(CNN) –– El silencio es una de las compañías más raras cuando uno pasea por el centro de Madrid. Especialmente cuando se transita el área de la Catedral de la Almudena, al lado del Palacio Real, donde el tráfico de coches y la curiosidad de los turistas construyen la banda sonora del lugar.
Sin embargo, en la tarde de este lunes el ambiente era diferente. A pesar de lucir abarrotada, como cabría esperar, la curiosidad de los que llenaban la entrada de la Almudena era solo acompañada por un silencio respetuoso. Un silencio solo roto por las notas de un cuarteto de cuerda que se unía al dolor de las víctimas que han sufrido abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica española y que compartieron sus testimonios frente al pórtico de la Catedral.
“Ellos me dieron la educación y la cultura, pero me robaron el alma. Desde que ocurrió, hace más de 40 años, no tengo miedo a la muerte, sino a la vida”, aseveraba uno de la decena de testimonios que se leyeron en un acto organizado por la Archidiócesis de Madrid para reconocer y reparar el daño a las víctimas.
“No abusó solo una persona de mí, abusa una comunidad entera que lo permite”, afirmaba el testimonio de otro hombre del que abusaron siendo menor en el colegio de una congregación religiosa y que también leyeron en público. “La culpa de que haya ‘malos’ en la Iglesia es que haya buenos que no denuncian a los malos. Lo que hace daño a la Iglesia no es la denuncia, sino lo que pasa en ella. Los malos ganan cuando los buenos no hacen nada”, añadía.
10 personas anónimas sobre una pequeña tarima hicieron la lectura de las traumáticas vivencias descritas por 10 víctimas, ante una audiencia conformada por algunos de estos damnificados, ciudadanos y miembros de la comunidad católica madrileña. Todo esto con la intención de ayudar a sanar unas heridas profundas y reparar los lazos entre fieles y la Iglesia por unos episodios que han escandalizado a muchos.
“Es como el final de un proceso, también de acompañamiento, donde hemos descubierto su valentía y donde ellas han preparado este encuentro”, señalaba ante los medios de comunicación el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. “No se trata de decir ‘Olvidamos y empezamos una nueva etapa’, sino que vamos a caminar con la sabiduría y la autoridad de las víctimas”, agregó.
Además de la lectura de estos 10 testimonios, el acto ha seguido con una homilía penitencial realizada en el interior del templo y oficiada por el cardenal Cobo, así como la plantación de un olivo en el exterior de la catedral, como símbolo de la nueva etapa que quiere iniciar la Iglesia con las víctimas.
El arzobispo Cobo ha aclarado que este acto forma parte de un compromiso más amplio de la Archidiócesis con la atención integral a las víctimas y la prevención de abusos.
La magnitud de los abusos
En febrero de 2022, la Conferencia Episcopal Española (CEE) encargó al bufete de abogados Cremades y Calvo Sotelo una auditoría para conocer la dimensión de esta lacra en España.
Presentado en diciembre de 2023, el estudio refleja que en España se habrían presentado 1.383 denuncias por casos de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia, de las que se deducen 2.056 víctimas.
Bajo el nombre “Para dar luz”, el informe se extiende a lo largo de más de 1.000 páginas y recoge parcialmente los resultados de este encargo, que fue entregado a las autoridades eclesiásticas el sábado 16 de diciembre de 2023.
Del análisis de las denuncias recogidas por Cremades y Calvo Sotelo se deduce que el perfil de las víctimas es mayoritariamente masculino, que el grueso de los hechos denunciados abarca el período de 1905 a la actualidad, que el lugar más repetido donde se producían los hechos denunciados son los colegios y los seminario mayores y menores, y que el perfil de la persona victimaria corresponde en un 99% a la figura del sacerdote, religioso o profesor responsable académico.
No obstante, la CEE considera que la auditoria “realiza básicamente una recopilación de casos aparecidos en estudios previos, sin realizar un estudio en profundidad de los mismos y comete errores de concepto como el de considerar como denuncias distintas las realizadas en las diócesis y las del dicasterio”, dando lugar a duplicidades.
Debido a esas duplicidades, la institución eclesiástica redujo el número de denuncias de 1.383 a 1.302.
El informe realizado por el Defensor del Pueblo
Paralelamente a la auditoría encargada por la Conferencia Episcopal, unas semanas antes el Defensor del Pueblo presentó otro informe donde se hizo otra aproximación a esta problemática. Para ese fin, este órgano contrató a la empresa GAD3, que realizó un total de 8.013 encuestas a personas mayores de edad que residen en España.
De todos los entrevistados, el 11,7% afirmó haber sufrido abusos sexuales antes de cumplir 18 años. Ya más concretamente, un 1,13% de los entrevistados aseguró que la agresión se registró en el ámbito religioso, y el 0,6% de la muestra aseguró haber sido agredido sexualmente por un sacerdote o religioso católico.
Además de esta encuesta, el informe recoge también los testimonios de 373 personas para constatar las consecuencias de las agresiones. De este total, 334 reportaron haber sufrido directamente los abusos y 39 informaron de experiencias padecidas por otros.
De las 334 personas que informaron haber sido víctimas, un 84,56% relató haber sufrido problemas emocionales y de conducta, mientras que un 55,60% afirmó padecer problemas para relacionarse con otros tras vivir esa experiencia traumática.