mahmoud Abbas acordaron proseguir con la Hoja de Ruta para la Paz, otro intento de impulsar una solución de dos estados que finalmente fracasó, pero que supuso la retirada de las tropas israelíes de Gaza. Eso fue algo que Bush discutió con Sharon durante una reunión amistosa en su rancho de Crawford, Texas, aunque discreparon sobre la construcción de asentamientos en Ribera Occidental.
El presidente Barack Obama se refirió a una “ocupación” israelí
Obama intentó dar un golpe de timón en Medio Oriente tras los años de Bush. Siguió apoyando a Israel, pero calificó de “ocupación” la presencia israelí en Ribera Occidental. Se opuso más enérgicamente a la construcción de nuevos asentamientos en Ribera Occidental. Organizó una cumbre entre el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y Abbas en la Casa Blanca, pero finalmente fracasó. Tras la elección de Trump, el representante estadounidense en el Consejo de Seguridad de la ONU se negó a vetar una resolución que condenaba la construcción de asentamientos.
Netanyahu intentó acabar con el acuerdo de Obama con Irán
Obama y Biden negociaron con otros líderes mundiales el levantamiento de ciertas sanciones a cambio de que Irán abandonara su búsqueda de armas nucleares. Netanyahu se opuso con tanta vehemencia que los republicanos le pidieron en 2015 que se dirigiera al Congreso de Estados Unidos para intentar frenarlo.
El presidente Donald Trump se puso del lado de Israel
Fue Trump, un firme aliado de Netanyahu, quien finalmente pondría fin al acuerdo nuclear con Irán. Trump también se puso de hecho del lado de Israel en las negociaciones con los palestinos, trasladó la embajada estadounidense a Jerusalén, en una decisión controvertida, y respaldó la anexión de los asentamientos de Ribera Occidental y Jerusalén Este a Israel.
“Trump realmente acelera un cambio y consolida una especie de abandono de la solución de dos estados”, dijo Zelizer. Y añadió que Trump, que ahora se postula de nuevo para la Casa Blanca, hizo que el apoyo a Israel sea más político dentro de Estados Unidos. “Él está elevando este tema como una cuestión partidista, cuando los presidentes realmente han tratado de evitar eso”.
Los Acuerdos de Abraham de Trump fueron un gran avance, pero evitaron la cuestión palestina
Países árabes como Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos, y más tarde Marruecos y Sudán, reconocieron a Israel. Fue un avance importante, pero que no abordó los problemas de los palestinos, que perdieron influencia.
Biden, a pesar de sus diferencias con Trump, no cambió materialmente de política y, de hecho, presionó para que Israel y Arabia Saudita normalicen sus relaciones.
El futuro de nuevas iniciativas de paz de este tipo con las naciones árabes podría estar ahora en duda, ya que Israel sigue bombardeando Gaza en su esfuerzo por castigar a Hamas.
Nota del editor: este artículo se publicó originalmente el 11 de octubre de 2023 y ha sido actualizado.