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Harris y Trump han retomado sus campañas presidenciales
05:58 - Fuente: CNN

(CNN) – En un discurso pronunciado la semana pasada ante la Asociación de la Guardia Nacional de Estados Unidos, el expresidente Donald Trump afirmó que él fue el presidente que “creó” el programa de atención sanitaria Veterans Choice, y consiguió que “se aprobara en el Congreso”, después de que otros hubieran querido hacerlo “durante 57 años”.

En realidad, el presidente Barack Obama fue quien firmó la ley del programa en 2014. La ley que Trump firmó en 2018, la Va Mission Act, amplió el programa Veterans Choice pero no lo creó.

Podría comprobar los hechos de esta mentira de Trump medio dormido, porque lleva diciéndola más de seis años.

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Trump ya no podrá usar “Hold on, I’m coming” en sus actos de campaña
05:57 - Fuente: CNN

Las mentiras de Trump son excepcionales por su implacabilidad, una avalancha interminable de errores que puede sepultar incluso a los más devotos verificadores de hechos. Pero también destaca por su repetitividad. Ha encontrado sus éxitos, y los seguirá repitiendo sin importar cuántas veces sean refutados.

A medida que Trump entra en la acelerada carrera posterior al Día del Trabajo de su campaña de 2024 para la presidencia, su comentario está lleno de muchas de las mismas afirmaciones falsas que hizo como presidente de 2017 a 2021. Incluso está repitiendo algunas de las afirmaciones falsas que utilizó durante su campaña presidencial de 2016.

Trump sigue desplegando sus viejos favoritos

Como reportero de verificación de hechos para CNN, veo o leo la transcripción de cada aparición pública de Trump y su oponente demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris. Mientras que los comentarios de campaña de Harris hasta la fecha han sido pesados en retórica temática y ligeros en afirmaciones de hecho, con un puñado de afirmaciones falsas o engañosas, las entrevistas y discursos de Trump en 2024 están llenos de viejas falsedades que he llegado a llamar “las repeticiones”: afirmaciones que he verificado como falsas una y otra vez durante años.

Por ejemplo, Trump afirmó falsamente en un podcast la semana pasada que la gente dice que el calentamiento global hará que los océanos suban solo “0,3 cm en 355 años”. Dijo tonterías casi idénticas en 2019. (El nivel del mar ya está subiendo más de 0,3 cm por año).

Trump dijo falsamente en un mitin el mes pasado que sus aranceles sobre los productos chinos importados son pagados por China, no por los estadounidenses, y que ningún presidente anterior había generado siquiera “10 centavos” de los aranceles sobre los productos chinos. Lo mismo decía en 2018. (Los pagos de los aranceles los hacen los importadores estadounidenses, no los exportadores chinos, y el Gobierno de EE.UU. ya generaba miles de millones al año con esos aranceles antes de que Trump asumiera el cargo).

El expresidente Donald Trump habla durante un evento de campaña en Alro Steel el 29 de agosto de 2024, en Potterville, Michigan.

Trump afirmó falsamente en un discurso a mediados de agosto que había advertido a Estados Unidos de que no invadiera Iraq. Esa afirmación fue una parte clave de su discurso de campaña en 2015 y 2016. (Trump expresó un apoyo provisional a la invasión de 2003 unos seis meses antes de que se produjera, no expresó una opinión firme sobre una invasión unos dos meses antes de que se produjera, y solo se manifestó como opositor a la guerra después de la invasión).

Las falsas afirmaciones de Trump en la entrevista del podcast de la semana pasada de que algunos miembros de la OTAN eran “morosos” y “debían… enormes cantidades de dinero” antes de que él asumiera el cargo también fueron elementos básicos de su campaña de 2016. (Los miembros de la OTAN no debían dinero a nadie aunque no estuvieran cumpliendo la directriz voluntaria de la alianza del 2% del PIB para su propio gasto en defensa).

Las falsas afirmaciones habituales de Trump sobre unas elecciones de 2020 “manipuladas” se hacen eco de su lenguaje tanto en su campaña de 2016 como en la de 2020. (Las afirmaciones carecían de fundamento entonces y carecen de fundamento ahora).

Y lo que es menos importante, cuando Trump declaró en junio, julio y de nuevo el jueves que había sido nombrado “Hombre del Año” en Michigan mucho antes de entrar en política, fue la tercera elección presidencial consecutiva en la que dijo esta tonta mentira que enunció por primera vez en 2016. (No hay pruebas de que el premio siquiera exista, y mucho menos de que Trump, que nunca ha vivido en Michigan, lo haya recibido).

Cómo la repetición funciona para Trump y, a la vez, no funciona

Nadie sabe a ciencia cierta hasta qué punto el despliegue de viejas mentiras por parte de Trump es estratégico y hasta qué punto es mera fuerza de la costumbre. En cualquier caso, su persistencia le reporta un claro beneficio.

Los medios de comunicación tienden a centrarse en material nuevo. Mientras que algunos medios pueden inclinarse a comprobar una afirmación falsa de Trump la primera, segunda, tercera o incluso la décima vez que la pronuncia, es mucho menos probable que dediquen recursos valiosos a una afirmación en la 100ª o 150ª declaración, especialmente porque está constantemente mezclando docenas de nuevas mentiras que requieren tiempo y recursos para abordarlas. Y así, en virtud de su descarada perseverancia, Trump a menudo se las arregla para sobrevivir a la voluntad de la mayoría de los medios de comunicación de corregir una falsedad en particular, consiguiendo finalmente que esa afirmación aparezca en las noticias y en las redes sociales casi sin corregir.

Eso no quiere decir que sus mentiras sean una victoria absoluta.

Numerosas encuestas llevan años constatando que una clara mayoría de los votantes no ve a Trump como alguien honesto; por hablar con estadounidenses de todo el país desde 2015, sé que hay mucha gente que desconfía de casi todo lo que dice. No me cabe duda de que su insistencia en seguir diciendo docenas de cosas que la gente ya ha aprendido que son falsas es parte de la razón.

Aun así, intento igualar la incansabilidad de Trump a la hora de mentir con mi propia incansabilidad a la hora de rebatir las mentiras. Separar los hechos de la ficción es fundamental para el papel de los periodistas en el proceso democrático, y siempre hay ciudadanos que escuchan por primera vez incluso los engaños más rancios.

Así que mientras Trump o cualquier otra figura política importante siga reviviendo sus tonterías del pasado, debemos seguir desacreditando esas tonterías. Aunque ya lo hiciéramos hace ocho años.