(CNN) – Hace una semana, a Robert Roberson se le acababa el tiempo.
Sin embargo, el miércoles, la Comisión de Jurisprudencia Penal de la Cámara de Representantes de Texas emitió una citación extraordinaria para solicitar el testimonio de Roberson, maniobra que en última instancia causó la suspensión de la ejecución.
Ante la inminente ejecución el pasado jueves, el condenado a muerte de 57 años de Texas vio cómo los argumentos jurídicos de sus abogados eran rechazados en los tribunales y sus peticiones de clemencia desatendidas, ya que la junta de libertad condicional del estado se negó a recomendar que se le impusiera una pena menor o un indulto.
La citación también dio lugar a una batalla judicial que se desarrollará en las próximas semanas. Los miembros de la Comisión han expresado su esperanza de que se cumpla la citación, pero Roberson no apareció en la comparecencia del lunes. La Fiscalía General de Texas ha intentado limitar la comparecencia del recluso a un testimonio virtual, lo que no es una opción para la Comisión y los abogados de Roberson, que quieren que comparezca en persona, aunque ello implique que los legisladores se trasladen hasta Roberson para escuchar su testimonio.
El caso sigue siendo fluido, y si la última semana ha sido un indicador, podría seguir evolucionando dramáticamente. Esto es lo que podría ocurrir a continuación:
La ejecución
Roberson fue condenado a muerte por el asesinato en 2002 de su hija de 2 años, Nikki Curtis, basándose en un diagnóstico de síndrome del bebé sacudido.
Pero él dice que es inocente. Los abogados y defensores de Roberson afirman que el diagnóstico está desacreditado y que, en el caso de Roberson, hay muchas otras explicaciones posibles para la muerte de Nikki.
Los pediatras especializados en maltrato infantil defienden ferozmente la validez del síndrome del bebé sacudido, que hoy se considera un subconjunto de los traumatismos craneoencefálicos abusivos.
La consecuencia más importante de la citación de la Comisión es que, por ahora, se reinicia el reloj de su ejecución.
La batalla judicial que siguió a la citación culminó el miércoles pasado con una medida cautelar de la Corte Suprema del estado, que impedía que el Departamento de Justicia Penal de Texas ejecutara a Roberson.
En la medianoche del jueves, la orden de ejecución de Roberson que dictaba la fecha de la ejecución expiraba, y un portavoz del departamento confirmó que un juez tendría que ordenar una nueva fecha. La ley de Texas exige que un juez fije la fecha de ejecución con al menos 90 días de antelación, lo que significa que Roberson podría ser ejecutado a principios del próximo año.
El estado parece haberlo reconocido en los registros judiciales. La oficina del gobernador republicano Greg Abbott, en una carta remitida a la Corte Suprema del estado, dijo que la citación de la Comisión “tuvo el efecto, tanto legal como fáctico, de conceder (al menos) un aplazamiento de 90 días”.
La batalla judicial
Mientras tanto, la comisión legislativa bipartidista sigue enzarzada en un litigio con la oficina del fiscal general Ken Paxton, que representa al Departamento de Justicia Penal de Texas. Ambos forman parte del poder ejecutivo bajo Abbott.
La Comisión de Jurisprudencia Penal no tenía intención de “crear una crisis constitucional” al emitir su citación, dijo el lunes el representante Joe Moody, presidente de la comisión. Sin embargo, el fiscal general sostiene que la Comisión ha puesto al Estado “al borde” de una crisis, al tiempo que aboga por que la Corte Suprema de Texas reconsidere su decisión de detener la ejecución y desestime la petición inicial de la Comisión de detener la ejecución para que Roberson pudiera testificar.
Aparte de la suspensión temporal, la petición inicial de la comisión y la solicitud del fiscal general de que se reconsidere siguen siendo objeto de examen, dijo la Corte Suprema de Texas en una orden el domingo.
Esa orden también establece varios plazos para que las partes presenten escritos ante la Corte, a partir del próximo lunes 28 de octubre y hasta el 8 de noviembre.
La Comisión pidió a la Corte Suprema de Texas que detuviera la ejecución después de que la Fiscalía General intentara anular una orden de restricción temporal concedida por un tribunal inferior. En su petición inicial, la Comisión argumentó que el testimonio de Roberson era clave para su examen de una ley estatal, el artículo 11.073, más comúnmente conocida como la ley estatal de la “ciencia basura”.
El objetivo de la ley era proporcionar una vía para las apelaciones posteriores a la condena cuando surgen nuevos datos científicos relevantes que no estaban disponibles en el momento del juicio del acusado. Los partidarios de Roberson creen que debería beneficiarse de esta ley, señalando la creciente controversia sobre la legitimidad del síndrome del bebé sacudido.
Los tribunales, sin embargo, han rechazado hasta ahora las demandas derivadas del artículo 11.073, un hecho que se ha convertido en el centro de atención de la comisión legislativa. Sus miembros han dicho que están estudiando si su caso ilustra la necesidad de modificar la ley. Ningún acusado de pena de muerte se ha beneficiado nunca de ella, dijo la Comisión el lunes.
La oficina del fiscal general se opuso a la petición de la Comisión y ha argumentado que la Corte Suprema de Texas –que tiene la máxima autoridad sobre los asuntos civiles en el estado– no tenía jurisdicción para intervenir en asuntos relacionados con el caso de Roberson porque se deriva de un delito.
Su testimonio
De forma más inmediata, la Comisión señaló que seguirá solicitando el testimonio de Roberson y que insistirá en escucharlo en persona, incluso si los legisladores se ven obligados a viajar a Livingston, Texas, donde Roberson reside en el corredor de la muerte.
Durante el fin de semana, el fiscal general informó a la Comisión que el Departamento de Justicia Penal del estado pondría al preso a su disposición para testificar a través de Zoom. Pero la abogada de Roberson, Gretchen Sween, se opuso, señalando que su cliente tiene autismo, otro factor que ella y otros creen que contribuyó a su condena injusta.
Su cliente tiene “enormes dificultades” para comunicarse e interpretar las señales sociales, dijo Sween el lunes. La comparecencia de Roberson en persona permitiría a los legisladores ver los “impedimentos palpables” que podrían haber influido en su juicio.
Además, comunicarse a través de Zoom sería desalentador para el recluso, que nunca había utilizado el software antes de una audiencia judicial la semana pasada. Cuando Sween le preguntó por la experiencia, contó que él le dijo: “Vi un montón de cabezas, pero no pude oír mucho”.
En sus observaciones finales en la audiencia del lunes, el presidente Moody dijo que la Comisión estaba trabajando en la logística del testimonio de Roberson, “tal vez por la Comisión de ir a Robert en lugar de él viene a nosotros, que es algo que estamos desarrollando en este momento”.
“Nuestra expectativa sigue siendo que vamos a escuchar a Robert”, dijo Moody, “y ese va a ser el siguiente paso para esta comisión”.
–Ed Lavandera, Cindy Von Quednow y Elizabeth Wolfe, de CNN, contribuyeron a este informe.