Washington (CNN) – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su equipo de campaña se enfrentan a un brusco punto de inflexión: después de pasar las últimas dos semanas tratando de salvar la candidatura de reelección del presidente, ahora están lidiando con un momento nacional delicado tras el intento de magnicidio del expresidente Donald Trump.
La equipos de campaña de Biden y los demócratas de todo el partido se apresuraron este domingo a determinar cómo ajustar sus planes para contrarrestar los mensajes de la Convención Nacional Republicana, que llevaban tiempo preparándose.
“El gran problema es cómo hacer campaña contra él (Trump) o atacarlo”, dijo un alto asesor demócrata a CNN. “¿Podemos siquiera hacer eso esta semana?”.
El asesor dijo que se estaban llevando a cabo discusiones para calibrar las críticas dirigidas a Trump para centrarse en las diferencias políticas, en lugar de en los ataques personales. Los planes que habían estado en marcha durante semanas para responder a la convención del Partido Republicano están siendo revisados y potencialmente ajustados.
Horas antes del tiroteo en el mitin de Trump, Biden trataba de calmar las preocupaciones entre los miembros de su propio partido participando en llamadas con grupos clave de legisladores, algunos de los cuales todavía no estaban convencidos de su viabilidad como candidato. Pero el enfoque de la campaña dio un giro repentino al conocerse la noticia del tiroteo en Butler, Pensilvania.
Los responsables de la campaña de Biden, atónitos, se reunieron y decidieron interrumpir todas las comunicaciones y retirar los anuncios de televisión. La campaña instó al personal en un memorándum a “abstenerse de hacer comentarios en las redes sociales o en público”. Las fuentes describieron el estado de ánimo en la Casa Blanca y en la campaña de Biden como de “shock” mientras ponían en marcha su respuesta.
El presidente asistía a misa en Rehoboth Beach, Delaware –donde tiene una residencia– en el momento en que sonaron los disparos. Horas después se dirigió brevemente a la nación, una decisión que tomó poco después de ser informado del incidente, según una fuente familiarizada con el asunto.
“No podemos permitir que esto ocurra. No podemos estar así”, dijo. Biden regresó a la Casa Blanca a última hora del sábado, abandonando sus planes de permanecer en Rehoboth durante el fin de semana.
La campaña de Biden aún no ha decidido cuándo reanudará su estrategia publicitaria contra Trump tras retirar los anuncios el sábado. Pero eso, dijo un estratega demócrata por separado, fue la decisión fácil. Una cuestión más difícil es cómo y cuándo reanudarla, a 114 días de las elecciones.
La principal dificultad para la campaña de Biden será recalibrar un mensaje que sea apropiado para el momento, después de un mes en el que el equipo dirigió una retórica más contundente contra el predecesor de Biden, especialmente sobre su condena penal.
El senador Chris Coons, estrecho aliado de Biden y copresidente de la campaña de reelección de Biden, pidió que se bajara la temperatura política.
“Tenemos que reducir la retórica y el tono. Insto a la gente a que hoy apague sus teléfonos y abandone las redes sociales. Y que se tomen un tiempo con su familia y reflexionen sobre quiénes somos como nación y quiénes queremos ser”, dijo el senador de Delaware el domingo en el programa “Meet the Press” de NBC.
El intento de magnicidio del oponente de Biden también pone en tela de juicio dos objetivos centrales de su presidencia y candidatura: sanar una nación políticamente convulsa y restaurar la fe en la democracia estadounidense. El tiroteo fue condenado en todo el mundo, desde Canadá hasta China, pasando por el Kremlin, mientras aliados y adversarios observaban las profundas divisiones de Estados Unidos.
Biden planteó la contienda como una decisión entre la continuación o la posible destrucción de la democracia en Estados Unidos. Esa retórica será ahora examinada de cerca tras el atentado, incluidos los comentarios que el presidente hizo en una llamada con donantes el 8 de julio, durante la cual dijo: “Es hora de poner a Trump en la diana”, según un resumen de la llamada facilitado por su campaña.
Aunque los llamamientos públicos a Biden para que se haga a un lado tras su mala actuación en el debate de hace dos semanas se han enfriado inmediatamente después del atentado, las preocupaciones expresadas directamente al presidente en las llamadas del sábado apenas han desaparecido.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo este domingo que el presidente continuaría su acercamiento a los legisladores y partidarios, pero que se centraría inmediatamente en sus deberes presidenciales de dirigir la respuesta del Gobierno al primer intento de magnicidio de un expresidente o candidato presidencial en más de cuatro décadas.
Durante la mañana de este domingo, el presidente y la vicepresidenta Kamala Harris fueron informados por altos cargos de seguridad nacional y de las fuerzas de seguridad locales, entre ellos el fiscal general Merrick Garland y el secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas.
Mientras los principales asesores de Biden le informaban en la Sala de Situación sobre el tiroteo, el equipo político del presidente se debatía sobre si el viaje previsto a Nevada debía continuar, según un funcionario. La Casa Blanca anunció que Biden canceló el lunes un viaje previsto a Texas. Biden también será entrevistado por Lester Holt, de la NBC, en un programa especial de máxima audiencia que se emitirá el lunes por la noche.
Harris pospuso un viaje previsto a Florida en respuesta al intento de magnicidio, según un funcionario de la campaña Biden-Harris. En un principio tenía previsto viajar a Palm Beach (Florida) el martes para participar en una conversación moderada con mujeres republicanas en la que se debatiría la postura de Trump sobre los derechos reproductivos de las mujeres.
Tras ser informada del incidente el sábado, la vicepresidenta denunció el tiroteo “sin sentido” y dijo que se sentía aliviada de que Trump no hubiera resultado herido de gravedad.