Nueva York (CNN) – Para los funcionarios del Aeropuerto Friedman Memorial en Hailey, Idaho, esta semana es conocida como el “evento anual de llegada de vuelos”. En otros círculos, se conoce como “campamento de verano para multimillonarios”.
Todos los años, algunas de las personalidades más ricas y poderosas del mundo de los negocios, los medios de comunicación y la política aterrizan en Sun Valley, Idaho, para asistir a una reunión privada organizada por el banco de inversiones neoyorquino Allen & Company. El estilo es “trail-dad chic”: chalecos Patagonia, relojes Apple y suéteres de cachemira al estilo “lujo silencioso”. Imagina el resort de “Dirty Dancing”, pero sustituye a todas las bellas bailarinas jóvenes por hombres blancos de edad avanzada que llevan el Wall Street Journal bajo el brazo y se quejan de la regulación excesiva. Es un auténtico espectáculo.
La agenda de la cumbre y los temas de las conferencias se mantienen en secreto, y los periodistas que asisten generalmente deben guardar discreción para que los miembros del uno por ciento puedan relacionarse y hablar libremente mientras pasean por la estación de montaña, hablando de chismes sobre la industria y, ocasionalmente, forjando históricos acuerdos multimillonarios. También se cree que Sun Valley es el lugar donde Jeff Bezos decidió comprar The Washington Post, y el lugar del encuentro entre Comcast y NBC Universal. (Warren Buffett, que brilla por su ausencia en la lista de invitados de este año, se refirió en una ocasión a la negociación en Sun Valley como ABWA, o “acquisitions by walking around”).
Se espera que el desfile de aviones privados de este año aterrice el martes, como informó el Idaho Mountain Express el mes pasado, y reúna a docenas de personas poderosas, como el máximo representante de la inteligencia artificial, Sam Altman, el CEO de Disney, Bob Iger, y un grupo de sus posibles sucesores; además de todos los nombres habituales, como Tim Cook, de Apple; Mark Zuckerberg, de Meta; Sundar Pichai, de Google; los magnates de los medios de comunicación Rupert Murdoch y Oprah Winfrey, y muchos otros, como David Zaslav, CEO de la empresa matriz de CNN, Warner Bros. Discovery, según Bloomberg y Variety. (Un portavoz de Warner Bros. Discovery confirmó la asistencia de Zaslav).
También hay algunos nombres notablemente ausentes de la lista de invitados de este año.
Está Buffett, que normalmente es un habitual del evento, pero que está a punto de cumplir 94 años y, tal vez, feliz de dejar que su sucesor, Greg Abel, de 62 años, se encargue de las caminatas a gran altitud y de la charla. Menos probable, pero medio en serio, es que Buffett evite la fiesta después de que el año pasado la prensa publicara que su esposa, Astrid, se quejaba de tener que pagar US$ 4 por una taza de café.
Este año tampoco estará Elon Musk, que podría parecer un invitado ineludible hasta que uno se lo imagina en un viaje en balsa con un grupo de CEO a los que, hace menos de un año, instó públicamente a que se fueran a la m****a.
Aunque se espera que se hable mucho de inteligencia artificial, del drama al estilo “Succession” sobre quién sucederá a Bob Iger y de las vertiginosas negociaciones que condujeron a la fusión Paramount-Skydance, este año hay un elefante gigante -o burro- en la sala.
Las dudas sobre la capacidad del presidente Joe Biden para hacer campaña tienen en vilo a los donantes ricos y a los funcionarios demócratas. Y sería difícil imaginar que una comitiva de magnates de los medios de comunicación de élite se sentara alrededor del fuego con sus s’mores y su bourbon y no especulara sobre posibles sustitutos en la boleta electoral de 2024.
Eso podría hacer que esta semana sea especialmente importante para tres gobernadores que figuran en la lista de invitados de este año: Gretchen Whitmer, Josh Shapiro y Wes Moore, a los que se ha propuesto como posibles sustitutos de Biden, incluso cuando el presidente niega rotundamente que esté pensando en abandonar.
La intriga política es, bueno, intrigante. Pero también es un recordatorio oportuno para alejarse y considerar hasta qué punto Estados Unidos ha permitido que su clase multimillonaria se convierta en poderosa, y cómo acontecimientos como Sun Valley amplifican las desigualdades en Estados Unidos que son tan sistémicas que apenas nos inmutamos ante ellas.
Como escribió el autor Hamilton Nolan en 2021, Sun Valley es un lugar donde “los multimillonarios son agasajados por los meros millonarios; los millonarios consiguen suficientes negocios como para permitirse comprar su tercera y cuarta casa… Este es el maravilloso modelo del capitalismo estadounidense en acción: un pequeño puñado de ricos se come el pastel, y toda una nación se reúne río abajo, con la esperanza de arrebatar unas pocas migajas que caen”.